Desmesura mental

Me encuentro en consternación, el “aislamiento inteligente” es la mano abyecta del estado que aplasta contundentemente las arraigadas formas de vida elevadas al borde de los precipicios por las sugestiones mediáticas en torno al condicionamiento biológico conocido. Pero no hay que olvidar que es un estado biológico que también ha sido deteriorado por el paso de los años y las arbitrariedades mundanas, o por lo menos para la única clase social inquieta, la que lo mantiene, la proletaria, que a fin de cuentas ni tan proletaria es ya que el apoyo gubernamental es una enredada trama de clasismo usurero, que deja la prole a su suerte.

Los chistes de la insistencia virtual hacen jugo con las ansiedades en masa crítica, pero con una gran ausencia de ella, el consuelo es, después de la tormenta llega la calma. Pura mierda, somos la tormenta ahora mismo y no estamos dispuestos a la calma, más bien a la calamidad. La juerga empieza con los aquelarres de la suerte económica sumergida en las intolerancias sin sentido y la precariedad que los acompaña, por lo menos a este lado del charco si salen un millón a la calle, solo se salvara el dinero por ciento. La gente no importa. Las condolencias fáciles se ven venir en una especie de bumerang que ya fue lanzado. Las actuaciones a mejor dramático vía televisiva merecerán un óscar o tal vez un nobel, mientras, tantas familias enteras serán cremadas sin despido porque se tenía que salir para poder comer, para poder reactivar la economía. Pero bueno, más allá de este estadio de bruma pesimista hay que proponerse mentalmente una guerra de inquebrantable paso a la libertad decidida a salir de los predios en los que nos han enquistado las burocracias y las corruptelas clientelistas que no han permitido una identidad con la calidad y el soporte profesional en los canales más básicos como la salud. Es fácil, un estado de imperante creatividad colectiva y resurgimiento de una conciencia de producción autómata. Suena llamativo y es una utopía, idealizada para las generaciones más jóvenes, porque este tipo de ideales se salen de las cabezas tradicionales, nuestro alcance tiene como límite el infinito, pero mientras haya represión y medio a la insurrección en masa jamás saldremos del escondrijo en el que nos anclen nuestros propios padres políticos. Vanesa Bauni

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León Darío

Editor de El errante