A los gobernantes españoles y a los sostenedores del régimen se les llena muy a menudo la boca con las palabras “derechos humanos”. Pero, cuando las vomitan (normalmente para acusar de vulnerar dichos derechos a otros gobiernos ideológicamente contrarios, por ejemplo los de Cuba y Venezuela), esas palabras les delata. Y es que junto a ellas e inevitablemente van adheridas en su contra las palabras “cínicos” e “hipócritas”, que en realidad es lo que son por su sistemática vulneración de los derechos humanos de sus gobernados.

Sin ir más lejos, hoy hemos podido saber que, durante el puente de la oprobiosa Constitución española, ocho presos han muerto en centros penitenciarios del Estado español.

Esta información la ha aportado la asociación de trabajadores de Instituciones Penitenciarias “Tú abandono me puede matar” que, al parecer, reivindica mejoras en el sistema penitenciario español.

Con las personas fallecidas durante el mencionado puente (tres días), ya son 162 los presos muertos en prisión desde el 1 de diciembre del 2018. Al parecer, la mayoría de ellos a causa de sobredosis o por suicidio.

Concretamente, de los ocho reclusos que han fallecido durante estos tres días, siete han muerto por posible sobredosis y uno por suicidio. Dos de ellos han muerto en menos de 24 horas de diferencia en la prisión de Asturias y el resto en Ocaña II, Topas (Salamanca), Sevilla I, Sevilla II, Aranjuez y en Dueso.

La citada asociación ha denunciado la falta de personal que se padece en muchos centros. Esta asegura cuando son vísperas de festivos se facilita la medicación a los internos de manera acumulada en lugar de hacerlo día a día. Dicho de otra manera: los presos reciben de golpe la medicación que tendrían que recibir a lo largo de tres o cuatro días.

Denunciado esto, alertan de que esta práctica eleva mucho el riesgo de sobredosis y supone un aumento de la conflictividad entre los presos.

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