Elecciones primarias en Chile: Balance y crítica

Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2021/07/20/elecciones-primarias-en-chile-balance-y-critica/                 JULIO 20, 2021

ELECCIONES PRIMARIAS EN CHILE: BALANCE Y CRÍTICA

El plan «paso a paso» electoral sigue su curso

por Guillermo Correa

Con el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución el tambaleante gobierno de Piñera volvió a respirar aferrándose a la tabla de salvación que las elites y la clase política institucional idearon desesperada e inteligentemente como una salida política a la crisis, ante el terror que la rebelión popular adquiriera una fuerza incontenible que sobrepasara y fracturara peligrosamente la institucionalidad neoliberal. La pandemia de coronavirus, además, llegó como una poderosa balsa para aportar en forma muy importante a la salvación del naufragio que se hacía evidente.

Controlada la tormenta provocada por la rebelión popular del 18 de octubre las aguas se fueron lentamente calmando y dando paso, con la emergencia sanitaria presente, a un período de confinamiento que fue dejando al descubierto los graves problemas sociales, económicos y sanitarios que se escondían como un espejismo tras el denominado “oasis de éxito” con que se vendía en los mercados nacionales y extranjeros el producto llamado Chile. Los sectores rebeldes debieron reorientar sus energías para enfrentar la difícil situación provocada por la emergencia sanitaria, pero también un sector de este comenzó un proceso de reflexión política y terminó plegándose a lo ofrecido por las élites y la clase política tradicional, que antes cuestionaban enérgicamente, aceptando el camino institucional.

La cuña de la división en el movimiento popular rebelde provocada por la aceptación del “plan paso a paso electoral” así definido, fue el golpe de gracia al camino que comenzaba a ser transitado para la construcción de una real alternativa de cambios radicales tendientes a terminar con el sistema capitalista y patriarcal.

Un porcentaje no despreciable de los sectores rebeldes reorientaron su qué hacer y sus energías hacia las múltiples contiendas electorales programadas, participando con un entusiasmo difícil de haber imaginado durante las movilizaciones, sobre todo después de haber escuchado sus peticiones y encendidos discursos anticapitalistas y antipatriarcales expresados durante las masivas y enérgicas jornadas de protesta popular que se prolongaron hasta marzo del 2020, algunos días antes de que la emergencia sanitaria del coronavirus apareciera en nuestro país y la aplicación del Estado de Emergencia, con toque de queda incluido se instalara a lo largo de Chile, con el confinamiento y las graves consecuencias sanitarias y económico sociales que estamos padeciendo.

Así, con el argumento de las decisiones tácticas y el realismo político, como decía anteriormente, algunos sectores rebeldes terminaron aceptando los caminos institucionales impuestos desde el poder, dejando de lado el camino de construcción de una alternativa democrático, popular y revolucionaria que se orientara a terminar con el sistema de explotación y opresión capitalista en todas sus más variadas formas de expresión, al priorizar el camino electoral e institucional asumido y priorizado.

Se continúa aceptando los espacios de poder de acuerdo con las indicaciones que desde las élites y el poder institucional se siguen dando. Las metáforas de que entramos a su propia cancha para no obedecer sus reglas ni su árbitro, funcionan en los primeros minutos del partido, cuando las pasiones están encendidas en su máximo esplendor e ímpetu, pero a medida que vaya transcurriendo el encuentro se irán aplacando y moderando estos comportamientos, a menos que desde fuera de la cancha, no solo desde las galerías, sino más allá del propio estadio, el pueblo organizado y movilizado obligue a estos jugadores y jugadoras a asumir cada posiciones más rupturistas.

Ayer domingo 18 de julio fue el turno de la Elecciones Primarias Presidenciales, donde las “carreras corridas” de Jadue y Lavin no fueron tales y el sorpresivo y aplastante triunfo de Boric y Sichel dejó a los analistas políticos como Condorito, “exigiendo una explicación”.

En una reflexión anterior del 06 de julio titulada “Pinceladas sobre la situación política actual” planteaba la pregunta “¿Qué pasaría si el pueblo concertacionista se volcara resueltamente en apoyar la candidatura de Boric? Probablemente esta contienda electoral sería mucho más competitiva y hasta podría acarrear más de alguna sorpresa. En la noche del domingo 18 de julio se sabrá la respuesta.” El vaticinio en forma de interrogante se cumplió, pero la abismante diferencia de votos era imposible siquiera imaginársela.

Junto al pueblo concertacionista, con varios importantes actores políticos que respaldan la candidatura presidencial de Gabriel Boric y que antes fueron fervientes partidarios de los gobiernos de Michelle Bachelet, representados principalmente por un importante grupo de militantes socialistas, existe además toda una nueva generación de jóvenes y muchachas provenientes de sectores independientes y de los movimientos sociales que han venido a revitalizar o actualizar muchos de los planteamientos en esta candidatura de Boric, agregándole nuevos elementos relativos al feminismo, ecologismo, género, pueblos originarios y medio ambiente, pero que políticamente, a mi modo de ver, representan más bien una versión nueva de la vieja concertación, puesto que en su programa no postulan cambiar radicalmente el sistema de dominación imperante, sino que llaman a ampliar los acuerdos políticos que aseguren la estabilidad institucional y la paz social, intentando reformar los más profundamente posible el modelo de dominación imperante.

Algunos(as) incluso han manifestado que con la derrota de Jadue perdió el pueblo, pero los sectores populares rebeldes fueron divididos y derrotados mucho antes de estas elecciones, con la firma del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución y no en las primarias presidenciales de ayer domingo. Por otra parte, si nos referimos concretamente a los programas presentados tanto por el candidato Boric como por el candidato Jadue, ambos, esencialmente, buscan una profundización o mejoramiento de la democracia, pero de la democracia burguesa que actualmente está vigente y/ o, en el mejor de los casos, son programas con características socialdemócratas, pero que en nada tienen que ver con un programa democrático popular y rupturista. Este todavía no se construye y, como decía en reflexiones anteriores, ahora es cuando los sectores populares rebeldes que no participan de este “paso a paso electoral” deben continuar con más fuerza avanzando en organización y poder popular territorial y sectorial, para de esta manera construir una alternativa popular autónoma y extraparlamentaria que pueda ser puesta en evidencia en el escenario político nacional.

Los resultados electorales una vez más, mediante la interpretación de las cifras relativas a la participación, se manipulan definiéndolas con calificativos de “históricas”, comparándolas con la participación en otras elecciones primarias, pero pasando por alto que del universo habilitado para sufragar, que era de 14.627.497 personas, votaron 3.104.056. Es decir, tomando en cuenta estas cifras duras y puras, solo poco más del 21% del electorado habilitado fue a votar en estas “históricas” elecciones primarias.

Como he manifestado en reiteradas ocasiones, es muy difícil sacar conclusiones respecto a ese complejo y difuso universo de no votantes, pero allí también están presentes los sectores populares rebeldes que no aceptaron participar del itinerario institucional impuesto desde las élites y la clase política institucional. Se quiera o no, es un dato que debe estar presente en cualquier análisis político de la situación coyuntural por la que atraviesa actualmente nuestro país.

Creo relevante puntualizar asimismo que “el paso a paso electoral” es el camino fijado por la institucionalidad, representada en nuestro país por un sistema capitalista que se expresa en el modelo neoliberal vigente y, más allá de los resultados o triunfos parciales que se vayan obteniendo en esta bien delimitada cancha y contienda institucional, siguen obedeciendo al itinerario fijado para precisamente salvaguardar este sistema y evitar su desmoronamiento, con más o menos reformas que se logren concretar en la nueva Constitución que saldrá redactada de la Convención Constitucional en curso.

Vienen nuevas elecciones y acá se verá también si la clase política institucional, a la luz de los malos resultados obtenidos en la elección de convencionales constituyentes, estará nuevamente dispuesta a ceder espacios de poder institucional, permitiendo listas de independientes, paridad de género y escaños reservados, lo que contribuiría a su propio suicidio político. Seguramente los sectores independientes y de la Lista del Pueblo buscaran obtener estos espacios para poder levantar con éxito las candidaturas parlamentarias que han planteado que llevarán adelante, y tampoco han descartado levantar una candidatura presidencial propia. Desde Valparaíso, llamando a conformar una alianza de los sectores independientes y sociales junto a la Lista del pueblo para enfrentar la situación política actual, incluyendo una candidatura presidencial propia, viene planteando insistentemente el Alcalde Jorge Sharp y sus más estrechos colaboradores. El “plan paso a paso electoral” sigue adquiriendo nuevos y creativos esfuerzos.

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 19 de julio 2021

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Primarias 2021: un espectáculo exclusivo de la clase política

por Paul Walder | Clarín

Las primarias para las elecciones presidenciales de noviembre vuelven a expresar el desinterés de los chilenos y chilenas por la política tradicional. Apenas un poco más de tres millones de electores ejercieron su voto por alguno de los candidatos. Tres millones de un universo de más de catorce millones. Un escaso 21 por ciento salió de sus casas el domingo pasado en tanto más de once millones prefirió descansar, pasear o ver televisión. Una enorme mayoría que no sólo ve cómo la minoría decide los destinos del país, sino esta autoexclusión ensancha la brecha abierta hace décadas entre la población, sus organizaciones, y los políticos, a quienes ve como clase y elite. La desconfianza, y también desprecio por los partidos, vuelve a ser expresarse de forma palmaria.

No ha sido siempre así. La evidencia ha mostrado que la población se moviliza si hay candidatos que sí la represente. Y esto sucedió hace un par de meses para las elecciones de los convencionales constituyentes que abrió la participación de decenas de organizaciones sociales y territoriales representativas. La participación electoral, aun cuando no fue destacada, sí rompió la tendencia con un alza superior al 50 por ciento. Una votación masiva que también logró instalar al interior de la Convención Constitucional a una mayoría de independientes y representantes de organizaciones, colectivos, pueblos originarios. Los chilenos no votan por pereza ni por desinterés. No votan cuando no hay un candidato ni un proyecto que los represente.

Las primarias del domingo responden a este proceso de deterioro de los partidos políticos. Unos por cierto más que otros. El 21 por ciento que votó lo hizo, tanto en la derecha como en la izquierda, por fuerzas y figuras jóvenes y castigó hasta el punto de sacarlos de la escena a los viejos políticos y sus coaliciones. Esto fue claro en la derecha. Los partidos tradicionales de Chile Vamos, tanto la UDI, Renovación Nacional y Evópolis, perdieron por goleada la elección. Joaquín Lavín, que intentó abrirse paso a su tercera elección presidencial, es probable que en este ámbito busque la jubilación.

La derecha votó por Sebastián Sichel, independiente por Chile Vamos de 43 años. En contra tiene haber sido ministro de Sebastián Piñera; a favor,  un pasado en diversos partidos y en especial su actual independencia. Independiente en la denominación porque es claramente de derecha. Hasta el momento no hay claridad sobre qué elementos contribuyeron a su triunfo, con más del 49 por ciento en una lista de cuatro, pero sin duda su perfil de distancia de los decadentes partidos tradicionales le ha jugado a favor. El votante de derecha está desencantado con la actual coalición de gobierno, que tiene al presidente Piñera con la valoración más baja desde los registros post dictadura, motivo por el que ha apoyado a un político con un perfil diferente aunque certificado neoliberal y militante de los mercados con cercanía a las grandes corporaciones. Distinto, pero con una trayectoria de confianza para el votante conservador.

La lista de izquierda Apruebo Dignidad, con la dupla Daniel Jadue, comunista, y Gabriel Boric, del Frente Amplio, alianza que podríamos denominar progresista, obtuvo el 56 por ciento de los tres millones de votos emitidos. Si hablamos del padrón electoral, el porcentaje es ínfimo y también vergonzoso para cualquier democracia. En número de votos por candidato, Boric ganó con un millón 58 mil, en tanto Jadue obtuvo 692 mil.

La prensa y los observadores, y por cierto las encuestadoras, quedaron este domingo sorprendidas por los resultados en ambas colaciones. Todas las encuestas daban por ganador a Lavín en Chile Vamos y a Daniel Jadue en Apruebo Dignidad. ¿Qué pasó? Las encuestas hace tiempo que son incapaces de medir las intenciones de votos, fenómeno que no es propio de este rincón del mundo. Las redes sociales, la circulación de las comunicaciones, el descrédito de los partidos tradicionales y el repudio a militar en algunos de ellos dejan la escena política como un flujo muy líquido vulnerable a mutar ante también cambiantes informaciones.

