Fuente: https://www.sinpermiso.info/textos/cuba-urgencias-economicas-actuales-para-un-contexto-post-covid-19 David J. Pajón Espina Omar Everleny Pérez Villanueva 09/05/2020
Cambios en los componentes del modelo económico
Las medidas más audaces a tomar se encuentran probablemente en el plano del modelo económico o en las estructurales y de corto plazo que terminan modificando el carácter de algunos de sus componentes. Este constituye un terreno a nivelar, pues el contenido actual e interrelación de cada uno de ellos no resulta propicio para las dinámicas de crecimiento necesarias para el país.En este sentido, una expansión del sector privado doméstico –que desde la apertura de 2010 probó capacidad de crecimiento basada en motores ajenos a la privatización, creciendo de unos 147 000 “cuentapropistas” a más de 620 000 en una etapa pre Covid-19– y de los “experimentos” de gerencia de activos estatales, fomentando dinámicas de integración público privadas, podrían encauzar acciones de maximización de utilidades hacia la consecución de objetivos nacionales.En la esfera de los incentivos de apropiación de la riqueza, particularmente los salariales, la migración y el éxodo de profesionales del sector estatal al no estatal señala la urgencia de medidas que trasciendan con creces previos esfuerzos de reformas salariales parciales o mecanismos limitados: será necesario identificar sectores directamente orientados a la exportación y sustitución de importaciones y garantizar, al menos en estos, grados de libertad y estímulos que permitan a directivos y trabajadores modificar los extendidos comportamientos de desidia y descontrol y hacer a las empresas eficientes y generadoras de utilidades.En el diseño e implementación de políticas se imponen retos crecientes. Será necesario continuar aplicando políticas de carácter administrativo que garanticen la llegada de recursos básicos como alimentos y de higiene a todos los cubanos, mas un sector no estatal en expansión y crecientes libertades para el sector empresarial estatal implica necesariamente el uso incrementado de los instrumentos tradicionales de la política económica en contextos de mercado a fin de inducir los comportamientos deseados en los agentes.Como norma, será necesario que tanto en los ámbitos estatales como privados se quebranten los arreglos monopólicos y oligopólicos y se dé paso a la creciente incorporación de proveedores y dinámicas de competencia.
Expansión del sector privado doméstico
La sustitución de la lista positiva que hoy autoriza unas 130 actividades en el sector privado cubano por una negativa se encontraría en la línea de la continuidad gradual de las reformas comenzadas en 2010. En aquel entonces, la sola autorización de un grupo limitado de actividades (y de manera general, cualitativamente ingenuas) y la posibilidad de contratación de fuerza de trabajo, generaron un notable crecimiento del espacio privado doméstico.Lo anterior ocurrió en un contexto de ausencia de estímulos crediticios (inicialmente, y luego limitados), exigencias fiscales desproporcionadas, inexistencia de un marco regulatorio para la creación de empresas mixtas con capital foráneo o público cubano, desconexión de los canales formales de comercio exterior y falta de acceso a mercados mayoristas. El espíritu emprendedor aprovechó activos, ahorros, inventiva, y logró incluso seducir flujos de capital foráneo informales que se han llegado a estimar en el 50% del monto de remesas que arriban al país.Dada la paralización de la actividad productiva estatal y las crecientes necesidades a satisfacer de los consumidores finales, las autoridades pueden volver a utilizar los resortes del sector privado.
La producción agropecuaria
En el ámbito alimentario, donde el sector no estatal se ha destacado por ser el más productivo en la mayoría de los rubros, estas urgencias se expresan de manera vehemente. Se deberán reorientar insumos y liquidez hacia aquellos que han demostrado capacidad de respuesta en términos de producción.Y garantizar niveles de productos que lleguen a la población mediante mecanismos normados, mientras el resto transita por canales eficientes (de cualquier propiedad o gestión) de acopio y distribución que garanticen su llegada al consumidor y a precios que estimulen a los diferentes involucrados en la cadena de valor. Necesariamente, el Estado cubano deberá continuar erogando cuantiosos recursos para garantizar de inmediato la alimentación de los cubanos mediante importaciones, pero la recuperación del agro cubano depende de romper con cuanta práctica haya lastrado su desempeño.
