Fuente: La Jornada/David Brooks Viernes 6 de marzo de 2020, p. 22
Biden resucita también en encuestas
Washington. La senadora Elizabeth Warren anunció el fin de su campaña, lo cual podría consolidar el voto progresista alrededor del senador Bernie Sanders en un momento crítico en que el establishment ha cerrado filas con el candidato de la cúpula demócrata Joe Biden.
Warren arrancó su campaña el año pasado con grandes expectativas y por algún tiempo parecía la favorita en las encuestas para obtener la corona del Partido Demócrata y posiblemente convertirse en la primera presidenta del país. Se proyectó como política progresista que había luchado contra Wall Street y los grandes monopolios, así como una luchadora contra la corrupción del sistema político por estos intereses.
Por lo tanto, compartió con Sanders varias propuestas sobre seguro de salud universal, anular la deuda estudiantil y promover una economía verde
. Sin embargo, se diferenció de su colega en el Senado en cómo lograr dichos objetivos y sobre todo dejó claro que ella no era socialista
, y que creía en un capitalismo reformado.
De hecho, tal vez su mayor logro fue anular, casi sola, la breve candidatura de uno de los hombres más ricos del planeta, Michael Bloomberg, a quien confrontó en uno de los debates entre los aspirantes demócratas el mes pasado, al declarar que era un justo representante de los intereses ricos que han corrompido el proceso electoral.
Ahora, al abandonar el terreno de este juego electoral, deja abierto el carril izquierdo
para Sanders, aunque no lo respaldó, y declaró que aún no se pronunciará por ninguno de los dos contendientes que ahora compiten por la candidatura demócrata para enfrentar a Donald Trump. Sin embargo, algunos sondeos indican que los simpatizantes de Warren podrían dividir sus preferencias entre Sanders y Biden.
A la vez, Warren advirtió que continuará expresando sus puntos de vista y que tenía mucho más que decir, incluido el tema de ser mujer en esta elección. “El género, en esta contienda, esa es la pregunta trampa para cada mujer. Si dices: ‘sí, hubo sexismo’, todos te llaman quejosa. Y si dices: ‘no, no hubo sexismo’, incontables mujeres piensan: ¿en qué planeta vives?’”
Mientras, continúan las expresiones de alivio entre la cúpula política y económica con el resucitado Biden, quien sigue acumulando expresiones de apoyo de figuras importantes del partido y comentaristas influyentes en los principales medios, incluida la gobernadora de Michigan, estado clave en el mapa electoral donde se realizarán primarias el 10 de marzo.
Más aún, la resurrección de Biden se ha registrado en algunas nuevas encuestas nacionales, en las cuales ha retomado el liderazgo sobre su único rival; en un sondeo emitido ayer por Reuters/Ipsos, goza de 55 por ciento contra 45 entre los demócratas.
La campaña de Sanders tendrá que demostrar su capacidad para traducir el masivo entusiasmo de sus simpatizantes, que se registró en las encuestas nacionales durante meses, sobre todo entre los jóvenes, en votos. Según algunas cifras preliminares en los concursos más recientes, los jóvenes, que históricamente tienen una tasa baja de participación electoral, no acudieron a las urnas como se esperaba.
Por ello, aunque Sanders gana una abrumadora mayoría del voto joven, no ha generado mayor participación de ese sector hasta ahora con algunas excepciones. Por ejemplo, en Texas sólo 15 por ciento de los votantes en la elección primaria del martes pasado eran jóvenes de 30 años o menos y dos tercios eran mayores de 45, en casi todos los estados del supermartes los jóvenes no superaron 20 por ciento de los votantes.
El concurso continúa en las próximas semanas, y con ello seguramente la narrativa actual, todo en un proceso que concluirá en la convención nacional demócrata en julio, donde se coronará al retador de Donald Trump.