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Jóvenes marroquíes huyendo de la guerra
Decenas de jóvenes marroquíes entran clandestinamente a Melilla para escapar del servicio militar porque no quieren verse envueltos en la guerra colonialista contra el pueblo saharaui.
Las fuerzas de seguridad en el enclave de Melilla se enfrentaron la pasada semana a una afluencia masiva de migrantes de un nuevo tipo: Ochenta jóvenes marroquíes de entre 17 y 20 años treparon por el muro perimetral que separa el territorio de Melilla del de Marruecos, estos migrantes son reclutas del contingente marroquí y deben unirse, obligatoriamente, a las filas de las Fuerzas Armadas Reales en 2022 por un período de 12 meses. Catorce de los ochenta jóvenes consiguieron entrar en el enclave.
La dictadura colonialista marroquí había abolido el servicio militar obligatorio en 2006, pero tuvo que restaurarlo en 2018 debido a la falta de voluntarios deseosos de unirse a las filas del real ejército.
El 13 de diciembre de 2021 se inició en el reino el operativo para identificar a los futuros 20.000 reclutas para una reanudación del servicio militar en 2022… Parece que algunos de los jóvenes entre 19 y 25 años no desean incorporarse al cuartel.
Esta negativa se debe, explica a la agencia de prensa Sputnik, Bachir Mohamed Lahsen, catedrático de ciencias de la comunicación, especialista en temas africanos de la Universidad de Sevilla, a que la promoción 2022 será la primera en verse afectada en la guerra en Occidente. Sahara, desde la década de 1980.
“Muchos jóvenes marroquíes no quieren verse envueltos en el conflicto del Sahara Occidental en la que marruecos enfrenta a su ejercito contra la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)… [ ] Creo que algunos no están convencidos de esta guerra mientras que otros no quieren perder la vida o resultar heridos en los bombardeos diarios del ejército saharaui. Es obvio que la línea del frente en el Sáhara Occidental no es un lugar que atraiga a los jóvenes».
El rechazo, junto al miedo, es mayor por la falta total de información, las autoridades marroquíes imponen un silencio sobre el conflicto armado a las familias de los soldados y a toda la prensa nacional e internacional, que aceptan gustosamente (pocas excepciones), sobre lo que está sucediendo en la línea del frente. Además, el catedrático de ciencias de la comunicación subrayó que «las condiciones dentro del ejército son especialmente difíciles y son aún más duras en las unidades ubicadas en la franja del muro de separación”.
Hasta el momento, no ha habido reacción oficial de las autoridades españolas, ni en Melilla ni en Madrid. «Es un fenómeno nuevo», señala Bachir Mohamed Lahsen: “Estos jóvenes marroquíes ciertamente esperan que la negativa a pasar su servicio militar sea un argumento aceptado por la administración española para obtener el estatuto de refugiado”…