«El fascismo está sociológicamente normalizado en las Fuerzas Armadas»

Fuente: https://www.eulixe.com/articulo/sociedad/fascismo-sociologicamente-normalizado-fuerzas-armadas/20210427174201023225.html                                              ADRIÁN JUSTE                                                                         17:42 27/04/21

«El fascismo está sociológicamente normalizado en las Fuerzas Armadas»

Ciudadanos de Uniforme (CDU) es un colectivo de miembros de las Fuerzas Armadas de España que ha destacado por su defensa de la igualdad y de la democracia dentro y fuera del propio ejército. Funcionan de manera anónima, lo que les ha permitido denunciar multitud de injusticias y actitudes en el actual clima de polarización social y política.Debido precisamente a ese carácter anónimo, Ciudadanos de Uniforme solo ha accedido a conceder la entrevista bajo ciertos términos, por lo que finalmente se ha hecho a través de su cuenta en Telegram y por medios escritos.

ciudadanosdeuniforme
 #EnLaFrontera522​: Ciudadanos de uniforme – Entrevista a un militar.Entrevista original de Al Descubierto

Al Descubierto: Antes de empezar a entrar en materia, un poco para que la gente os conozca, ¿qué es Ciudadanos de Uniforme?¿A qué os dedicáis?¿En qué consiste vuestro activismo o vuestra lucha? 

Ciudadanos de Uniforme: Ciudadanos de Uniforme es un colectivo de militares demócratas que defendemos los derechos y libertades dentro de las Fuerzas Armadas. Nuestra actividad consiste en la denuncia de aquellas actitudes que sean incompatibles con los valores progresistas que defendemos, especialmente aquellas actuaciones que atenten contra los derechos humanos como es el caso del fascismo.

AD: ¿Podríais contar un poco de vuestra historia?¿Cómo empieza Ciudadanos de Uniforme y cómo se desarrolla? 

CDU: Ciudadanos de Uniforme nace del 15M, podemos decir que somos sus hijos. El movimiento de los indignados tuvo un gran impacto dentro de los cuarteles para muchos de nosotros, nos dio la esperanza de que se podían lograr grandes cambios y no hacían falta grandes medios para lograrlo, tan solo voluntad y habilidad técnica para desafiar a un sistema injusto.

En las calles se decía aquello de “somos el 99%”, y eso en las Fuerzas Armadas es matemáticamente cierto. Los manifiestos que han salido en apoyo al franquismo en su gran mayoría están firmados por coroneles y generales, que suponen solamente el 1% privilegiado de las Fuerzas Armadas.

A partir de ahí conformamos un equipo de confianza y decidimos que los terrenos de batalla en los que nos teníamos que desenvolver eran el de la comunicación y el de la inteligencia. Creo que en ambos aspectos hemos demostrado gran eficacia.

AD: ¿Cuáles son vuestras principales reivindicaciones?¿Cuáles son vuestras principales acciones para lograr dichos objetivos? 

CDU: Podríamos hablar de decenas de reivindicaciones económicas o sociales, pero el principal problema es que las libertades y derechos constitucionales no se aplican a los militares. Por lo tanto ese es nuestro principal objetivo, ya que las demás deficiencias son consecuencia de ese apartheid democrático en el que vivimos.

Si fuéramos a cara descubierta nos aplastarían, sin más.

Nuestros método de lucha es hacer los cuarteles transparentes, romper el aislamiento de la sociedad. Para ello tenemos una red de informantes y colaboradores dentro de una gran cantidad de Unidades. Aunque no salga nuestro nombre, el Ministerio de Defensa perfectamente sabe que en la mayoría de escándalos que saltan a la prensa estamos nosotros detrás. Sabemos por esa red de informadores que en muchos sitios nos tienen miedo, precisamente porque el corrupto y el maltratador es un cobarde que no quiere que sus fechorías salgan a la luz pública.

