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Global Times – 10/08/2021
Traducción del inglés: Arrezafe
El martes, China decidió retirar a su embajador en Lituania y exigió al gobierno lituano que retirara al suyo de China. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, esta medida ha debido tomarse tras el reciente anuncio del gobierno lituano de permitir a las autoridades de Taiwán abrir una «representación» en Lituania con el nombre de «Taiwán».
Lituania, con una población de menos de 3 millones, es uno de los tres estados bálticos. Anexado a la Unión Soviética por Joseph Stalin en vísperas de la Guerra Soviético-Alemana (1941-45), recuperó su independencia en 1990.
Lituania, el país más anti-ruso de Europa y que a menudo hace gala de ello, ahora se situá a la vanguardia anti-China en Europa. La estrategia de este pequeño país es aferrarse a Estados Unidos con la mayor fuerza posible. Es un perro lacayo que ladra ferozmente a los rivales estratégicos de EEUU a cambio de su protección.
En su discurso de 2002 en Vilnius, el ex presidente estadounidense George W. Bush dijo: «Cualquiera que elija a Lituania como enemigo, se convierte en enemigo de los Estados Unidos de América», palabras grabadas en una placa en el Ayuntamiento de Vilnius, la capital de Lituania. Hace unos años fui a Lituania para una entrevista y le pregunté a un profesor de política internacional si creía en esta declaración. Tras un momento de silencio, respondió: «No tenemos más remedio que creer en ello».
Lituania es un pequeño y enloquecido país colmado de temores geopolíticos. Tiene mucho miedo de que un día algún suceso importante lo haga desaparecer. Su forma de deshacerse del miedo es hacer tonterías, una y otra vez, y demostrar su «valentía» atacando a cuantos Estados Unidos odia.
Desgraciadamente, esta no es la forma normal de proceder de un país. Hay un dicho chino que dice así: «El bien y el mal siempre serán recompensados; es sólo cuestión de tiempo». La estrategia de los países pequeños suele ser buscar un equilibrio entre los países grandes. Suiza es el ejemplo perfecto. Incluso en el tremendo incendio de la Segunda Guerra Mundial, las llamas no se extendieron a ese país. Es raro ver pequeños países como Lituania buscar con ahínco empeorar sus relaciones con las principales potencias. Creo que, finalmente, Lituania pagará por su nociva acción de romper las reglas internacionales.