Fuente: https://periodicogatonegro.wordpress.com/2020/07/18/hasta-que-la-solidaridad-sea-pandemia/
Dos vinos y una angustia esperan que advenga algo del orden de lo profesional. Una historia de los horrores, que ya sabemos en la clínica, es capaz lo familiar. Un consumo que consume hasta que ya no hay más quién pueda escabiar. Una voz que habla sin parar, porque las voces que la atormentan mientras habla la dejan en paz.
Clínica del no importa dónde.
Clínica que conversa entre desbordes.
Clínica escucha que acuerpa no se sabe cómo, los dolores del mundo que asedian, una vida, todas las vidas.
¿Cómo se escucha, se sostiene, una denuncia de pedofilia? Cuando el insomnio es supervivencia aprendida, suspender sus andanzas no es tarea sencilla ¿Cómo discutir el sálvese quien pueda que propone la calle? ¿Cómo suspender el riesgo cierto o inminente de casi morir? ¿Cómo tender otras lógicas de cooperación y solidaridad cuando no se conoce esos modos de vivir?
El territorio a su vez dando cátedra. A pasos de Chacarita un vagón que ya no sale a vagonear. Un camarote devenido una casa, un hogar. Un territorio que conversa en tensiones de propiedad. Los edificios nuevos del negocio inmobiliario de la ciudad que avanzan, la resistencia del espacio de las asambleas y ammar, el barrio fraga con su comunidad y la calle con las almas que puede albergar.
¿Cómo hacer de un territorio en disputa una casa, un hogar? ¿Por qué quedarse? ¿Por qué enroscar? ¿Cómo pensar un vagón como un lugar para anidar?
Entre discusiones de espíritus y religiones. Entre mantas aprendidos y huellas de judicializaciones. Entre Gesell y Chacarita, con una historia clínica, cíclica. Entre los geselinos que tienen cosas por decir y los avatares de un vivir que insiste, resiste, a pesar de las heridas que pueden surgir. Entre el vino, las denuncias y golpearse la mesa. Entre niunamenos, yonofui y las tramas feministas. Entre entender que hoy hasta acá y que volvemos otro día. Entre la pandemia, los cuidados, desobedecer y la cuarentena. Entre inventar un modo y alojar no todo. Entre lo que convergen despojo y solidaridad. Entre paltas como intercambio, yuyos y más. Entre miradas cómplices, que miden distancias y corren cuchillos, mientras acompasan alborotos de ardores, estallidos. Entre tensiones de clase y lo que duele la demasiada vida. Entre ya todo fue, soy un caso perdido y vomitar la bronca, denuncias o el vino. Entre el inventar un hacer y que no se sabe lo que puede lo clínico…
Si llegaste hasta acá es porque puede ser que te interese nuestro periodismo, nuestras inquietudes, nuestras ganas de multiplicar la rebeldía, de promover la autonomía, de fomentar la auto-organización anti-autoritaria. Te invitamos a colaborar para que Gatx Negrx siga siendo una de las tantas voces necesarias para recuperar todo lo que nos han robado: