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Las luchas de las mujeres afganas en contra del patriarcado, el imperialismo y el capitalismo
- 24 Ago 2021
Las mujeres de Afganistán se han visto afectadas por las guerras y la ocupación de su país durante décadas. La situación de las mujeres afganas frecuentemente ha sido instrumentalizada por las fuerzas imperialistas, en especial por Estados Unidos, para justificar y legitimar sus políticas belicistas en la región. Las mujeres siempre han estado al frente de la lucha contra las fuerzas imperialistas y fundamentalistas en su país.
La siguiente es una entrevista realizada por activistas del Movimiento de Mujeres Kurdas a Samia Walid, activista de RAWA (Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán).
MK: ¿Puede hablarnos de la historia y la misión de RAWA? ¿Cuál era la situación de las mujeres afganas cuando se creó su organización? ¿Cuál es su papel en la sociedad? ¿Cómo se organizan?
SW: La Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA) es la organización femenina más antigua del país que lucha por la libertad, la democracia, la justicia social y el laicismo. La fundadora de RAWA fue Meena, que formó este grupo a una edad temprana, en 1977, con la ayuda de otras estudiantes universitarias de Kabul. Meena fue asesinada en Quetta (Pakistán) en 1987 por agentes de la KHAD (rama afgana de la KGB) con la ayuda de la sanguinaria banda fundamentalista de Gulbuddin Hekmatyar. Sólo tenía 30 años. Lo que distingue a la RAWA de otras asociaciones es el hecho de que somos una organización política. Cuando se fundó la RAWA, Afganistán estaba bajo la opresión del gobierno títere de la URSS y posteriormente de la invasión rusa, y Meena sentía que la lucha por la independencia, la libertad y la justicia era inseparable de la lucha por los derechos de las mujeres. Tras el martirio de Meena, la RAWA siguió luchando hasta hoy contra los fundamentalistas islámicos afganos y sus patrocinadores internacionales.
La RAWA sigue trabajando en la clandestinidad en la mayor parte de Afganistán, pero se enfrenta a enormes dificultades. Los líderes yihadistas, señores de la guerra con pasados sangrientos de crímenes horribles, controlan el gobierno y el parlamento actuales, y tienen sus reinos separados en diferentes partes de Afganistán. Abdullah Abdullah, el presidente de Afganistán, es uno de estos líderes yihadistas que pertenece a la banda criminal de Shorae Nizar. Esto crea una situación peligrosa para nosotros ya que estos matones son nuestros mayores enemigos, y no dudan en obstaculizar nuestro trabajo y perjudicarnos. En otras partes de Afganistán donde los fundamentalistas talibanes tienen el control, la RAWA se enfrenta a la misma opresión. Todas nosotras utilizamos seudónimos para protegernos y nunca podemos hacer público nuestro trabajo. A pesar de estos obstáculos, nos es posible continuar con nuestras actividades políticas en la mayor parte del país gracias a nuestro contacto con la población local y al hecho de que su desprecio hacia estos criminales se traduce en apoyo hacia nosotras.
Nuestras actividades políticas incluyen la publicación de revistas y artículos, y la movilización de las mujeres para que tomen conciencia y se unan a nuestra lucha. Recogemos y documentamos los asesinatos, violaciones, saqueos, extorsiones y otros crímenes de estos señores de la guerra en zonas remotas de Afganistán. Nuestras actividades sociales consisten en proporcionar educación a las mujeres, no sólo clases de alfabetización, sino concienciación social y política sobre sus derechos y cómo conseguirlos, ayuda de emergencia, creación de orfanatos y actividades relacionadas con la salud.
MK: ¿Cuál es su análisis del patriarcado? ¿De qué manera está vinculado al Estado, al imperialismo y al capitalismo?
SW: El patriarcado es constantemente apoyado y alimentado por los gobiernos reaccionarios feudales, capitalistas e imperialistas de todo el mundo, principalmente para borrar el papel de la mujer en la sociedad, especialmente en la política. Los gobiernos de todo tipo, especialmente los gobiernos feudales vinculados a los colonizadores imperialistas, como el de Afganistán, ven la fuerza y la conciencia de las mujeres como una grave amenaza para su dominación y han utilizado diferentes medios para detener su crecimiento y conciencia.
