Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/el-vertedero-de-zaldibar-lo-que-esta-por-responder-dossier AAVV 16/02/2020
Hace una semana, dos trabajadores fueron sepultados tras el derrumbe en el vertedero de Zaldibar. Son Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán. Siguen ahí, no han sido encontrados. La búsqueda está rebelando lo que este vertedero escondía. Y también ha motivado una crisis política con derivaciones interesantes. SP
¿Por qué creerles cuando digan de nuevo que «todo va bien»?
Editorial de Naiz
Hasta el viernes a la noche, cuando anunciaron que las poblaciones de Zaldibar, Ermua y Eibar habían pasado una semana respirando dioxinas y furano en cantidades 50 veces superiores a lo normal, parecía que PNV y PSE estaban reconduciendo la mayor crisis de credibilidad que ha tenido el Ejecutivo Urkullu. Les habían dado a sus votantes más fieles una vía de salida, reproduciendo esquemas del pasado con el debate de los residuos como escenario reconocible. Habían sido torpes, pero remontaban gracias al sistema de propaganda institucional que dominan. Hasta Iñigo Urkullu, poco dado a rectificar, había cedido a la presión social y había acudido a Zaldibar, entre otras cosas para reunirse con las familias de los dos trabajadores desaparecidos, aunque estas sigan sin encontrar ni el liderazgo institucional ni el consuelo humano que necesitan.
El anuncio del viernes a la noche dinamitó la idea de que el Gobierno de Gasteiz había entendido el mensaje de la sociedad y había asumido su responsabilidad. Habían mantenido en riesgo la salud de cerca de 50.000 personas. No es que no les habían advertido de ese riesgo, es que lo habían negado. Lakua había estado toda la semana mandando mensajes diciendo que la calidad del aire era perfectamente normal, afirmando que todo iba bien, en el mejor de los casos sin saberlo a ciencia cierta y en el peor de los casos con suficientes indicios como para pensar que no era verdad. Su portavoz, Josu Erkoreka, repitió esta falsedad mientras acusaba de alarmismo y «carroñerismo» (sic) a quienes dudaban de las consecuencias ambientales de los materiales tóxicos y del incendio del vertedero. Incluso sacaron a pasear a ETA, como suele hacer el PP cuando no le gusta algo.
«Si hubiéramos pensado encontrar este nivel de dioxinas obviamente hubiéramos tomado medidas», decía ayer el viceconsejero de Salud del Gobierno de Lakua, Iñaki Berraondo. Lo cierto es que ya habían recomendado que no se tomara agua del grifo en el entorno del vertedero y habían prohibido la venta de productos agrícolas de la zona. Se saltaron el principio de precaución por intereses políticos, por sostener un relato.
Otra disposición, pero el mismo relato falso
El martes que viene el lehendakari comparecerá ante la Diputación Permanente para explicar su gestión en Zaldibar. Le acompañarán los consejeros de Medio Ambiente, Iñaki Arriola; de Trabajo, María Jesús San José; y de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia. Las mediciones de toxinas que afectan a la salud pública hacen pensar que sería pertinente que compareciese la consejera de Salud, Nekane Murga. Claro que, tras la dimisión de Darpón, esto puede ser anatema para el Ejecutivo.
Un indicador de la importancia que Lakua ha otorgado a la crisis del vertedero, después de una cadena de errores incomprensible, es que han nombrado a Txus Peña coordinador de la mesa de seguimiento. Peña es el secretario general de Presidencia, encargado de dar «apoyo preciso para dirigir y coordinar la acción del gobierno, además de supervisar todas las áreas de actuación de Lehendakaritza». Hombre de confianza de Urkullu, lo fue de Juan José Ibarretxe, y antes lo había sido de José Antonio Ardanza.
Peña conoce bien a los responsables de este caso porque le toca ejercer de coordinador entre departamentos y partidos de la coalición PNV-PSE, uno de los puntos críticos de esta crisis. Además conoce bien la Diputación de Bizkaia, otro de los agentes que ha perdido protagonismo según los problemas se han enfocado en las cuestiones medioambientales, pero cuya responsabilidad en infraestructuras es central.
Para tener semejante recorrido institucional y tanta influencia política, Peña es un desconocido para la mayoría de la sociedad. Que rompa esa discreción para ejercer de portavoz en esta crisis muestra que van a intentar revertir la percepción social sobre Zaldibar.
Si bien es cierto que bajo su coordinación se han ordenado los pasos a dar y se han explicado las cosas mejor, sigue sosteniendo el relato de que todo ha sido un accidente en una empresa privada, que se ha gestionado bien por parte de la administración y que todo está bajo control. Esto no casa con los datos que sacamos a diario en prensa, con los testimonios de las familias de Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, con la vivencia de los vecinos ni con la percepción de los miles de automovilistas que pasan por Zaldibar a diario. Una vez más, el relato oficial es falso, siempre que no se mire para otro lado.
