Nacida en el 89 y graduada en Derecho y Administración, Marion Maréchal Le Pen comenzó su carrera política como miembro de la Asamblea Nacional a los 22 años, convirtiéndose así en la parlamentaria más joven de la historia política francesa moderna.

Hasta ese momento se encontraba bajo el paraguas de su tía, la candidata presidencial Marine Le Pen, pero en 2017 abandonó sus cargos y cofundó el Instituto de Ciencias Sociales Económicas y Políticas, una escuela superior privada.

El ISSEP, explica la propia Maréchal fue creado para “contrarrestar el “dominio cultural de la izquierda en las universidades” y se ha granjeado un lugar en el olimpo formativo de las élites de la extrema derecha y un ‘think tank’ ultraderechista bendecido por Steve Bannon, asesor de Trump, Bolsonaro, Orbán, Salvini o Abascal.

Con tales dejes no es de extrañar que, incluso, El País tilde la empresa de Maréchal de “Escuela de Intolerancia para la futura élite ultra”.

“No todos los musulmanes son terroristas, pero todos los terroristas son musulmanes. Hay una diferencia ontológica entre el Islam y el saber vivir occidental. […] ¿Cuántos muertos habrá que llorar aún antes de decidirse a expulsar el islam fuera de Francia?”,  escribía Santiago Muzio, un abogado franco-argentino que dirige la sucursal de Madrid del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP).

A Madrid llegó el ‘think tank’ bajo el amparo de VOX, abriendo su centro en la antigua sede del partido ultra en la madrileña calle Nicasio Gallego, aunque estos formalmente se han desvinculado del proyecto.

No obstante, la operación la han llevado a cabo los fontaneros de Santiago Abascal, su mano derecha, Kiko Méndez – Monasterio, Gabriel Ariza, hijo del dueño de El Toro TV y Javier Tebas Llanas, hijo del presidente de La Liga.

Entre las figuras más destacadas del centro madrileño se encuentra el exministro del Interior Jaime Mayor Oreja, dirigente del lobby antiabortista europeo One of Us, el mismo Javier Tebas o el coronel del Ejército de Tierra y analista geopolítico Pedro Baños.

Maréchal considera que, bajo su supervisión, Italia, España y Francia pueden representar la clave ferviente de una nueva Europa, aunque más que nueva huela a naftalina.