La decisión de Israel de cerrar su único cruce para los trabajadores palestinos procedentes de la Franja de Gaza fue denunciada como un “castigo colectivo” a los dos millones de habitantes del territorio ocupado que viven bajo un bloqueo israelí-egipcio desde hace casi 15 años.

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La medida, anunciada este sábado, se produce después de que el ejército israelí acusara a Hamas, el grupo que gobierna la Franja de Gaza, de disparar tres cohetes a territorio israelí, mientras las tensiones continúan aumentando durante el mes sagrado musulmán del Ramadán.

El sindicato de trabajadores de Gaza indicó que el cierre del cruce de Erez (vigente a partir de este domingo) era un “castigo colectivo” y dañaría la economía que ya sufre, donde el desempleo ronda el 50 por ciento.

Comentó que el momento del cierre, justo antes de la festividad de Eid al-Fitr que marca el final del Ramadán, agravaría el dolor para las familias que luchan por llegar a fin de mes.

Sami Amassi, líder del sindicato, manifestó que los permisos mismos estaban destinados a “explotar” a los trabajadores con fines políticos, en lugar de mejorar sus vidas.

El portavoz de Hamas, Hazem Wassem, dijo que la medida “tiene como objetivo reforzar el asedio y es una forma de agresión que no podemos aceptar”.

Un total de 12.000 palestinos tienen permisos de trabajo en Israel.

En marzo, el Gobierno israelí dijo que aumentaría el número de permisos de trabajo para palestinos a 20.000, según medios israelíes.

El cierre del paso se produce en medio de un aumento de la tensión en la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén Este, que ha estado en el centro de días de violencia tras una serie de incursiones israelíes en el lugar sagrado, que comenzó al comienzo del Ramadán.