Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2020/09/18/la-internacional-naranja-rosada-lima-limon/ SEPTIEMBRE 18, 2020
¿Qué es el progresismo? El término fue acuñado e instalado profusamente en la prensa como parte de la estrategia anticomunista del Pentágono durante los primeros años de los sesentas del siglo XX, y guarda directa relación con la política de J.F. Kennedy para el tercer mundo, –”Alianza para el Progreso’ (de las burguesías dependientes)– en especial para Sudamérica. Ernesto Guevara la definió como “letrinocracia” parlamentaria, pequeñoburguesa, dependiente y desclasada. Burocracia autoreferencial de renegados contrarrevolucionarios: “La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos”.
El “progresismo” NO es una táctica sino una rendición. La renuncia a los principios revolucionarios. La renuncia ética e ideológica al combate frontal contra la explotación, la guerra, el hambre y el crimen burgués.
“El carácter propio de la socialdemocracia se resumía en su reclamo de instituciones republicanas democráticas, no como medio de suprimir los dos extremos, el capital y la clase asalariada, sino de atenuar su antagonismo y transformarlo en armonía. Cualquiera haya sido la diversidad de medidas que se puede proponer para lograr este fin, cualquiera sea el carácter más o menos revolucionario de las concepciones de que pueda estar revestido, el contenido sigue siendo el mismo. Es la transformación de la sociedad por vías democráticas. Pero una transformación de la sociedad dentro del marco pequeño burgués. No se debe admitir la concepción limitada que atribuye a la pequeña burguesía el principio de hacer triunfar su interés egoísta de clase. Por el contrario, la pequeña burguesía cree que las condiciones particulares de su liberación son las condiciones generales fuera de las cuales la sociedad moderna no puede salvarse ni la lucha de clases ser evitada. No se debe pensar, tampoco, que los representantes demócratas son todos shop-keepers (tenderos) o que se entusiasman por estos últimos. Por su cultura y por su situación personal, pueden estar separados por un abismo de estos últimos. Lo que los convierte en representantes de la pequeña burguesía es el hecho de que sus cerebros no pueden superar los límites que el pequeño burgués no supera en su vida y que, en consecuencia, se ven empujados teóricamente a los mismos problemas y las mismas soluciones a los que empujan sus intereses materiales y su situación social a los pequeños burgueses. Tal es, en términos generales, la relación que existe entre los representantes políticos y literarios de una clase y la clase que representan.” (Karl Marx “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”)
Sus ¿nuevos teóricos? que parecen haber descubierto ayer por la tarde el agua tibia, y sus agentes de prensa, subcontratistas y gerentes oscilan en realidad desde los años cincuentas del siglo XIX, entre el idealismo y el fatalismo. Entre la resignación y el temor, entre el colaboracionismo y el derrotismo. Son en los hechos, la primera linea de defensa del orden capitalista.
Ninguno de los “nuevos” representantes oficiales de la “Internacional” lima-limón, está dispuesto a aceptar que han sido sus políticas socialchovinistas, derrotadas en toda la linea de combate, las que han abierto el camino al neofascismo.
“Es evidente que en los futuros conflictos sangrientos, al igual que en todos los anteriores, serán sobre todo los obreros los que tendrán que conquistar la victoria con su valor, resolución y espíritu de sacrificio. En esta lucha, al igual que en las anteriores, la masa pequeñoburguesa mantendrá una actitud de espera, de irresolución e inactividad tanto tiempo como le sea posible, con el propósito de que, en cuanto quede asegurada la victoria, utilizarla en beneficio propio, invitar a los obreros a que permanezcan tranquilos y retornen al trabajo, evitar los llamados “excesos” y despojar al proletariado de los frutos de la victoria. No está en manos de los obreros impedir que la pequeña burguesía democrática proceda de este modo, pero sí está en su poder dificultar la posibilidad de que esta se imponga al proletariado en armas y dictarles unas condiciones bajo las cuales la dominación de los demócratas burgueses lleve desde el principio el germen de su caída, facilitando así considerablemente su posterior sustitución por el poder del proletariado…” (K. Marx y F. Engels: “Mensaje del Comité Central a la Liga de los Comunistas”)
No es novedad, –ni casualidad– que los intelectuales pequeñoburgueses se ocupen sistemáticamente de intentar “superar” a Karl Marx, negando y “puliendo” el carácter revolucionario de su obra. Esa es la tarea central, el sentido mismo de su profesión. El tráfico de argumentos. La sistemática negación de la posibilidad de un curso anticapitalista de salida a la crisis civilizatoria del orden burgués.
Así, en “teoría”, sin validación histórico-científica alguna, han inventado una “economía” marxista, una historia revolucionaria de las “burguesías nacionales”. Es decir, una política enajenada que intentan acomodar según las circunstancias y necesidades a una “filosofía de la historia” populista. Una metafísica pseudo-materialista a la medida del cliente.
Resulta patético escuchar a sujetos completamente desacreditados, que han sido apenas más que actores secundarios de una farsa, asumirse como protagonistas centrales en la verdadera e inacabada lucha de los pueblos por su liberación. Nadie les ha pedido opinión, excepto sus jefes y patrones. Deberían dedicarse a escribir biografías no autorizadas… al menos aportarían algo nuevo al negocio del chisme y el espectaculo burgués.
La “Internacional” pequeñoburguesa es un aborto intelectual y político, y cualquier expectativa sobre sus alcances es un espejismo que conduce a los pueblos del mundo al desierto de la claudicación y la derrota.
La Oficina Internacional
HIJOS-Red Mundial