Arrezafe – 18/08/2021

El cobarde y criminal despegue del aeropuerto de Kabul (Afganistán) de un avión militar de las fuerzas armadas estadounidenses  –que incapaces de controlar ni tan siquiera la pista de un aeropuerto pretenden dominar el mundo–, arrollando a una multitud desesperada –la misma a la que tantas y tan falazmente prometió defender–, sin detenerse para evitar las muertes que en su rauda y vergonzosa huida propició –muertes añadidas a las de sus múltiples guerras–, refleja con trágica y obscena claridad la cobardía e inhumanidad de este ejército mercenario del capital al servicio de la más abyecta y corrupta oligarquía imperialista.

Ser aliado de los EEUU es, hoy más que nunca, una vergonzosa condición de la que ningún país, ninguna institución, ninguna persona mínimamente decente debería servirse y menos aún ufanarse.

Ese infame atropello perpetrado en el aeropuerto de Kabul simboliza cruelmente las décadas de guerras, invasiones, robos, intervencionismo, bloqueos genocidas, ilegalidades y crímenes contra la humanidad perpetrados por los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos que, con una población del 4% global, pretende imponer a sangre y fuego su gansteril ley y su hollywoodense (in)cultura al mundo entero.

Otro avión más, el USAF-1109, que junto al Enola Gay, pasa a engrosar la facinerosa historia de la maquinaria de muerte imperialista.●