Fuente: La Jornada/Stella Calloni Miércoles 30 de septiembre de 2020, p. 23
Buenos Aires. La Corte Suprema de Justicia de Argentina decidió ayer frenar el remplazo de jueces que llevaban causas contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner al aceptar un recurso per saltum que presentaron los magistrados Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli, que fueron trasladados al fuero federal en forma ilegal y anticonstitucional por el anterior gobierno del derechista Mauricio Macri, sin acuerdo del Senado. El fallo fue adoptado después de que grupos de opositores rodearon la casa de uno de los magistrados en forma amenazante y en medio de una campaña calificada de sediciosa
contra la administración del presidente Alberto Fernández.
Durante el gobierno de Macri (2015-2019) cada juez que actuaba en forma independiente era perseguido, amenazado con ser sometido a juicio político o defenestrado, en forma también ilegal. Los tres jueces en cuestión, seguidores de Macri, fueron puestos por el ex presidente en juzgados federales para asegurarse fallos a su favor, cuando estaban ocupando otros cargos.
El Senado dispuso la semana pasada que los tres jueces promovidos por Macri volvieran a ocupar sus cargos anteriores, mientras se iban resolviendo otras ilegalidades de lo que se llamó la mesa judicial macrista
. La resolución de la Corte se tomó hasta que se decida la cuestión de fondo
.
El presidente del Supremo Tribunal, Carlos Rosenkrantz, fue nombrado por decreto de Macri, junto con otro de sus hombres de confianza, el juez Horacio Rossati, en enero de 2016, lo cual provocó una fuerte reacción en el país de todos los sectores políticos que obligó a Macri a aceptar que los nombramientos fueran ratificados por el Congreso. Con esto el ex mandatario se aseguraba una Corte manejable
, como sucedió.
En estos momentos, cuando se han presentado hechos graves como la huelga policial reciente, cuando un grupo de uniformados de la provincia de Buenos Aires rodearon la residencia presidencial en una acción considerada sediciosa
que fue rechazada tanto por el oficialismo como por la oposición no macrista, hace tres días en Rafaela, provincia de Santa Fe, opositores de Juntos por el Cambio rodearon con automóviles la casa del ex presidente de la Suprema Corte Ricardo Lorenzetti, lo que se consideró una amenaza.
También hubo protestas ante los tribunales de esta capital para exigir que se frenara el retorno de los jueces a sus juzgados de origen.
El presidente Alberto Fernández se solidarizó con Lorenzetti calificando de vil el escrache (protesta en un domicilio particular) comparándolo con las acciones de los nazis. También expresó su respaldo a Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, quien vivió lo mismo en su casa
, y con la vicepresidenta Cristina Fernández, quien también sufre en forma permanente estas manifestaciones.
Consideró que estas acciones y las amenazas a distintos funcionarios no tienen nada que ver con la democracia. Tal vez podamos llamarnos a la cordura. No todo es disputa política. En el medio hay argentinos que sufren; esta democracia nos costó 30 mil vidas. Vamos a cuidarla
, sostuvo el mandatario.