Fuente: Iniciativa Debate/Domingo Sanz
Son las 9 horas y 15 minutos del 4 de agosto de 2020 y los defensores del régimen del 78 como Madina o “El País” han elegido el concepto “abandonar España” para calificar la decisión que tomaron Felipe VI y Pedro Sánchez, cuya primera e inevitable consecuencia es la de crear dificultades materiales a cualquier justicia que pretenda seguir persiguiendo los delitos cometidos por el padre del primero y, sobre todo, conseguir que fallezca fuera de España, para también ahorrarse, ellos, muchas de las incomodidades a las que su muerte entre nosotros les hubieran obligado.
Pero, frente a los equilibrios verbales en la cuerda floja que separa la distancia entre una monarquía que se muere por podrida y una república a la que no dejan nacer los privilegiados de siempre, están los hechos que, como terremotos que todo lo remueven, demuestran que los dirigentes de uno de los países más grandes de Europa siguen queriendo que la sociedad que dominan siga sumergida en el lodazal de corrupción e indecencia cultivado con desenfreno desde hace más de 40 años, porque no quisieron marginar a los asesinos del pasado y les permitieron disfrazarse para seguir mandando.
Hoy, una vez más, vuelve a quedar probado que, si actuaron así, es porque no eran sino ellos, los mismos. Y en España, el criminal grande que ofende a este pueblo, siempre masacrado, tiene la vida y los beneficios garantizados.
Han transcurrido 30 minutos desde el primer párrafo de este grito y siguen vigentes dos de las indecentes e inapelables verdades que hemos confirmado esta mañana y que demuestran, una vez más, que la “democracia” en España no es más que una monarquía con urnas blindada por un ejército de delincuentes que se relevan en el gobierno al ritmo marcado por la eficacia de los entramados instalados para afianzar la corrupción y protegerla de la poca justicia que consigue perseguirla, aunque todos esán de acuerdo en vigilar para que nada de lo importante se desate.
Ahí están las portadas más importantes interrogándose sobre si será en Estoril o la República Dominicana donde esté ahora mismo escondido el rey Juan Carlos I, cosa que conocen perfectamente este Felipe VI que por fin puede regresar tranquilo a La Zarzuela tras su contagioso periplo por provincias acompañado por Leticia, y un Pedro Sánchez, que, de nuevo, se convierte en cómplice del hijo del principal delincuente del Reino de España.
Es decir, España no sabe, en este momento, casi 24 horas después de saber que su emérito saldría de España, aunque ya había salido, dónde reside en este momento.
Una vergüenza mundial e histórica difícilmente superable por ningún Estado bananero, sea cual sea la forma de su cima.
Presidente, una vez más te digo: Felipe VI está blindado por esta Constitución aprobada bajo amenaza y engaño masivo que te tiene atrapado por tus propias palabras, de tanto como la defiendes y ante la que no te atreves a trazar la menor estrategia que te permita cambiarla, y te aseguro que existe.
Y mientras no te atrevas a expulsar a ese despreciable de La Zarzuela, al que tanto te obstinas en salvar su futuro porque sabes que te tiene cogido por los huevos, disculpa la dolorosa metáfora, al menos “desde hace un año” según el siempre bien informado Zarzalejos, debes saber que será él quien te terminará destruyendo a ti. Aprende de los “comunistas”, a quienes el otro día defendías contra los monárquico-fascistas de Abascal, cuando se aliaron hasta “con el diablo”, que dijo Carrillo en 1970, más o menos, para acabar con la dictadura. Pero no te dejes engañar, tan tontos como fuimos, aceptar la bandera y la monarquía mientras los amigos del también despreciable Juan Carlos I montaban asonadas para ayudarle a acabar con un Suárez al que ya no soportaba porque le empezaba a hablar de igual a igual, “qué se habría creído este Adolfo, yo, que había jurado los Principios Fundamentales del Movimiento y solo yo puedo cometer perjurio”, debió pensar el hoy huido.
¿Qué te hace pensar que Felipe VI, como buen Borbón, como todo Borbón, no está haciendo lo mismo contigo, si ya supo acabar con Rajoy por nueve minutos de pantalla un tres de octubre?
Felipe VI será quien te destruya, pues en su mano envenenada tiene el botón que puede apretar para acabar contigo, digan lo que digan las urnas, que muchos son los recursos y las tácticas de que disponen quienes se sienten superiores y protegidos por asesinos ocultos que, a un simple gesto del rey, nunca les temblará la mano si tienen que disparar contra el pueblo.
Ya te ha destrozado un poco más, Pedro Sánchez, como lo viene haciendo “desde hace un año”, volvemos de nuevo, cuando te implicó en la protección del delincuente Juan Carlos I haciéndote conocedor de sus delitos y te desestabilizó, hasta quitarte el sueño, durante las negociaciones para formar gobierno a partir de las urnas del 28 de abril, quien las pillara de nuevo.
Porque la otra noticia que hemos conocido esta mañana, que nadie ha desmentido y que demuestra que ya eres un presidente convertido en mierda por el rey, es lo que acaba de declarar en La SER la ministra de Igualdad, Irene Montero: resulta que no has informado a todo el gobierno que diriges de la movida para alejar a Juan Carlos I de la justicia, diga lo que diga en un papel su abogado, que no será precisamente éste el primer acusado que renuncie a decir mentiras para defenderse.
Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, este es el momento en el que vuestro gobierno de legítima coalición progresista, apoyado por un Congreso que proporcionará una mayoría más que suficiente, debe pedirle al pueblo permiso para iniciar la reforma de la Constitución sin mayor detalle ni limitación, tal como hizo Adolfo Suárez en 1976 con su referéndum, tan olvidado, de la Reforma Política, pero que sirvió para abril una cárcel que, a estas alturas, comprobamos que pretende encerrarnos de nuevo.