Fuente: La Marea 23.09.21
240 kilómetros y 30 minutos en avión. Esa es la distancia y tiempo que separa mi hogar, Gran Canaria, con La Palma, que sufre una erupción volcánica. La isla bonita, como la solemos llamar, está pasando por un acontecimiento histórico fruto de la naturaleza. Y no podía(mos) no estar. Por eso fui. Por eso La Marea quiso estar.
He pasado estos primeros días decisivos viendo y escuchando qué supone la aparición de este nuevo volcán para las personas y los pueblos afectados. Aunque la belleza de las imágenes son innegables, el dolor y la desesperación de tanta gente que se queda sin nada predomina sobre cualquier otra realidad.
Aquí puedes ver algunos de los primeros artículos y videos publicados sobre La Palma:
- Los esfuerzos por salvar a los animales de La Palma
- Del dolor al espectáculo: las dos realidades en torno al volcán
La erupción es una incertidumbre total. Nadie es capaz de decir con certeza cuánto durará. Será largo porque la lava cesará dentro de unas semanas, pero las consecuencias no lo harán fácilmente. Y ahí queremos estar. Intentaremos volver a La Palma cuando desaparezca el interés de los grandes medios, cuando la noticia deje de abrir los noticiarios, para saber cómo sigue su población.
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Eduardo Robaina
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