AD: Una de las características de Ciudadanos de Uniforme es que actúa en completo anonimato, incluso cuando se trata de entrevistas en vídeo. ¿A qué se debe?¿Qué problemas podría suponer que trascendieran los datos de alguna persona implicada? 

CDU: Las Reales Ordenanzas, el Régimen Disciplinario, el Código Penal Militar y la justicia militar son los grandes puntales de la omertá dentro de las Fuerzas Armadas, los encargados de silenciar los crímenes y abusos que sufren sus miembros. Si fuéramos a cara descubierta nos aplastarían, sin más.

Fíjate que hay quienes no comparten nuestros métodos, pero creemos que en los resultados es como se evalúa una estrategia: dimisión del JEMAD, revelación de una célula neonazi con un capitán de inteligencia al frente o descubrir a todo un coronel jefe de inteligencia del Mando de Operaciones creando una asociación de extrema derecha.

AD: Una de vuestras acciones con más relevancia es el Canal de Telegram, que cuenta con más de 8.000 suscriptores y donde publicáis todo tipo de quejas y peticiones en el seno de las fuerzas armadas. ¿Cómo se os ocurrió?¿Cómo lo gestionáis? 

CDU: Telegram a día de hoy es la plataforma que más hace por la libertad de expresión en el mundo, ya que se niega a facilitar la persecución política a los Estados, al contrario que Facebook. Pero implementamos otras capas de seguridad para garantizar la integridad de la organización y su red de colaboradores.

El abuso de autoridad y la corrupción forman parte de la normalidad

AD: De entre las reivindicaciones de Ciudadanos de Uniforme, una muy clara tiene que ver con las condiciones laborales, el abuso de autoridad o la corrupción dentro del ejército. ¿Cómo de grave es esta situación?¿Qué posibilidades tiene un militar de denunciar injusticias de este tipo?¿Cuál es la vía oficial para hacerlo, si es que existe, y cómo se podría mejorar? 

CDU: El abuso de autoridad y la corrupción forman parte de la normalidad, así es de grave. Sobre el papel existen vías disciplinarias o judiciales para dar una apariencia de sistema garantista, pero la realidad es que el sistema endogámico se protege a sí mismo.

La vía administrativa o judicial sigue unos cauces dentro de la propia cadena de mando, ¿cómo un juez militar va a ser independiente si mañana puede estar bajo el mando de los que juzga o de sus amigos? La jurisdicción militar debe desaparecer. No tiene ningún sentido que un caso de acoso sexual sea juzgado por un tribunal militar, por ejemplo.

AD: En cuanto a estas quejas por las condiciones o por mala praxis de tipo laboral, ¿podrías decir las que más os han impactado?¿Y las más comunes? 

CDU: Una de las más dolorosas fue la muerte del solado José Cortijo Pizarro, que dejó esposa y un niño de 4 años. En plena pandemia y a pesar de presentar síntomas le obligaron a ir a trabajar. Sabiendo el peligro que corría, dejó escrito en un chat de compañeros que si le ocurría algo le hicieran justicia. Hasta tuvimos que publicar su autopsia viendo que el Ministerio negaba los hechos.

Los casos de violencia machista también son especialmente dolorosos. Muchos asuntos no los publicamos porque siempre miramos qué es lo mejor para la víctima, y la manera más conveniente de ayudarla. La gente tiene que saber que gran parte de las batallas se libran por debajo de la esfera pública, a veces con situaciones muy dramáticas.

El fascismo está sociológicamente normalizado a nivel Fuerzas Armadas, pero sus militantes suelen ser altos oficiales, generales y coroneles.

Lo más común es que un militar que hasta ese momento estaba bien visto, al exigir derechos como una reducción de jornada para cuidar de sus hijos, empieza a ver perjudicada su carrera. Si persiste en su actitud, le empiezan a apretar por medio de resortes perfectamente legales pero inmorales: retirada del CDE (un complemento que se paga por buen desempeño en el puesto de trabajo), negación de cursos importantes para el desarrollo de la carrera, te quedas sin medallas o sin salir a zona de operaciones y un largo etcétera.

