Fuente: https://periodicogatonegro.wordpress.com/2022/03/23/contra-la-nostalgia-y-la-memoria-estatizada/
Contra la nostalgia y la memoria estatizada
Ni los muertos estarán seguros ante el enemigo si este vence. Y es ese enemigo que no ha cesado de vencer
WALTER BENJAMIN
Somos una generación, con los límites imprecisos que esto implica, que creció con un aprecio impuesto a la democracia alimentado por el miedo a que vuelvan épocas dictatoriales. Creemos que parte de esta generación está logrando identificar y criticar las lógicas estatales/capitalistas/patriarcales que producen/constituyen las formas de gobernar.
Las clases dominantes siempre se ven en la necesidad de recuperar —institucionalizar, ciudadanizar, estatizar, pacificar, democratizar y normalizar— las experiencias revolucionarias de lxs desposeídxs, las acciones subversivas que niegan las condiciones de miseria y explotación. Y a su vez, esos parámetros de pacificación y normalización son defendidos por gran parte de la población.
Recuperar ideológicamente toda ruptura radical con la dominación constituye una necesidad ineludible para toda lógica de gobierno. Rememorar, entonces, desde el punto de vista de las gobernanzas del mundo las batallas que atraviesan la historia de la lucha de clases, de género, de raza, la historia contra el Capital y sus mercancías, la historia contra los Estados y sus leyes, la historia contra la civilización y sus devastaciones, la historia contra el patriarcado y sus mandatos.
Estas escrituras intentan unas reflexiones contra la nostalgia y la memoria estatizada, contra las ideologías democráticas del espectáculo, contra aquellas críticas que solo sanan a las buenas conciencias progresistas y no habilitan imaginar otras formas de lucha y resistencia. Aquellas que disputan capital simbólico, reforman y domestican vidas, amplían políticas de Derechos Humanos aunque también profundizan una economía expansiva mediante el extractivismo, llenan de plomo y encierran a los cuerpos signados como peligrosos para el orden social y ajustan cada vez más las tuercas de la Máquina. ¿Derechos políticos como paliativos ante la devastación? ¿Ampliación de capital simbólico como acto de gobernar? ¿Realmente creemos que los gobiernos pueden detener el continuo avance extractivo de la vida? Toda forma de gobierno no puede detener el dispositivo bélico civilizatorio porque vive de ello.
Reconciliación, ¿y si ya no hay nada que hacer?
Aún al día de hoy seguimos pagando aquella terrible derrota. Jóvenes que se atrevieron a soñar otro mundo en una época no muy distante. Generación precedente que intentó asaltar el cielo y fue derrotada, terrible y dolorosamente derrotada. Todas las vidas que se atrevieron a soñar estaban equivocadas. Está científicamente comprobado: el capitalismo es el sistema más eficiente. Doble asesinato, doble derrota. Victoria total.
El modo de llevar la derrota fue aceptar que no se puede imaginar otro mundo posible. Ni otras maneras de vivir. Aceptación, delegación, separación y roles. ¿El mal menor por siempre? Las dicotomías funcionales a la sociedad jerarquizada parecen estar al acecho cada vez que se las necesita.
Creemos que la memoria queda olvidada o peor aún, cristalizada. Los horrores son perdonados, la reconciliación ya está hecha, la lucha de clases está terminada, las relaciones sociales de explotación finalizaron, parece que no hay alternativa. Repetimos —nos repiten a cada segundo—: el capitalismo es el sistema más eficiente.
Este sistema eficiente y sus fuerzas represivas siguen sumando personas a la larga lista de asesinadxs en democracia. El viernes 17 de diciembre del 2021 se presentó una nueva actualización del Archivo de CORREPI. En esta 26ª actualización, incorporaron 585 casos al Archivo, lo que hace un total de 8.172 desde 1983 hasta mediados de noviembre de 2021.
¿Qué sucede cuando se niegan, suprimen e invisibilizan prácticas genocidas en el presente democrático? ¿La forma de gobierno actual eclipsa nuestra capacidad colectiva para advertir dichas prácticas? ¿La cárcel, el gatillo fácil y las desapariciones forzadas son mecanismos ajenos a las diversas formas de gobernar que gestionan —y gestionarán— el Estado? ¿O son modos específicos de aniquilamiento, control social y reorganización de relaciones sociales?
La democracia es la continuación de la dictadura por otros medios
La democracia, como toda manipulación, parece encantadora, nos relata cuentos maravillosos. Pero sus motivaciones e intenciones constituyen un espectáculo que funciona como una lavada de cara del Estado, un reajuste del tablero de la política, del ejercicio del poder, una nueva afirmación de los amos. Amos que endeudan, que incendian, que devastan, que desaparecen, que asesinan democráticamente. Un espectáculo que constituye el sostén para la reproducción de relaciones opresivas dentro de la sociedad mercantil:
“Mientras toda la contrarrevolución se afirma programáticamente identificando al socialismo a la extensión de la democracia […], la revolución será la negación, la ruptura con toda la democracia. No se trata de una emancipación progresiva, sino de una violenta ruptura emancipadora; no se trata de generalizar la democracia y la mercancía a todos los hombres (esa es la obra del Capital), sino de destruir la mercancía y (su modo de estructuración social) la democracia”.
“La reivindicación de la democracia ‘directa’, ‘proletaria’ o ‘verdadera’ son expresiones que desconocen lo que la democracia es objetivamente a través de la historia —su determinación histórica como esencial a la reproducción de la sociedad mercantil— y construye esas categorías a través de los ‘buenos deseos’ de esos reformadores del mundo”.
Revista Comunismo
La fe en el cortoplacismo prolonga la miseria. La figura del político-santo se enaltece, el reajuste del tablero de la política está hecho, la fe se renueva, la lógica estatal prevalece. El Estado-Capital exige diferencias entre las fuerzas políticas instituidas para poder acentuar la lógica binarista.
La Máquina necesita bifurcaciones, pero construye lógicas opresivas que coinciden. Diferentes modalidades de opresión que se acentúan o disminuyen de acuerdo a contextos históricos, pero una misma lógica estructural del poder que persiste. Coincidencias con algunos mecanismos dictatoriales, pero plena democracia: forma de gobierno que jerarquiza y privatiza la vida. Mecanismo, en la actualidad, más efectivo para la privatización de tierras, para las políticas de endeudamiento, para la economía extractivista, para la violencia patriarcal, para el gatillo fácil de todas las policías de todos los gobiernos, para la desaparición forzada, para los asesinatos en prisión, para las causas armadas, para la precarización laboral, para garantizar todas las violencias del orden reinante.
El Estado es el reino de la separación. A través del artilugio democrático, ha logrado que aceptemos y naturalicemos la separación de la vida en esferas independientes. Así, creemos que se puede ser políticamente libre mientras somos económicamente esclavos. La lucha económica es inseparable de la lucha política. Así como el Estado (formación política del Capital) es inseparable del Capital (formación económica del Estado). La ley y la fuerza, así como los derechos y las reformas de la democracia capitalista, se alternan y/o se conjugan dependiendo del contexto particular para continuar ejerciendo el control sobre la vida. Represión y conciliación no son contradicciones de los gobiernos, sino respuestas que dependen de la correlación de fuerzas de cada territorio. Represión y reformas, dictaduras y democracias, liberalismo o intervencionismo son los distintos momentos de la gran maquinaria capitalista.
Nada en la vida es blanco o negro, sino que hay matices. Es decir, no nos da lo mismo vivir en una democracia o en una dictadura. Dictadura y democracia no son lo mismo. Obviamente el nivel de impunidad que tienen las fuerzas represoras del Estado durante la dictadura es terrible y muy difícil de sostener a largo plazo. Pero tampoco vamos a ser tan ilusos de reproducir la lógica binarista de oponer la democracia a la dictadura. Eso es un suicidio político, y decimos suicidio porque esa lógica es simplista y lo único que fomenta es un conformismo resignado a la democracia que solo beneficia a los partidos políticos y al Estado-Capital.
Democracia, dictadura de la mercancía, reino de los derechos, deberes y libertades, espacio de la separación y de la negación de la guerra del Estado contra las comunidades. Una de las mejores aliadas para la gestión del Capital, para la ciudadanización responsable, para la mercantilización de los vínculos, para la devastación de lo vivo; una de las mejores aliadas para la anestesia generalizada que niega lo que el Estado siempre fue, es y será: no un instrumento, sino el Capital organizado despojando, encerrando, envenenando, asesinando y oprimiendo civilizadamente.
Centinelas de la memoria, seguiremos entablando conversaciones con todxs lxs derrotadxs del mundo que se atrevieron a luchar contra la dominación y la mercantilización de lo vivo.
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