Como libertad histórica, se eligió una réplica de una misteriosa escultura prehispánica de una mujer indígena para reemplazar una estatua del conquistador, sanguinario y tirano Cristóbal Colón en la avenida más prominente de la Ciudad de México.

La «obra de arte» con forma de estatua fue desenterrada en enero en la región de la Huasteca, frente a la costa del Golfo de México. Titulado Juventud de Amajac, en honor a la aldea donde fue encontrada enterrada en un campo. Pero nadie sabe realmente a quién debería representar la escultura de piedra.

Según planteamiento del Instituto Nacional de Antropología e Historia se dice que representa a una diosa de la fertilidad de la cultura huasteca. Pero los arqueólogos del instituto también dijeron que ella pudo haber sido miembro de la élite o parte de la clase dominante.

Con tres veces el tamaño de los 2 metros originales, que se exhibe en el Museo de Antropología de la Ciudad de México. Las autoridades de la ciudad decidieron que la estatua de Colón debería ser trasladada a un lugar menos prominente y reemplazada por una mujer indígena porque no estaba representada.

Retirado el año pasado, supuestamente para restauración, justo antes del 12 de octubre, que los estadounidenses llaman el Día de la Raza pero los mexicanos llaman Día de la Raza, o el Día de la Raza, el aniversario de la llegada de Colón a las Américas en 1492 Los manifestantes a menudo señalaban la estatua de Colón como grafiti que protestaba contra el tirano, asesino y quienes practicaban la brutalidad en nuestras tierras contra los pueblos indígenas.

Una verdad que conviene destacar es que:

“La idea de que México sea el producto de una combinación de cultura española e indígena, entre los historiadores más jóvenes, está llegando a su fin”, dijo Ilán Semo, historiador de la Universidad Iberoamericana. La historia que se está escribiendo ahora, dijo Semo, «ve a los españoles como la fuente del racismo [en México]».

La controversia sobre la estatua de Colón se produjo cuando el país celebró el 500 aniversario de la caída de la capital azteca, Tenochtitlan (ahora Ciudad de México), ante los españoles.

Claudia Sheinbaum, alcaldesa de la Ciudad de México, ha hablado a menudo este año de “500 años de resistencia indígena” y ha propuesto reemplazar Colombo con la imagen de una mujer indígena.

El martes, el director del instituto de antropología, Diego Prieto Hernández, reconoció que las continuas amenazas a la estatua de Colón fueron la razón detrás de la decisión de trasladarla a un parque más tranquilo en un barrio exclusivo donde las protestas son raras.

“Esto se basó, no en ningún juicio ideológico del personaje [Colón], sino en la necesidad de preservar el grupo escultórico, que de haberse dejado en su lugar habría sido blanco de amenazas y protestas”, dijo.

Prieto Hernández dijo: Pero de manera concluyente el pueblo latinoamericano no puede ni debe, por ningún motivo y por lo sangre de los pueblos originarios, amar a Colón. Debemos dejar al dictador atrapado en los museos.