AD: Otra de las reivindicaciones de Ciudadanos de Uniforme tiene que ver con la presencia de la extrema derecha y el fascismo dentro de las fuerzas armadas. Han saltado a las portadas vídeos de militares haciendo abierta apología al fascismo, el famoso chat de Whatsapp o las cartas firmadas a Felipe VI. ¿Creéis que son ideas muy extendidas o son casos aislados?¿Habéis notado algún cambio desde hace diez años hasta ahora? 

CDU: El fascismo está sociológicamente normalizado a nivel Fuerzas Armadas, pero sus militantes suelen ser altos oficiales, generales y coroneles. Desde el mando se tiene la capacidad para orientar la carrera militar, así que el que quiere progresar sabe muy bien qué cosas debe callarse para no verse perjudicado. Fíjate que aquí la palabra sindicalista se utiliza como un insulto, vivimos en una realidad paralela.

La crisis del 2008 trajo como consecuencia que personas formadas, muchos universitarios, entraran al ejército. Es un drama social que miles de universitarios no puedan desarrollarse en puestos de trabajo relacionados con sus estudios y tengan que optar a puestos de una cualificación inferior, pero sin embargo esto ha sido beneficioso para el conjunto de las Fuerzas Armadas. Las ideas ultraderechistas no suelen arraigar en personas con formación académica y se nota un mayor interés por la defensa de los derechos y libertades.

Por otro lado la continua denuncia de las irregularidades que se dan dentro de las unidades ha hecho que el miedo empiece a cambiar de bando. Ya no hay tanta sensación de impunidad, y eso les molesta muchísimo.

AD: En Alemania han llegado a desmantelar toda una unidad de élite por su implicación en grupos neofascistas. ¿Cómo podría lucharse contra el avance de la extrema derecha en el ejército? Tanto desde dentro como a nivel político, qué medidas podrían adoptarse, qué se podría hacer desde los propios militares… ¿Se hace lo suficiente?¿Se podría hacer más? 

CDU: Hemos elaborado un informe jurídico sobre las medidas que se deberían aplicar desde ya para atajar este problema. Sorprendentemente no hemos tenido ninguna respuesta desde el poder político, ni siquiera desde la izquierda.

Lo verdaderamente preocupante es la gran influencia que tienen organizaciones ultras como el Opus Dei o secretas como El Yunque.

Hemos revelado la existencia de una célula neonazi y les hemos enviado un informe con posibles soluciones, y a diferencia de países como Alemania, este asunto no ha centrado el debate social. Aquí la izquierda tiene su parte de responsabilidad, creemos que la participación en el gobierno no les está sentando nada bien.

AD: ¿Existen nexos entre altos cargos del ejército con élites políticas y económicas que estén favoreciendo todos estos problemas?¿Podrías poner algún caso o ejemplo? 

CDU: Podríamos hablar de las puertas giratorias o retiros dorados que utiliza el generalato mientras miles de compañeros serán expulsados por cumplir 45 años. Como el exJEMAD que como premio a su incompetencia le dieron un puesto muy bien pagado en Washington. Que por cierto, se lo quitaron de en medio por esta vía para no tener que investigar cuántos mandos ajenos al JEMAD fueron a vacunarse invitados por este señor, empezando por el jefe de la Brigada Paracaidista. Es más fácil quitarse al JEMAD de encima que tener que investigar y que haya un escándalo con multitud de coroneles y generales implicados.

Pero lo verdaderamente preocupante es la gran influencia que tienen organizaciones ultras como el Opus Dei o secretas como El Yunque. De esto se habla muy poco. ¿Cómo es posible que multitud de coroneles y generales se coordinen para firmar un manifiesto en favor de Franco?