Hasta la zona cero en Eitzaga, con los trabajadores, para pedir «que dejen de mentir»
Nerea Goti
Una gran manifestación ha marchado hacia las inmediaciones del vertedero, donde aún puede verse humo. La indignación como el olor siguen en la calle, pendiente de las dos personas desaparecidas, las que han pagado con su vida el desatre que rodea la gestión pasada y presente de una vieja conocida escombrera.
Miles de personas han marchado en tres columnas que han partido de Eibar, Ermua y Elgeta y se fundieron en Eitzaga, frente al vertedero en el que aún es visible una columna de humo.
Muchos de los participantes portaban mascarillas y hasta monos blancos, en los que podía leerse «nuestra salud, vuestro negocio».
En Eibar no se habla de otra cosa. La preocupación, la indignación y la rabia son palpables en la calle y lo más común es empezar contando que hay dos personas enterradas que aún no se han encontrado, en referencia a los dos trabajadores que siguen desaparecidos, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán.
Impacta ver manifestantes con camisetas en las que puede leerse «senideak gurekin nahi ditugu» y muchos de los testimonios recabados por NAIZ en las calle inciden precisamente en que fueron quienes han pagado con su vida quienes habían alertado de las grietas, quienes pudieron advertir a otros compañeros que se alejaran cuando comenzaron a sentir que iba a producirse el derrumbe.
El primer mensaje de la movilización de hoy es para familias y allegados de ambos. «Queremos hacerles llegar nuestra solidaridad y nuestro apoyo», comenta Jokin Bergara, de la plataforma ciudadana Zaldibar Argitu.
El otro mensaje es el que emplaza a las instituciones a decir la verdad y asumir responsabilidades, tras un desastre que ha evidenciado la falta de garantías de un modelo de gestión de residuos que se basa en el negocio de terceros.
Mientras, en Eibar, el olor en la calle no desaparece, y eso que hoy, según aseguran, el viento estará llevándolo más hacia Elgeta.
Comentan Teresa e Idoia que ese olor «como a plástico o neumático quemado» se ha instalado en Eibar. «Vivo delante de un parque en el que días como hoy suele haber muchos niños y hoy no había nadie», señala una de ellas.
«Esto está cogiendo un color muy feo, aquí ha habido mucho negocio, es impresentable que no den la cara», apuntan.
Sara es madre de dos niñas de 9 y 5 años. Participa en la manifestación junto a su familia. «No podemos hacer deporte pero, ¿podemos estar en la calle? Nosotros en casa hemos empezado a comprar agua», comenta, y agrega que «son ya muchas mentiras, hay dos personas que no aparecen, hasta ayer no pasaba nada, ahora hay que tomar medidas, no sabemos ya qué hacer ni qué creer».
Que el vertedero «reventara» el pasado viernes tampoco parece extrañar a una parte de la ciudadanía, que insiste en que «ahí entraban camiones y camiones y ahora sabemos que no se estaba controlando qué entraba».
«Hay gente de caseríos cercanos que dice que entraban camiones europeos, vete a saber, con lo que estamos viendo te puedes creer de todo», comentan en las terrazas de una concurrida calle del centro de Eibar, en el que algunos restaurantes acusan ya la anulación de las reservas por la suspensión del derby de mañana entre la Sociedad Deportiva Eibar y la Real Sociedad.
Eso de que se anule el partido está bien, para que se dé credibilidad a la preocupación de la gente, subrayan, porque a «a la gente de la calle no nos hacen mucho caso, pero si han llegado a anular un partido de la liga, para muchos son palabras mayores».
Unai, Ibon, Jésica y Natalia participaban en la marcha junto a un grupo de jóvenes de Ermua. «Nos hemos sentido abandonados por el gobierno y nuestros ayuntamientos, que deberían controlar esas actividades con estudios independientes de la empresa y de las instituciones», apuntan a NAIZ. «Nadie sabía en el pueblo que había residuos tóxicos, y por lo que parece ningún ente público está controlando como debe estos vertederos», señalan, al tiempo que agregan que hasta ayer la cuenta de Twitter del Gobierno de Ermua decía que la calidad del aire «era muy buena» y hubo hasta papeles firmados por el alcalde en los portales tranquilizando sobre la calidad del aire. «Con lo que sabemos ahora, ¿qué pasa con los alumnos del colegio San Morenzo, en la antigua salida de Ermua, a 200 metros en línea recta del vertedero?», se preguntan.
Fuente: https://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20200215/centenares-de-person…
Fuente: