En la sesión de control de este miércoles, la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, preguntará al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sobre «la inaudita y preocupante situación del periodista vasco Pablo González», detenido e incomunicado desde hace más de un mes en Polonia.

«Le pediremos un posicionamiento claro y rotundo», ha detallado Aizpurua, que exigirá al Gobierno español que «denuncie políticamente este escándalo y actúe con contundencia, no solo a nivel consular, ante esta conculcación de derechos». «El Gobierno no puede mirar a otro lado: debe presionar a Polonia para que ponga en libertad de manera inmediata al periodista vasco».

En la rueda de prensa de hoy, Aizpurua ha recordado que «Pablo fue detenido mientras informaba de las consecuencias de la guerra en Ucrania y la llegada de refugiados a Polonia, bajo la grave y, al mismo tiempo, ridícula y absurda acusación de ser un espía ruso, por el mero hecho de haber nacido en Rusia y tener doble nacionalidad de forma totalmente legal».

Durante todo este tiempo, el periodista vasco no ha podido ni contactar con su familia, ni con su abogado de confianza y ni siquiera le han entregado las cartas que le ha enviado la familia. «Estamos ante un auténtico escándalo que está ocurriendo en un Estado miembro de la Unión Europea, que vulnera 18 artículos de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y ataca frontalmente a la libertad de prensa e información», ha denunciado la representante del grupo soberanista.

Irregularidades

Ante las irregularidades que está cometiendo Polonia, EH Bildu considera que el Gobierno español no debe limitarse a las labores consulares. Aizpurua cree que ya es el momento de que eleve una queja formal a las autoridades polacas: «Hasta el momento, hemos observado una falta total de compromiso político ante los 36 días de incomunicación de Pablo González. Nos parece un escándalo que las autoridades públicas (el Gobierno vasco y el español) no alcen la voz ante esta injusticia».

Recientemente Pablo González se ha reunido con el cónsul del Estado español en Polonia y el ministro de Exteriores se ha reunido en dos ocasiones con su homólogo polaco para tratar este asunto. «Pero las gestiones realizadas hasta el momento no han logrado que la Fiscalía de Polonia levante el secreto sobre la detención y deje de poner obstáculos a cualquier contacto con su familia y con su abogado: Pablo González sigue preso y está en una incomunicación fáctica, en una absoluta indefensión», subraya EH Bildu.

El ministro sigue pidiendo calma

Precisamente este martes, en víspera de la interpelación a Sánchez, su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha insistido en el Senado en pedir calma y asegurar que su gobierno está encima de este asunto.

Ha sido ante una pregunta del PNV, que denuncia «la falta de información» sobre la situación del periodista y manifiesta sus «dudas» sobre que «se esté garantizando su derecho a la presunción de inocencia y a un proceso judicial equitativo». La pregunta la ha formulado la senadora María Isabel Vaquero.

Albares ha dicho que hay información sobre el caso y los cargos que se le imputan que no puede ser revelada, incluidas aquellas cuestiones que el propio González ha argüido durante su asistencia consular, y ha remarcado que «serán los tribunales polacos» los que decidan sobre este caso.

Ha insistido Albares en que «en el mismo momento» en que el Gobierno de España tuvo conocimiento de su detención se pusieron en marcha «las gestiones oportunas».

Ha negado que las autoridades hayan vulnerado la presunción de inocencia del periodista detenido y ha indicado que el acusado cuenta con dos abogados para su defensa, uno de ellos un letrado de oficio polaco que fue elegido por el propio González, siempre según el ministro, al considerar que tiene un mayor conocimiento sobre las leyes del país.

Albares ha afirmado que Pablo González tuvo dos visitas para la asistencia consultar, una el 7 de marzo y otra el 1 de abril, y ha subrayado que el mismo departió sobre el caso del periodista con su homólogo polaco Zbigniew Rau, y que lo hizo hasta en dos ocasiones, una de ellas durante su visita a Varsovia a mediados de marzo.

Obviamente todos estos extremos son imposibles de confirmar con el periodista, puesto que no se le permite contactar con familiares ni con su abogado de confianza.