La visión fascista de las Fuerzas Armadas cree que somos un ente separado de la sociedad que en última instancia debe obedecer al rey, no al presidente del gobierno

Evidentemente existen redes ocultas de comunicación y toma de decisiones que funcionan de forma paralela a las Fuerzas Armadas y de la que forman parte el alto mando. Estas redes informales se benefician de la opacidad, endogamia y falta de control independiente de la cadena de mando.

AD: Existe la creencia extendida de que el ejército podría dar un golpe de Estado. ¿Es esto un mito?¿Cuál es la posibilidad real de que esto suceda? 

CDU: A día de hoy esa posibilidad solo existe en la mente de unos pocos nostálgicos. La mayoría de altos mandos son fascistas no por ideología, sino por conveniencia, porque así se aseguran perpetuar sus privilegios y llegar a formar parte de “la familia”, como la mafia. No van a arriesgar sus vidas, ni por eso ni por nada, porque su única patria es el dinero.

También es cierto que con una extrema derecha normalizada en las instituciones, que alienta al sector más extremista de los ejércitos, la situación se ha complicado.

AD: ¿Qué tipo de relación tenéis con otros grupos activistas como Militares Antifranquistas? 

CDU: Conocemos y admiramos su trabajo. No mantenemos ninguna relación, creemos que es mejor luchar en el mismo frente pero en trincheras separadas por una cuestión de operatividad: si uno de nosotros cae, no compromete al otro que puede continuar con su labor.

AD: ¿Cuál diríais que es la influencia real de Felipe VI y de la Casa Real en las fuerzas armadas? 

Total. La visión fascista de las Fuerzas Armadas cree que somos un ente separado de la sociedad que en última instancia debe obedecer al rey, no al presidente del gobierno. Buena parte de culpa está el reconocer al Borbón como jefe supremo de las Fuerzas Armadas en la Constitución, aunque luego jurídicamente no tenga ninguna atribución de mando real.

AD: La extrema derecha ha multiplicado sus resultados en muy poco tiempo. ¿Qué opinión os merece el avance de la extrema derecha a nivel de España y también en el resto del mundo?¿Creéis que será algo temporal o existe un peligro real de que las democracias corran serio peligro? 

CDU: Con la extrema derecha la democracia siempre corre peligro, porque tienen un discurso que no construye ninguna patria, sino que unifican el odio contra algún enemigo interno o externo, aunque sea imaginario. En Alemania fueron los judíos, en España utilizan a los llamados menas, que son niños y menores de edad sin padres que los atiendan.

Poco importa que la mayoría de menores atendidos de la Comunidad de Madrid sean españoles, y que los llamados menas solo sean 269. Se trata de crear un enemigo imaginario, terrible, alguien a quien responsabilizar de cualquier delito o mal que sufra nuestra sociedad. Esta clase de dicotomías que se utilizan en política son peligrosas, porque se empieza llamando rata a un representante político, y luego llegan balas en sobres.

AD: ¿Cuál es el futuro de Ciudadanos de Uniforme?¿Planteáis nuevas acciones, avanzar en algún sentido…? 

CDU: Queremos seguir ganando capacidad operativa en el sentido de ampliar todo lo posible nuestra red de colaboradores. Nos gustaría también que nuestras denuncias no cayeran en saco roto la mayoría de veces, que la clase política se implicara de forma urgente en la reforma de las Fuerzas Armadas.

AD: Por último antes de acabar, ¿tenéis alguna cuestión más que añadir que nos hayamos dejado? 

El extremismo no arraiga donde hay buenas condiciones laborales y sociales. Hay asuntos de extrema gravedad que necesitan ser solucionados: el despido de oficiales de complemento y tropa a la edad de 45 años, y el hecho de que un militar gane la mitad que un policía. Pero la lista es larga: conciliación familiar, horas extra, regulación de la jornada, etc.

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