Fuente: https://arrezafe.blogspot.com/2020/05/estados-unidos-el-holocausto-oculto.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+ElArrezafe+%28el+arrezafe%29 Michael Parenti 14 mayo, 2020
Del libro Sucias verdades, [1992], de Michael Parenti
Traducción del inglés: Arrezafe
«He visto a hombres fuertes colmar el suelo de lágrimas, rogando por un trabajo. Con algunos de ellos tenemos que emplearnos a fondo para evitar que se suiciden. Muchos manifiestan que solo quieren morir», dice Charlie Tarrance, director de una agencia social privada. Su tarea es lidiar con las crecientes colas de personas desesperadas que buscan trabajo, vivienda y comida. El lugar es Gadsden, Alabama, pero podría ser cualquier lugar de los Estados Unidos.
Podría ser Washington DC, en un supermercado Safeway a apenas una milla de la Casa Blanca, donde un anciano que sostiene una lata de comida para perros, llora. Cuando se le pregunta qué le pasa, responde: “Tengo hambre. Tengo hambre.»
Podría ser la ciudad de Nueva York, donde una mujer grita al propietario que la desaloja de su casa junto con sus hijos, a los que, para su mayor angustia, la Oficina de Bienestar Infantil se lleva. Desesperada y sollozando, es trasladada a un hospital psiquiátrico de Nueva York para ser tratada por los psiquiatras que todo lo saben y diagnosticada como «esquizofrénica paranoica».
Cuánta miseria y crueldad en la tierra. A medida que los líderes estadounidenses avanzan decididamente hacia su Solución Final de libre mercado, abundan las historias de hambre, dolor y desesperación. Tales tragedias existen hace mucho tiempo. La patología social forma parte de esta sociedad tanto como el crimen y el capitalismo. Para multitud de personas, la vida se vuelve cada vez más difícil.
«Combate la pobreza, no a los pobres» |
Algunas sombrías estadísticas
A los conservadores les gusta proclamar cuán maravillosa, feliz y próspera es nuestra nación. Lo único que coincide con su amor por el país es la notable indiferencia que muestran hacia las personas que viven en él. Para ellos, los gritos angustiados de los desposeídos no son más que molestos lloriqueos de descontentos. Tildan de «quejicas» a quienes criticamos las condiciones de vida existentes, que mostramos cierta preocupación por nuestros conciudadanos. Pero la sucia verdad es que existe una cantidad alarmante de desigualdades, dificultades, abusos, aflicciones, enfermedades, violencia y patologías en este país. Las cifras revelan una lista que alcanza a millones víctimas. Considerad las siguientes estimaciones de un año cualquiera:
27.000 estadounidenses se suicidan.
5.000 intentos de suicidio. Algunas estimaciones son más altas.
23.000 son asesinados.
85.000 son heridos por armas de fuego.
38.000 de estos mueren, incluidos 2.600 niños.
13.000.000 son víctimas de crímenes que incluyen asalto, violación, robo a mano armada, hurto e incendio provocado.
135.000 niños llevan armas a la escuela.
5.500.000 personas son arrestadas por diversos delitos (sin incluir infracciones de tráfico).
125.000 mueren prematuramente por abuso de alcohol.
6.500.000 consumen heroína, crack, speed, PCP, cocaína o alguna otra droga dura de forma regular.
37.000.000, uno de cada seis estadounidenses, consumen regularmente drogas médicas para controlar su estado de ánimo. Los usuarios son en su mayoría mujeres, los patrocinadores doctores, los proveedores compañías farmacéuticas: las ganancias astronómicas.
2.000.000 de personas no hospitalizadas reciben potentes drogas de control mental, a veces descritas como «camisas de fuerza químicas».
5.000 mueren por tratamientos con drogas psicoactivas.
200.000 están sujetas a tratamientos de descargas eléctricas perjudiciales para el cerebro y el sistema nervioso.
De 600 a 1.000 personas, en su mayoría mujeres, son lobotomizadas.
25.000.000, o uno de cada 10 estadounidenses, busca ayuda en fuentes psiquiátricas, psicoterapéuticas o médicas para afrontar problemas mentales y emocionales, a un costo de más de 4 mil millones de dólares anuales.
6.800.000 recurren a servicios no médicos, como clérigos, agencias de asistencia social y consejeros sociales, en busca de ayuda para sus problemas emocionales. En total, unos 80.000.000 han buscado algún tipo de asesoramiento psicológico en sus vidas.
1.300.000 sufren algún tipo de lesión relacionada con el tratamiento en los hospitales.
2.000.000 se someten a operaciones quirúrgicas innecesarias, 10.000 de las cuales mueren a consecuencia de las mismas.
180.000 mueren por reacciones adversas a los tratamientos médicos, más de las que mueren por accidentes aéreos y automotrices sumados.
Más de 14.000 personas mueren por sobredosis de medicamentos legalmente recetados.
45.000 mueren en accidentes automovilísticos. Sin embargo, aumenta el número de automóviles y autopistas mientras se reduce la financiación destinada a formas más seguras de transporte colectivo.
De las 1.800.000 víctimas que sufren lesiones no fatales por accidentes automovilísticos, 150.000 padecen discapacidades permanentes.
126.000 niños nacen con taras importantes, principalmente debido a una atención prenatal insuficiente, deficiencia nutricional, toxicidad ambiental o adicción a las drogas por parte de la madre.
2.900.000 niños son objeto de negligencia o abuso graves, incluida la tortura física y el hambre deliberada.
5.000 niños son asesinados por sus padres o abuelos.
Más de 30.000 niños quedan permanentemente discapacitados físicamente por abuso o negligencia. El abuso infantil en los Estados Unidos afecta a más niños cada año que la leucemia, los accidentes automovilísticos y las enfermedades infecciosas juntas. Los casos de abuso por parte de padres desempleados aumentan dramáticamente.
1.000.000 de niños huyen de su hogar, principalmente debido a malos tratos, incluido abuso sexual, de padres y otros adultos. El 83 por ciento de los niños fugitivos abusados sexualmente proviene de familias blancas.
150.000 niños son denunciados como desaparecidos.
50.000 de estos simplemente desaparecen. Sus edades oscilan entre el año y los 15. Según el New York Times, «Algunos de estos niños están muertos, quizás la mitad de ellos, enterrados anualmente en este país, son niños no identificados».
900.000 niños, algunos de apenas siete años de edad, se dedican al trabajo infantil en los Estados Unidos, sirviendo como trabajadores agrícolas mal pagados, lavaplatos, lavandería y trabajos domésticos de hasta diez horas al día en violación de las leyes de trabajo infantil.
De 2.000.000 a 4.000.000 de mujeres son maltratadas. La violencia doméstica es la principal causa de lesiones y la segunda causa de muerte de las mujeres estadounidenses.
700.000 mujeres son violadas, una cada 45 segundos.
5.000.000 trabajadores resultan heridos en el trabajo, de los cuales 150.000 sufren discapacidades permanentes relacionadas con el trabajo, incluyendo mutilaciones, parálisis, problemas de visión, audición dañada y esterilidad.
100.000 enferman gravemente debido a enfermedades relacionadas con el trabajo, incluidos el pulmón negro, el pulmón marrón, el cáncer y la tuberculosis.
14.000 son asesinados en el trabajo, alrededor del 90 por ciento son hombres.
100.000 mueren prematuramente debido a enfermedades relacionadas con el trabajo.
60.000 mueren a causa de contaminantes ambientales tóxicos o a los alimentos, el agua o el aire contaminados.
4.000 mueren por comer carne contaminada.
Otros 20.000 sufren envenenamiento por E. coli 0157-H7, la bacteria mutante que se encuentra en la carne contaminada y que generalmente genera problemas de salud física y mental de por vida. Una inspección más exhaustiva de la carne con nuevas tecnologías podría eliminar la mayoría de los casos de contaminación.
Actualmente:
5.100.000 están tras las rejas o en libertad condicional, de los cuales 2.700.000 están encerrados en prisiones del condado, estatales o federales o bajo supervisión legal. Cada semana, 1.600 personas van a la cárcel, más que las que la abandonan. La población carcelaria se ha disparado más del 200 por ciento desde 1980. Más del 40 por ciento de los reclusos están encarcelados por delitos no violentos relacionados con drogas. Los afroamericanos constituyen el 13 por ciento de los consumidores, pero el 35 por ciento de los arrestos por drogas, el 55 por ciento de las condenas y el 74 por ciento de las penas de prisión. Respecto a los delitos no relacionados con drogas, los afroamericanos sufren penas de prisión de aproximadamente un 10 por ciento más que los blancos por delitos similares.
Más de 15.000 tienen tuberculosis, y el número crece rápidamente. 10.000.000 o más son portadores del bacilo de la tuberculosis, la mayoría personas económicamente desfavorecidas o adictas.
