International Viewpoint apoya la propaganda de guerra contra Rusia

Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2022/02/03/invi-f03.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws

International Viewpoint apoya la propaganda de guerra contra Rusia

Peter Schwarz                                                                      04.02.22

Los medios occidentales han pasado las últimas semanas trabajando a toda velocidad para provocar una guerra con Rusia. Estados Unidos y otros miembros de la OTAN están suministrando a Ucrania “armas letales”, movilizando sus propias tropas y preparando, en palabras de un alto oficial militar estadounidense, “la mayor guerra europea desde la Segunda Guerra Mundial”. Bajo estas condiciones, era solo cuestión de tiempo antes de que International Viewpoint se uniera al coro de belicistas.

El 20 de enero, el portavoz internacional de la pseudoizquierda emitió un comunicado que ni siquiera se molestó en ocultar la propaganda de guerra imperialista detrás de un velo pseudosocialista. Bajo el engañoso título “La hora de la solidaridad internacional contra la guerra”, los “socialistas ucranianos” anónimos llamaron a la “izquierda internacional” a “condenar las políticas imperialistas del gobierno ruso”.

Soldados ucranianos con un lanzacohetes Javelin estadounidense durante ejercicios militares en la región ucraniana de Donetsk el 12 de enero de 2022 (Oficina de Prensa del Ministerio de Defensa de Ucrania vía AP)

Una declaración de este carácter también podría haber sido escrita por la CIA en Langley, Virginia, por la BND (agencia de espionaje exterior de Alemania) en Berlín o por el MI6 en Londres. No deja dudas de que International Viewpoint tiene ambos pies en el campo de la OTAN y sus títeres ucranianos en la confrontación militar con Rusia.

Señalando que la hegemonía estadounidense está en declive, los autores observan con pesar: “Desafortunadamente, el declive del imperialismo estadounidense ha estado acompañado no por el surgimiento de un orden mundial más democrático, sino por el surgimiento de otros depredadores imperialistas, movimientos fundamentalistas y nacionalistas”. (Énfasis en el original)

“En estas circunstancias”, concluyen, “la izquierda internacional, acostumbrada a luchar únicamente contra el imperialismo occidental, debería reconsiderar su estrategia”. El “ladrón imperialista” que ahora se debe combatir es el “imperialismo ruso, que ahora está tratando de que Estados Unidos redistribuya las esferas de influencia en el mundo”.

La declaración pide el derrocamiento del régimen de Putin en Rusia: “Solo una revolución en Rusia y el derrocamiento del régimen de Putin pueden traer estabilidad, paz y seguridad a los países postsoviéticos”. Lo que se quiere decir con esto es una llamada “revolución de color” como la que Estados Unidos y sus aliados han llevado a cabo en numerosos países para llevar al poder un régimen proimperialista más flexible. International Viewpoint no dice una palabra sobre el programa y el carácter de clase de la revolución deseada; no habla ni de una revolución socialista ni de una revolución proletaria y hasta ahora siempre ha apoyado tales revoluciones de color. International Viewpoint también aboga por un programa puramente burgués para Ucrania. El objetivo es una Ucrania capitalista bajo los auspicios imperialistas. La declaración dice: “Estamos luchando por una Ucrania pacífica y neutral, pero para esto el Kremlin debe poner fin a su política imperialista agresiva, y Ucrania debe recibir garantías de seguridad que son más serias que el Memorándum de Budapest…”.

En el Memorándum de Budapest de 1994, Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia garantizaron a Ucrania fronteras seguras a cambio de que Kiev renunciara a las armas nucleares. International Viewpoint incluso promete a los trabajadores ucranianos que las superpotencias imperialistas protegerán sus intereses si los “movimientos progresistas” en esos países, es decir, ellos mismos, ejercen presión sobre ellos. “No albergando ilusiones sobre la política de los gobiernos occidentales al servicio del gran capital y sus propios objetivos”, escriben, “creemos que los intereses de los trabajadores ucranianos pueden ser tomados en cuenta por ellos solo bajo la presión de los movimientos progresistas y el público de estos países”.

¡Esto después de que millones de habitantes de Afganistán, Siria, Libia y muchos otros países perdieran sus medios de vida o sus vidas porque fueron ‘liberados’ y ‘protegidos’ por los EE.UU. y sus aliados de la OTAN!

Como primera medida, International Viewpoint exige que se estacionen tropas occidentales en Ucrania: “El primer paso debería ser la introducción de un contingente de mantenimiento de la paz de la ONU en Donbas. Somos conscientes de los problemas con las misiones de mantenimiento de la paz existentes y recordamos que a veces los cascos azules no evitaron la violencia masiva. Pero bajo las circunstancias actuales de Ucrania, este es un paso forzado necesario”.

Al WSWS no le sorprende que International Viewpoint se una a la camarilla de belicistas. Incluso lo esperábamos. Hemos publicado numerosas polémicas contra personas como Gilbert Achcar, Rohini Hensman, Juan Cole y organizaciones como el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) francés, el Partido de Izquierda alemán, Podemos español y DSA estadounidense, que se hacen pasar por “izquierdistas” y se dedican a la propaganda de guerra proimperialista.