Disponibilidad de divisas
Las reservas internacionales no aparecen en las estadísticas oficiales cubanas, pero comparando estimaciones foráneas de 2016 con las actuales, estas sugieren una disminución importante. Por ejemplo, en su informe mensual sobre los países, de febrero de 2020, la Economist Intelligence Unit estimaba que las reservas de Cuba eran algo más de 12 000 millones en 2016. Para 2020 las estiman en unos 9 000 millones, y para 2021 en unos 8 100 millones. Los compromisos adquiridos a partir de los procesos de renegociación de deudas, las menguadas exportaciones y la limitadísima capacidad de sustitución de importaciones sin comprometer la producción, el consumo básico y el crecimiento, ponen a la isla en una creciente tensión.Todo esfuerzo que incremente la obtención de divisas es perentorio, mucho más ante un acceso casi nulo a mecanismos multilaterales de canalización de recursos financieros como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros, toda vez que hoy solo se pueden acceder a limitados recursos de emergencia por organismos de Naciones Unidas, como los otorgados para enfrentar la pandemia.Para las autoridades cubanas ha llegado el momento de generar incentivos extraordinarios para el arribo de la Inversión Extranjera Directa (IED) y para dirigirla hacia prioridades de sobra identificadas. Será necesario vincular estímulos materiales del funcionariado encargado de los procesos de negociación con el éxito en la captación de los flujos.Las agencias intermediarias para la contratación de trabajadores locales deben desaparecer o ajustar sus exigencias leoninas, que en la práctica encarecen la fuerza de trabajo (los inversionistas pagan a la agencia, y a los trabajadores para mantenerlos eficientes). Al sector privado local se le debe autorizar a desarrollar iniciativas con el capital extranjero, en pequeña escala u otra, donde su aporte no necesariamente se mide en capital sino en innovación y conocimiento del contexto cubano.La determinación de incentivos para la localización de las remesas en esfuerzos productivos, más que en el consumo, y mayores esfuerzos para el trueque de deuda (que hay que honrar) en participación inversionista, constituyen también otras opciones sobre la mesa para las autoridades cubanas.Garantizar el crecimiento de una planta productiva eficiente, con capacidad de satisfacer la demanda doméstica y de exportar, debe ser una prioridad. Y frente a toda la evidente adversidad, la disponibilidad de mano de obra calificada, las ventajas para inversores que llegan primero a un mercado en ciernes, y la ubicación geográfica de Cuba y la Zona Especial de Desarrollo del Mariel se erigen como fortalezas en condiciones de redimensionamiento de las cadenas globales de producción.
Incremento de ingresos por exportaciones de bienes y servicios vinculados con la salud
En el actual contexto, las exportaciones de servicios médicos en diferentes modalidades, y la de equipamiento médico y productos biotecnológicos y farmacéuticos, se perfilan como opciones en expansión. Constituyen hoy notables fuentes de ingresos por exportaciones. Según cifras oficiales, las exportaciones de servicios relacionados con la salud tributaron casi 6 400 millones de USD en 2018, mientras que los productos biotecnológicos y farmacéuticos podrían estar sobre los 400 millones de USD.Los servicios médicos que Cuba exporta vivieron momentos de incertidumbre a partir de la pérdida de mercados, sobre todo latinoamericanos (el caso de Brasil es el más notable) y el asedio de la actual administración a gobiernos con los que Cuba tiene acuerdos comerciales e incluso de colaboración solidaria. No obstante, la debacle que ha supuesto la expansión de la Covid-19, sumado a la poderosa imagen que ofrece la medicina cubana (en cuanto a organización de su sistema de salud, indicadores, colaboración solidaria, y estándares alcanzados en diversos mercados) han propiciado nuevas oportunidades para Cuba.Se han destinado brigadas médicas de emergencia a unas veinte naciones, reforzando la presencia que ya se tenía en sesenta países. Algunos reciben los servicios en variantes solidarias, pero un conjunto de ellos –incluidos algunos que se añaden recientemente, como Andorra–, probablemente constituirán nuevas fuentes de ingresos para Cuba. Ello tendrá un efecto demostrativo notable y constituye una diversificación de mercados, añadiéndose países de altos ingresos per cápita.En el caso de los bienes, Cuba reporta también haber recibido crecientes solicitudes de productos biotecnológicos, incluido interferones de factura nacional que han ofrecido resultados promisorios al incluirse en los tratamientos experimentales a los enfermos de la Covid-19.A lo anterior puede sumarse en el futuro una expansión del turismo médico. Si bien ello dependerá de una estrategia audaz por parte de Cuba que potencie a la isla como destino en cuanto los viajes internacionales comiencen a recuperarse, las ventajas en términos de precio, tratamientos únicos e imagen son una realidad con la que se cuenta actualmente.
