En una reciente entrevista en Variety, el cineasta Oren Moverman no se mordió la lengua: “Está clarísimo que el cine independiente, tal como lo conocemos y nos gusta, está acabado”, declaró. Moverman, que ha dirigido películas como The Messenger y   Rampart, se cuestionaba si queda todavía sitio para esa forma “bohemia de reunir a lo cutre diez dólares aquí, diez dólares allí para hacer una película”.

Aunque consigan realizar su película, los cineastas “indies” no disponen de lugares para mostrarlas. La pandemia ha exacerbado una tendencia que estaba ya empujando los grandes taquillazos de los estudios a la gran pantalla y todo lo demás a la pequeña pantalla. El reciente acuerdo de la cadena AMC para reducir la ventana en salas (el lapso en el que las películas se exhiben exclusivamente en cines) de tres meses a tres semanas supone otro golpazo.

Mientras tanto, la pequeña pantalla se ve dominada por gigantes del “streaming” como Netflix, Amazon y Apple, que están ya produciendo su propio contenido o te quitan de las manos las películas “indies” en los festivales. Y la tolerancia de estos agentes frente a la “independencia” no siempre es grande. No hay más que preguntarle Michaela Coel, que se largó cuando Netflix no le permitió siquiera que conservara siquiera el 0.5% de los derechos de su [serie] película I May Destroy You [Podría destruirte, serie de doce episodios de media hora].

¿Y qué hay del mismo Sundance? La meca del cine “indie” está empezando a parecerse más a un santuario. En años recientes, estrenó The Farewell y Eighth Grade, pero su poder para lanzar a futuros campeones de taquilla está menguando. Lo que más ruido hizo en el festival de este año fue que apareciera Taylor Swift con su documental Miss Americana, que se emitió en Netflix.

El festival no sabe todavía dónde se celebrará físicamente en 2021, aunque el Sundance Londres de este fin de semana, sólo en la Red, incluye una mesa redonda bajo el título de “(Re)Imaginar el futuro del cine independiente”. Es ese un debate que vale la pena tener. Y vale la pena recalcar que Moverman estaba proclamando la muerte del cine “indie” “tal como lo conocemos”. Podrían surgir nuevas ideas y oportunidades. “Se ha construido algo que ahora se está borrando”, afirma. “Pero creo que esa desaparición revela algo nuevo”. Si quedan sólo en pie los estudios y los distribuidores de “streaming”, el espacio para una auténtica independencia habrá que crearlo en otra parte.