Teniendo en cuenta que estos gobiernos son antipopulares por naturaleza, y sólo pueden perdurar oprimiendo a las masas y su lucha; la anulación a las mujeres es su principal objetivo. Reforzando la misoginia y la cultura feudal, privan a las mujeres de todos sus derechos, paralizando a la mitad de la sociedad y se aseguran de que no habrá lucha ni resistencia en su contra. Estos gobiernos nunca toman ninguna medida para la emancipación de las mujeres, sino que tensan la cadena en torno a nosotras. Hoy la situación de las mujeres afganas es más desastrosa que nunca.
Los Estados Unidos invadieron Afganistán con el pretexto de los “derechos de las mujeres”, pero lo único que han traído a nuestras mujeres en los últimos dieciocho años es violencia, asesinatos, violencia sexual, suicidios, autoinmolaciones y otras desgracias. Estados Unidos llevó al poder a los enemigos más feroces de las mujeres afganas, los fundamentalistas islámicos, y cometió una traición imperdonable contra nuestras sufridas mujeres. Esta ha sido su táctica durante las últimas cuatro décadas. Al alimentar a los yihadistas, los talibanes e ISIS, que son todos fundamentalistas islámicos, criminales asesinos y también misóginos. Los Estados Unidos han oprimido a nuestras mujeres.
MK: ¿De qué manera vincula la liberación de las mujeres con la resistencia contra la ocupación?
SW: Vemos la liberación de las mujeres afganas, en su liberación del colonizador imperialista, de los fundamentalistas islámicos y del gobierno títere. La libertad de las mujeres está directamente vinculada a la resistencia y la lucha revolucionaria contra la causa principal de su sufrimiento y su desgracia, es decir, los ocupantes y sus lacayos internos. Creemos que los fundamentalistas y los grupos asesinos y corruptos, vinculados a saqueos y otros crímenes y traiciones, no tienen otra fuente de apoyo que las potencias extranjeras, sin las cuales no sobrevivirían ni un día. Al elevar la conciencia política de las mujeres y al exponer a estas personas como la causa fundamental de sus desgracias, queremos organizar a las mujeres en una resistencia contra ellos, que serán tan fácilmente aniquilados como fueron creados por sus amos extranjeros.
MK: Los derechos de las mujeres afganas han sido instrumentalizados, especialmente por el imperialismo estadounidense para justificar y legitimar la invasión de Afganistán. ¿De qué manera esta narrativa socavó la lucha de las mujeres en territorio?
SW: Estados Unidos es un maestro en desviar la lucha revolucionaria y política de los pueblos, especialmente de las mujeres. En los últimos dieciocho años, además de apoyar a los elementos más contrarios a las mujeres en todo Afganistán, los Estados Unidos ha introducido un flujo de mujeres educadas en el gobierno y en otras instituciones, ONGs, organizaciones de la sociedad civil y redes de mujeres. Esto tiene un doble propósito. En primer lugar, utiliza a estas mujeres para engañar al mundo sobre la situación real de las mujeres afganas, y las presenta como un triunfo de su guerra de ocupación. En segundo lugar, al cooptar a esas mujeres bajo su ala, se asegura de que no se unan a la lucha revolucionaria, privando así al movimiento de mujeres de personas valiosas.
Recientemente, un grupo de mujeres vendidas y hambrientas de poder de la “Red de Mujeres” se reunió con Gulbuddin Hekmatyar como “representantes” de las mujeres afganas. Gulbuddin es uno de los criminales misóginos más sanguinarios, conocido por haber arrojado ácido a la cara de las mujeres en su juventud, y estas mujeres fueron a reunirse con él para blanquear su partido islamista misógino, todo por la fama, el poder y el dinero. Mujeres como Fawzia Koofi, Habiba Sarabi, Sima Samar y otras se sientan con los criminales yihadistas y talibanes a cambio de dinero y poder, y se presentan a traición como representantes de las mujeres oprimidas de Afganistán. Estas mujeres minimizan la flagelación y lapidación de mujeres por parte de los talibanes, y realzan sus “buenos” programas para las mujeres si se unen al gobierno. Ellas se sitúan del lado de los poderes gobernantes, y traicionan de nuestras mujeres, y no tienen ningún vínculo ni empatía con las mujeres de Afganistán.
MK: ¿Por qué la RAWA decidió quedarse en Afganistán o en la región, en lugar de trasladar sus actividades a Europa y países occidentales? ¿Qué opina de la creciente oenegización en Afganistán y otros países del Sur Global, patrocinada por instituciones occidentales?
