Fuente: https://www.investigaction.net/es/impuestos-a-los-ricos-es-la-solucion/
- 28 Oct 2021
La representante estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez (demócrata de Nueva York) fue el centro de un gran debate en las redes sociales cuando apareció en el evento de la Met Gala de este año con un vestido que decía “Tax the Rich” (Impuestos a los ricos) bordado en la espalda. Al evento de recaudación de fondos asisten muchas personas ricas y celebridades.
Gran parte del debate puso a la propia Alexandria Ocasio-Cortez bajo el microscopio, diseccionando sus motivos personales y escudriñando sus antecedentes. En gran medida, lo que faltó en el debate –el aspecto más importante– fue el propio lema: “Impuestos a los ricos”. Para examinar este eslogan, necesitamos una comprensión sistémica de la explotación a la que se enfrenta la clase trabajadora en el capitalismo.
La naturaleza de clase del problema
La desigualdad de la riqueza es una de las contradicciones más evidentes del sistema capitalista. Más allá de la cantidad de riqueza que tiene la gente, en primer lugar está la contradicción aún más profunda que permite que exista la enorme brecha de ingresos entre ricos y pobres.
De todas las contradicciones del capitalismo, la principal contradicción que da forma a nuestra experiencia es la de la propiedad, entre los que poseen y los que no. La clase capitalista es dueña de los medios de producción, la propiedad medular para la creación de riqueza. Por lo tanto, los capitalistas reclaman el “derecho” a todos los productos generados por los trabajadores que ellos emplean. El resto de nosotros, la clase trabajadora, no poseemos nada que podamos utilizar para producir, salvo nuestra propia fuerza de trabajo.
Algunos trabajadores pueden poseer una casa o un automóvil. Sin embargo, no poseemos la tierra, las herramientas, las fábricas y otros medios para crear nuestros propios productos, y nos vemos obligados a trabajar para los que sí los poseen, por una tarifa muy inferior a la cantidad de valor que realmente producimos. La clase capitalista se queda con toda la riqueza acumulada para sí misma, reinvirtiendo una parte en el ciclo de producción. A los trabajadores nos dan las sobras, lo justo para que podamos sobrevivir y volver al trabajo día tras día.
Los trabajadores producen toda la riqueza de la sociedad sólo para que los empresarios se la expropien. Esto es una explotación descarada, pero sin ella el capitalismo no podría existir.
Subir los impuestos no es suficiente para el cambio
La frase “Tax the Rich” (Impuestos a los ricos) es un eslogan relativamente progresista, sobre todo para plantear en medio de esos asistentes ricos al evento, que pagaron aproximadamente 30.000 dólares por cada entrada a la Gala del Met. El eslogan subraya la naturaleza corrupta del sistema capitalista, en el que los ricos pagan una cantidad desproporcionadamente pequeña de impuestos (si es que pagan algo) en comparación con la clase trabajadora. Pero la frase se queda ahí y no explica la verdadera raíz del problema.
No se cuestiona la existencia de la propiedad privada en sí misma, ni el hecho de que la clase trabajadora y los oprimidos no tengan ninguna propiedad ni control sobre ninguna de las riquezas que producen en la sociedad, ni casi ninguna facultad de ejercer control alguno sobre su lugar de trabajo.
Las relaciones de propiedad privada no se modifican cuando se sube el tipo impositivo a los ricos. Cuando se han aplicado impuestos más altos a los ricos, la consigna se revela insuficiente, porque el simple aumento de la tasa impositiva a los ricos no hace nada para abordar esta dinámica de poder entre la clase capitalista dominante y la clase trabajadora explotada, privada de la propiedad de los medios de producción. Cuando se les hace pagar impuestos más altos, los capitalistas pueden trasladar el gasto bajando los salarios de los trabajadores o subiendo los precios al consumidor.
La única manera de que los trabajadores y los oprimidos cambiemos nuestra relación con los medios de producción, de que nos empoderemos de manera significativa, es organizándonos para la revolución socialista y derribando las relaciones que se establecen con la propiedad privada.
Si vamos a exigir a los ricos que paguen su “parte justa”, eso significaría recuperar su riqueza y su propiedad privada y devolvérsela a los trabajadores que la produjeron colectivamente.
Traducido por Edgar Rodríguez para Investig’Action
Fuente: Workers World