Fuente: La Jornada Ángel Guerra Cabrera
El conflicto Rusia-Ucrania y la desnazificación
Muchos europeos aceptan como un acto de libertad que nadie pueda acceder a la información de diferentes perspectivas y fuentes. ¿No hay opinión pública crítica de la posición de la Organización del Atlántico Norte (OTAN)? Claro que sí. Pero es invisible. Si no estuviéramos un poco dopados, nos habría llamado la atención que ningún canal pasara el discurso de Malenchon, en Francia, o el discurso de Claire Daly, la eurodiputada irlandesa que pidió que paren la rusofobia y busquen el regreso a la diplomacia. El argentino también es un aparato comunicacional que sirve a la OTAN. La misma que nos hizo la guerra en Malvinas. Desde hace décadas, los padecimientos de pueblos enteros, de países cuyas tradiciones se extienden al origen de la humanidad, han sido ocultados. Vivimos bajo la égida informativa de la OTAN, y desde luego no nos iban a mostrar ni a dejar escuchar los lamentos de millones de condenados de la tierra, cuyos ricos territorios fueron destruidos por Estados Unidos, que lucha hoy por una hegemonía que no tiene.
Putin habla de la necesidad de la desnazificación
de Ucrania y el poder de Occidente lo hace sonar autoritario
, dictador
. Y claro que hay que desnazificar el mundo, aunque en la ONU, en 2021, los únicos países que se opusieron a una resolución en ese sentido hayan sido Estados Unidos y Ucrania. Nadie con dos dedos de frente duda de que el presidente ucranio, Volodomir Zelensky, es un golpista dispuesto a convertir su nación en una meca neonazi (https://bit.ly/3Cf34zW).
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