SW: La RAWA cree que sólo puede convertirse en un movimiento poderoso con el respaldo de las masas, y este respaldo llega permaneciendo y trabajando en territorio, aunque la situación sea infernal. La gente sólo confía en las organizaciones revolucionarias que están a su lado en la práctica y son activas dentro del país. Nuestra experiencia ha demostrado que las organizaciones que han arrancado sus raíces de Afganistán y se han trasladado a Europa y otros países, se han disuelto de forma vergonzosa. Una de las razones por las que la RAWA ha vivido tanto tiempo y continúa su lucha, es porque decidimos quedarnos en Afganistán a pesar de la sangrienta situación.
Las ONGs son una parte importante de la columna vertebral del imperialismo en nuestro país. La oenegización es casi tan peligrosa como la formación del gobierno títere de Afganistán. Las ONGs formadas en Afganistán existen gracias al financiamiento de EE.UU. y otras potencias occidentales. Son un caldo de cultivo para reclutar a los jóvenes que formarán los futuros gobiernos títeres de Afganistán, que tendrán la apariencia de un gobierno moderno y democrático, pero cuyas cabezas serán lavadas para servir como lacayos mucho más leales de estas potencias. Las ONGs también se utilizan para exprimir el nacionalismo y la lucha revolucionaria de las cabezas de nuestros jóvenes, dándoles enormes salarios y vidas en el extranjero. Se sabe que ninguna de estas ONGs sirve al pueblo y a las mujeres y que se limitan a lanzar eslóganes de “reconstrucción” y “ayuda al pueblo” para ocultar sus verdaderos propósitos.
MK: Afganistán ha sido invadido, explotado, atacado y gravemente dañado por las fuerzas imperialistas durante las últimas décadas. Esto ha afectado especialmente a las mujeres. Aunque la RAWA ha liderado campañas para enfrentar a la violencia sexual sistemática de los talibanes ante la justicia, hemos visto a corruptos misóginos ascender a altos cargos políticos con el apoyo de Estados Unidos. ¿Cómo analiza la violencia sexual en la guerra? ¿De qué manera y con el apoyo de quiénes se ha utilizado la violencia sexual como herramienta de guerra en Afganistán? ¿Y qué aspecto tiene la justicia para las mujeres afganas desde su perspectiva?
SW: Como en todos los conflictos de la mayor parte de la historia, las mujeres y los niños han sido los principales objetivos en la guerra y el conflicto de Afganistán. Han sido los objetivos más vulnerables de los grupos fundamentalistas que han asolado nuestra nación desde hace casi tres décadas. Las violaciones y otras formas de violencia sexual se hicieron comunes después de que los yihadistas –creados, alimentados y respaldados por Estados Unidos, Arabia Saudita y Pakistán–, llegaran al poder en 1992 tras la derrota de los soviéticos. Las diferentes facciones de los señores de la guerra yihadistas, saquearon y violaron a la población de Kabul, puerta por puerta. Las mujeres fueron secuestradas y retenidas en sótanos y edificios vacíos, violadas y torturadas repetidamente. La mayoría fueron finalmente asesinadas y sus cuerpos mutilados fueron encontrados después de que los yihadistas abandonaran laa zonas. Los relatos de estas mujeres son historias de horror y pesadillas.
La justicia para las mujeres sólo puede lograrse con la aniquilación completa del actual gobierno compuesto por elementos fundamentalistas islámicos y otros vendidos por Estados Unidos. Los líderes de los partidos fundamentalistas islámicos implicados en crímenes de guerra, especialmente contra las mujeres, deben ser procesados y castigados. Una vez que nuestras mujeres logren esta tarea, podremos decir que se ha hecho justicia.
En los países asolados por la guerra, las mujeres suelen ser víctimas y ser silenciadas tanto en la guerra como en la paz. Parece como si su capacidad de acción, su fuerza de voluntad y sus exigencias políticas se dejaran de lado en todas las fases del conflicto, incluso en los esfuerzos de pacificación. En raras ocasiones, las mujeres son estereotipadas de manera simbólica como víctimas lloronas e indefensas, incapaces de hablar por sí mismas. ¿Cuál es el papel de las mujeres afganas para la paz y la justicia?
