El enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, dijo que Estados Unidos está «mirando con mucho cuidado» tomando «medidas» contra Telesur, en la última amenaza a la red de noticias.

Abrams dijo ayer que la administración Trump estaba considerando una medida contra la multiplataforma ​​mientras Washington intenta aumentar la presión sobre el presidente venezolano, Nicolás Maduro.

«No tengo ningún anuncio que hacer con respecto a Telesur, pero lo estamos analizando con mucho cuidado, porque hemos tenido muchos informes de que Telesur no es realmente una fuente de noticias», dijo Abrams.

Juan Guaidó, el desventurado líder de un golpe fallido contra Maduro, también ha abogado por cerrar Telesur bloqueando su señal.

Guaidó alegó el mes pasado, sin proporcionar ninguna evidencia, que el canal de televisión apoyaba el terrorismo.

Fue calificado como un «lacayo del imperio» ya que sus esfuerzos fallidos fueron condenados por periodistas y académicos que dijeron que defender a Telesur, lanzado en 2005 como «una respuesta socialista latina a [la cadena de noticias estadounidense] CNN», era su obligación.

Venezuela ha exigido una acción de la Corte Penal Internacional contra el régimen de sanciones punitivas de Washington, que Caracas dice que equivale a crímenes contra la humanidad.

Se cree que Abrams es la principal fuerza impulsora detrás de la hostilidad de la administración Trump hacia Venezuela.

Fue nombrado enviado especial a Venezuela en enero del año pasado, pocos días después de que Guaidó se declarara ilegalmente como presidente interino del país.

Su papel en la orquestación del sangriento cambio de régimen en toda la región se remonta a décadas, incluida la participación en el intento de golpe de Estado contra el ex presidente venezolano Hugo Chávez en 2002.

Como subsecretario de Estado del ex presidente Ronald Reagan en la década de 1980, ganó notoriedad como partidario de algunas de las dictaduras más brutales de América Latina.

Hizo caso omiso de la masacre de miles de hombres, mujeres y niños por parte de escuadrones de la muerte financiados por Estados Unidos en El Salvador como propaganda comunista, insistiendo en que el historial del régimen brutal era «un logro fabuloso».

El archiconocón también afirmó que el dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt «trajo un progreso considerable» para los derechos humanos en el país, a pesar de liderar una campaña de terror con pueblos incendiados y comunidades indígenas masacradas.

Abrams fue condenado por mentirle al Congreso y retener información sobre su papel en el asunto Irán-Contra, en el que se descubrió que Estados Unidos estaba financiando a la milicia armada para derrocar violentamente al gobierno sandinista.

El presidente George Bush más tarde lo perdonó.