10.000.000 de personas tienen serios problemas con la bebida; El alcoholismo va en aumento.
16.000.000 padecen diabetes, en comparación con los 11.000.000 de 1983.
160.000 morirán de diabetes este año.
280.000 están diagnosticados por enfermedad o retraso mental y en muchos casos obligados a tomar grandes dosis de drogas para su control.
255.000 enfermos mentales han sido dados de alta y abandonados a su suerte en los últimos años. Muchos de los cuales están ahora en casas de reposo o simplemente deambulando por las calles.
3.000.000 o más sufren discapacidades cerebrales y físicas que incluyen parálisis, sordera, ceguera y discapacidades menores. La mayoría de ellos son pobres. Muchas de estas discapacidades podrían haberse corregido con un tratamiento temprano o prevenidas con mejores condiciones de vida.
2.400.000 sufren de una variedad de síndrome de fatiga crónica grave e incapacitante.
Más de 10.000.000 sufren de asma sintomática, un aumento del 145 por ciento entre 1990 y 1995, en gran parte debido a la calidad cada vez más contaminada del aire que respiramos.
40.000.000 o más carecen de seguro médico o protección sanitaria.
1.800.000 personas mayores que viven con sus familias son objeto de abusos graves, como confinamiento forzoso, alimentación insuficiente y palizas. El maltrato a las personas mayores por parte de sus hijos y otros parientes cercanos crece dramáticamente a medida que las condiciones económicas empeoran.
1.126.000 de los ancianos viven en residencias., en las que gran parte de ellos soporta condiciones de negligencia extrema, suciedad y abuso.
1.000.000 de niños se hayan en orfanatos, reformatorios y cárceles para adultos. La mayoría han sido arrestados por transgresiones menores o no han cometido ningún delito y están encarcelados sin el debido proceso. La mayoría de origen pobre. Muchos de ellos son víctimas de palizas, asalto sexual, aislamiento prolongado, drogas de control mental y, en algunos casos, psicocirugía.
Cada año 950.000 niños en edad escolar son tratados con potentes drogas para controlar la «hiperactividad», con efectos secundarios como pérdida de peso, retraso del crecimiento y psicosis aguda.
4.000.000 de niños desatendidos con discapacidades de aprendizaje.
Más de 4.500.000 de niños –o más de la mitad de los 9.000.000 que reciben asistencia social– sufren desnutrición. Muchos de estos sufren daños cerebrales causados por desnutrición prenatal e infantil.
Se estima que 40.000.000 de personas, una de cada cuatro mujeres y más de uno de cada diez hombres, han sido abusadas sexualmente de niños, la mayoría de las veces entre las edades de 9 y 12 años, generalmente por familiares cercanos o conocidos familiares.
7.000.000 a 12.000.000 están desempleados; los números varían con el ciclo económico. Un número cada vez mayor de desempleados crónicos muestra signos de estrés y depresión.
6.000.000 tienen trabajos temporales.
15.000.000 o más son trabajadores “contratados” a tiempo parcial.
3.000.000 más de trabajadores están desempleados, pero no cuentan porque sus prestaciones por desempleo se agotaron, o nunca porque nunca la obtuvieron, o dejaron de buscar trabajo, o se unieron a las fuerzas armadas porque no pudieron encontrar trabajo.
80.000.000 malviven de unos ingresos estimados por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos como por debajo de una «ingresos adecuados», 35.000.000 de los cuales sobreviven por debajo del nivel de pobreza.
12.000.000 de pobres sufren hambre crónica y desnutrición.
2.000.000 o más carecen de hogar, y están obligados a vivir en las calles o en refugios improvisados.
160.000.000 están endeudados, un fuerte aumento de los 100 millones de hace menos de una década. La mayoría indica que ha solicitado prestamos, no para lujos, sino para necesidades básicas. Las crecientes deudas amenazan con una represión económica en más y más familias.
Todo esto explica por qué muchos de nosotros estadounidenses encontramos pocos motivos para regocijarnos por América la Bella. No es que no amemos a nuestro país, al contrario. No amamos una abstracción llamada «los EE.UU.», sino a las personas que viven en ella. Y creemos que el orgullo de una nación no debe utilizarse para ocultar un desorden social y económico que es su vergüenza. El sueño americano se ha convertido en una pesadilla para muchos. La preocupación por la mejora colectiva, por poner fin a los abusos y al saqueo del libre mercado, es de suma importancia. “El pueblo antes que las ganancias” no es solo un eslogan, es nuestra única esperanza.