SW: Para las mujeres afganas, la paz sólo puede lograrse mediante la justicia, y la justicia sólo puede alcanzarse liberando a Afganistán de la ocupación extranjera y del fundamentalismo islámico. La deposición del poder de estos traidores y asesinos, así como su persecución y castigo, es la justicia que las mujeres buscan para la paz, la prosperidad y la democracia real. Y esto sólo se puede conseguir con una lucha organizada de mujeres conscientes.
Las conversaciones de paz que se están llevando a cabo entre los Estados Unidos, los talibanes y varias figuras afganas destacadas, entre las que se encuentran mujeres, son sal en las heridas de nuestras mujeres. Las mujeres farsantes que dicen representar a las mujeres son sus peores enemigas y están negociando con los enemigos más peligrosos de las mujeres para darles más poder y dinero del que ya tienen.
MK: ¿Cuál es el tipo de sociedad por la que luchan? ¿Qué esfuerzos hacen aquí y ahora, para realizar sus utopías?
SW: Luchamos por una sociedad independiente, libre y democrática que se sustente en los pilares de la justicia social, y en la que mujeres y hombres sean iguales en todos los aspectos. El camino hacia esto es largo y difícil. Es una tarea enorme movilizar y organizar a las mujeres en un gran movimiento, pero creemos que no hay otra opción para alcanzar estos valores.
MK: ¿Qué significa la libertad de las mujeres para usted y su movimiento?
SW: Para nosotras, la libertad de las mujeres es nuestra participación en todas las esferas de la sociedad, basada en la independencia, la democracia, el laicismo y la justicia social. Es nuestra completa igualdad con los hombres en todos los aspectos. Esta libertad e igualdad está ligada directamente a la política y a la sociedad. Sólo en una sociedad libre de la ocupación y del virus misógino fundamentalista, en la que se aplique la democracia y la justicia social, se puede romper las cadenas de la violencia contra las mujeres y dar cabida a la completa libertad y los derechos de las mujeres.
MK: Como Movimiento de Mujeres Kurdas, sabemos que la RAWA valora el internacionalismo como un aspecto importante de la resistencia y la liberación. Las mujeres de Afganistán han salido a la calle en apoyo de la revolución femenina en Rojava. ¿Qué opina de la lucha de las mujeres en Rojava o en el Kurdistán en general? ¿Qué podemos aprender las unas de las otras?
SW: La lucha y los sacrificios de las leonas del Kurdistán han sido una inspiración y una fuente de fuerza para nosotras. Su lucha contra el ISIS y otros criminales medievales nos han dado enormes lecciones. Sabemos que ninguna fuerza en la tierra, ni el ISIS ni la superpotencia que lo respalda, ni otros países de la región, pueden hacer frente a la verdadera resistencia de las masas. Sabemos, por millonésima vez, que ninguna lucha puede tener éxito sin la participación de las mujeres. Comprendemos los sacrificios que tenemos que hacer para alcanzar la sociedad de nuestros sueños. Cuando oímos el nombre de ISIS en Afganistán lo asociamos con las decididas y valientes mujeres del Kurdistán, no con el terror que está ejerciendo en nuestro país. Creemos que ISIS es derrotable, y que no tienen ninguna posibilidad frente a un auténtico movimiento de mujeres. Es evidente que creemos en estas cosas al haber emprendido este camino, esta lucha es una prueba luminosa de nuestras creencias.
MK: En cuanto a la lucha global de las mujeres por la libertad, ¿cuál cree que es el camino a seguir para trabajar juntas en la lucha común contra el patriarcado y otros sistemas de violencia y opresión?
SW: La RAWA cree que la solidaridad internacional con las organizaciones y partidos que buscan la independencia, luchan por la libertad y son democráticos y progresistas, es una parte vital de nuestra lucha interna. Nuestra lucha converge con la del pueblo kurdo ya que la mayoría de nuestros enemigos son de naturaleza similar. Estamos luchando contra el imperialismo y sus mercenarios fundamentalistas. En este punto, tenemos que compartir nuestras experiencias y lecciones para poder atravesar mejor esta ardua tarea.
Entrevista publicada originalmente en inglés por Komun-Academy, el 20 de septiembre de 2019.
Traducida por Revista Crisis
Editada por América Rodríguez para Investig’Action
Foto de portada: Manifestación de activistas de la RAWA contra los talibanes en Peshawar el 28 de abril de 1998.
Fuente: Komun Academy