A principios de 2016, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) publicó la declaración “El socialismo y la lucha contra la guerra”, que dedicó una sección entera a las “agencias pseudoizquierdistas del imperialismo”. Explicó su papel político, examinó su base social y refutó su afirmación de que Rusia y China son potencias imperialistas.

La pseudoizquierda consiste en una capa privilegiada de la clase media que se radicalizó en las décadas de 1960 y 1970 y luego prosperó gracias al aumento de los precios de las acciones y los incesantes ataques a la clase trabajadora. “El auge prolongado del mercado de valores permitió al imperialismo reclutar de entre los sectores de la clase media alta un electorado nuevo y devoto. Estas fuerzas, y las organizaciones políticas que dan expresión a sus intereses, han hecho todo lo posible no solo para suprimir la oposición a la guerra, sino también para justificar las operaciones depredadoras del imperialismo”, explicó el comunicado.

La descripción de la pseudoizquierda de China y Rusia como “imperialistas” tiene dos propósitos, explica la declaración del CICI:

Primero, relativiza, y por lo tanto disminuye, el papel central y decisivo contrarrevolucionario global del imperialismo estadounidense, europeo y japonés. Esto facilita la colaboración activa de la pseudoizquierda con Estados Unidos en operaciones de cambio de régimen, como en Siria, donde el régimen de Assad ha sido respaldado por Rusia. En segundo lugar, y aún más significativo, la designación de China y Rusia como imperialistas, y por lo tanto, por implicación, como potencias coloniales que reprimen a las minorías étnicas, nacionales, lingüísticas y religiosas, sanciona el apoyo de la pseudoizquierda a los levantamientos de “liberación nacional” respaldados por los imperialistas y “revoluciones de color” dentro de los límites de los Estados existentes.

El CICI aboga por el derrocamiento del dominio capitalista en Rusia y China. Pero persigue este objetivo en el marco de la estrategia de la revolución socialista mundial. El derrocamiento del régimen de Putin es tarea de la clase obrera y no de los imperialistas y sus cómplices locales. El colapso de Rusia como resultado de una ofensiva imperialista conduciría a su fragmentación en numerosos estados títeres que serían colonias de las grandes potencias imperialistas.

Lo que le sucedió a Yugoslavia en la década de 1990 se repetiría en una escala mayor e incluso más sangrienta. En ese momento, muchos pseudoizquierdistas elogiaron las luchas brutales de las camarillas de gánsteres nacionalistas que luchaban por los restos de Yugoslavia y colgaban de los hilos de las grandes potencias rivales como ‘luchas por la autodeterminación nacional’. No eran nada por el estilo. Lo que queda es un mosaico nacional de estados empobrecidos, impotentes y completamente dependientes.

El carácter reaccionario del régimen de Putin se deriva precisamente del hecho de que continuó la obra iniciada por sus predecesores estalinistas: el rechazo del programa socialista internacional de la Revolución de Octubre, la restauración capitalista y el saqueo de la propiedad estatal de la Unión Soviética por un puñado de oligarcas y su apertura al capital financiero internacional. Por esta razón, Putin y sus predecesores, Mikhail Gorbachev y Boris Yeltsin, fueron al principio enfáticamente celebrados en Occidente. El Bundestag [parlamento] alemán incluso honró a Putin con una ovación de pie en 2001 cuando pronunció un discurso allí en alemán.

La pseudoizquierda también compartió esta euforia. El último libro de Ernest Mandel, líder durante mucho tiempo del Secretariado Unificado que publica International Viewpoint, fue un himno de alabanza a Gorbachov. Tariq Ali, otro destacado miembro de esta tendencia, dedicó uno de sus libros a Boris Yeltsin, quien bombardeó su propio parlamento, disolvió la Unión Soviética y eligió personalmente a Putin como su sucesor.

Pero cuanto más avanzaba la OTAN en Europa del Este y el territorio de la antigua Unión Soviética, más Putin se convertía en un obstáculo. Incluso los oligarcas rusos, cuyos intereses representa, tienen sus propios intereses nacionales. Pero el régimen de Putin, que teme a la clase trabajadora mucho más que a las potencias imperialistas, no tiene respuesta a la creciente amenaza de guerra. Oscila entre las maniobras diplomáticas y el ruido de sables militares, lo que aumenta aún más el peligro de una tercera guerra mundial y, con ella, la aniquilación de la humanidad.

Los Estados miembros de la OTAN, impulsados por la creciente resistencia a la desigualdad social y su política pandémica asesina, están aceptando conscientemente tal catástrofe y están avanzando con sus preparativos de guerra. Están apoyados en esto por la pseudoizquierda, que está profundamente integrada en el aparato de gobierno burgués.

El estallido de una guerra con terribles consecuencias solo puede evitarse mediante el desarrollo de un movimiento mundial contra la guerra entre la clase trabajadora. Esto requiere la construcción de una nueva dirección política en la clase obrera. El apoyo de International Viewpoint a los preparativos de guerra de la OTAN subraya una vez más la profunda brecha entre la pseudoizquierda y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

El CICI y sus secciones, los Partidos Socialistas por la Igualdad, son hoy la única tendencia socialista internacional digna de ese nombre. Construir secciones del CICI, incluso en Rusia y Ucrania, es la tarea más urgente en la lucha contra la amenaza de guerra.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de febrero de 2022)

 

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