Repontenciar con mesura el sector turístico
Desde antes de la expansión de la pandemia un grupo de académicos ha cuestionado el creciente esfuerzo inversionista en el sector turístico. Ello se basa en la urgencia de recuperar otros sectores (como la industria y agricultura), el deterioro por falta de mantenimiento de parte de la planta en explotación, y la holgura que revelan los niveles de ocupación alcanzados durante los últimos años. En 2019, las 74 211 habitaciones con que cuenta el sector turístico promediaron una ocupación anual del 48.2%, una de las más bajas en la historia del turismo moderno en Cuba, y la contracción del mercado norteamericano, en parte, determinante inicial de la apuesta turística reciente.El anterior debate parece quedar zanjado por los hechos. De mantenerse las restricciones formales o autoimpuestas a los viajes en el transcurso del presente año, la región latinoamericana y caribeña observará una contracción del 25% del turismo. Determinados reportes auguran ciertos niveles de recuperación para finales de año, pero es difícil vaticinar que en 2021 se alcancen los niveles precrisis.Para las autoridades cubanas, el diálogo con las contrapartes de las inversiones en curso, en función de su nivel de ejecución, será una tarea actual y del futuro cercano. Pero desde ya, la discontinuidad del esfuerzo inversionista en nuevos hoteles debe convertirse en una firme decisión.Lo anterior, por cierto, no implica que el turismo haya perdido su capacidad de generación de ingresos y encadenamientos productivos en el futuro. La posición geográfica, los activos existentes y un sector privado flexible con habitaciones y ofertas extra hoteleras sumamente atractivas, pueden favorecer a Cuba en la captación de los primeros flujos de viajeros. Para ello, la erradicación local de la enfermedad y exhibir estadísticas de infestación y mortalidad por la Covid-19 por debajo de la media, será fundamental en la identificación de la isla como destino seguro.El control local de la epidemia pudiera permitir un posicionamiento para captar viajeros que “escapan” de regiones afectadas y preferirían pasar en otro destino seguro y con atención medica de calidad, de ser necesitada, incluso con cuarentena inicial, períodos de tiempo de mediana o larga duración. Aquí hay un mercado con la potencialidad de combinar el turismo tradicional y el médico.Las autoridades cubanas deberán considerar más que nunca al sector privado doméstico como un aliado, poner a su disposición los canales de comercialización fundamentalmente reservados para el sector estatal o sus joint ventures con compañías extranjeras, y participar de manera conjunta en la generación de ingresos. La ampliación de las actividades disponibles para ejercer por los privados es fundamental. De lo contrario, la informalidad predominará, elevando riesgos y menguando ingresos para todas las partes.
A modo de cierre
No queremos terminar estos comentarios sin mencionar otros temas, entre ellos sobre todo los financieros y monetarios. Al parecer, por el momento la tan discutida unificación monetaria ha pasado a otro plano de análisis por parte de las autoridades. Todo indica que aunque el peso convertible cubano tenderá a desaparecer en un mediano plazo, la existencia de nuevas tiendas en moneda libre convertible está mostrando que, al margen de que no se reconozca, estamos en presencia de una dolarización parcial, si bien no se utilice el efectivo en la transacción final.
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