Los analistas se rascaban la cabeza este lunes y daban todo tipo de explicaciones. Incluso los mismos ganadores no vaticinaron triunfos de esta magnitud. En el caso de Apruebo Dignidad, sus electores, que son solo poco más del once por ciento del padrón electoral, prefirieron apoyar al progresismo en lugar de hacerlo por el candidato del Partido Comunista. Los motivos son en este momento pastos de especulación sobre la calidad de los debates o las campañas de propaganda. Jadue no logró superar el techo más o menos habitual de los comunistas y Boric es probable que haya contado con votos de la exconcertación y los sectores socialdemócratas. Motivos varios, aunque lo cierto es que con estos votos Boric no pasa en noviembre a segunda vuelta.

En este momento politólogos y otros analistas lanzan todo tipo de ideas, cálculos, números y los rumores llenan las redes sociales. Si van o no van los partidos tradicionales de la Concertación a la primera vuelta, o si se inscribe un candidato que sí represente al pueblo y sus organizaciones, a quién apoyará la derecha si pierde Sichel en la primera vuelta.

Tal vez uno de los cálculos más interesantes es sobre un candidato o candidata popular todavía imaginaria que pudiera canalizar aquellos tres millones de electores que votaron para la Convención Constituyente y que se restaron este domingo. Ahí sí que tendríamos una sorpresa mayor.

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Porqué nosotros no votaremos por Gabriel Boric

Por Celso Calfullan C. director de Werken Rojo y

Patricio Guzmán S. editor de Werken Rojo

Durante las recién pasadas elecciones primarias manifestamos públicamente nuestra adhesión a la candidatura de Daniel Jadue, lamentablemente fue superado por Gabriel Boric. Nosotros no votaremos por Gabriel Boric ni apoyaremos su campaña presidencial.

Queremos explicar las razones de nuestra decisión.

No podemos votar por alguien que le prestó ropa al gobierno de Piñera en los momentos más álgidos de la lucha en Chile. Cuando en medio del levantamiento social el gobierno de Sebastián Piñera estaba al borde de la caída, Gabriel Boric puso su firma en el mal llamado “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución” cuyo objetivo fue darle una salida al gobierno de Piñera y a la casta política, evitando una Asamblea Constituyente libre y soberana.

Gabriel Boric además es directamente responsable de respaldar la represión policial en medio de masivas y sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos al respaldar la ley anti barricadas.

Él tiene su parte de responsabilidad en a prisión y persecución que han sufrido las y los luchadores de la revuelta social. Sin la revuelta popular nada hubiera cambiado, por eso no le daremos el voto a quien firmó la ley Anti-barricadas que tiene a millares de jóvenes presos y procesados.

Nosotros estamos convencidos de la necesidad de renacionalizar el cobre y en general los recursos naturales como el litio y el agua. El Frente Amplio del cual Gabriel Boric es diputado votó en el parlamento en favor de la ampliación del Tratado de Libre Comercio con Canadá, cuyo consecuencia era bloquear la renacionalización de las empresas canadienses que explotan el cobre chileno.

Boric es otro candidato que tiene la elite política para seguir reproduciendo su sistema de injusticias, por ahora el pueblo no tiene candidato. Los millones de trabajadores y pobladores chilenos que salieron a las calles siguen sin tener un candidato que represente sus intereses de clase.

Nuestros pueblos merecen tener un candidato decente en el cual podamos confiar para que nuestras demandas sean satisfechas. Es demasiado evidente que Boric no es el candidato del pueblo, ni remotamente representa los intereses del pueblo trabajador.

En este sentido estamos de acuerdo con la Lista del Pueblo que rechaza apoyar a Gabriel Boric.

Los que lucharon por los cambios en este país, los que pusieron los muertos y mutilados ahora no están representados por ningún candidato.

La derrota de Daniel Jadue, no es la última palabra. Creemos que todavía hay posibilidades para levantar un candidato de izquierda, con un programa que retome la senda de Salvador Allende y la Unidad Popular y prepare el camino para una alternativa del pueblo anticapitalista y socialista.

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