Escarbo en mi recuerdos.

No lo veo nítido y ella por supuesto no lo recuerda.

Eran mis años de universitaria y tenía la oportunidad de participar en proyectos de creación de radios comunitarias en el sur del país.

Por esos días, logro ver en mi memoria, una primera imagen de Aida Quilcué, o quizá de otras como ella, pero con distinto nombre e identidad, que ahora quiero que sea justo ella.

Pasó el tiempo.

Ella en el mismo escenario: en el sur del país, lideraba en 2008 la movilización indígena que terminaría llegando a Bogotá a increpar al  entonces, todo poderoso, presidente Álvaro Uribe.

Caminaba con su gente. Nada la detenía. Incluso pensé que el asesinato de su esposo en esas mismas fechas, a manos de agentes de la fuerza pública, la dejaría por fuera.

Todos los que hemos estado en contacto con la muerte violenta sabemos que estos hechos nos hacen exigirle al planeta que se detenga, pero eso no ocurre y nos llena de rabia. ¿Cómo no puede pararse la tierra si hemos perdido un pedazo de nuestra vida o la vida toda?

Pero ella no paró ni entonces ni ahora. Acaba de convertirse en Senadora en representación de los suyos.

Desde el domingo, que empezaban a conocerse los resultados, empecé a seguirle la pista. Logré escribirle y  contarle un poco de esa historia que hoy comparto. Con sus palabras medidas, que en ningún caso son antipatía, acordamos día y hora para hacer Los Nadies.

Aquí el diálogo, que se da en momentos en los que están en juego más de 600.000 votos que pueden sumar cuatro senadores a la lista del Pacto Histórico, que lidera Gustavo Petro.

Los errores en el pre conteo se suman a otras situaciones vividas el propio domingo 13 de marzo. Por más de cuatro horas estuvo caída la página web y la aplicación de la Registraduría de Colombia. Circularon cientos de denuncias de entrega incompleta de tarjetones electorales y cortes de ruta para impedir la movilidad de electores.

Estos hechos fueron informados por TeleSUR y conocidos en redes sociales.

El propio lunes algunos medios y periodistas influyentes sin sonrojo insistían en haber tenido unas elecciones ejemplares.

El calendario electoral en Colombia lleva a una nueva cita en las urnas el 29 de mayo. Le pregunto a Aída si la gente en el territorio está activada para ejercer el derecho al voto.

Su respuesta dibuja la realidad que vive el país: “… El fraude se va a dar… No existen garantías plenas para una transparente democracia, entonces nos corresponde a los colombianos cuidar la votación”.

Vea la entrevista completa a continuación: