Este sábado 20 de marzo nuevamente, en Tarragona hemos sido testigos de otro triste episodio de las brigadas represivas de los Mossos d’Esquadra. Una actuación deplorable, triste, censurable… que no hace más que confirmar el analfabetismo que impera en el cuerpo, la infracción sistemática del ordenamiento jurídico, así como la de su propio código ético.

Aproximadamente un 25% de los agentes iba sin identificar, como es preceptivo, y muchos de ellos se escondían tras un pasamontañas, ocultando aún más su identidad para garantizar su impunidad en lo que acabaron siendo actuaciones presuntamente ilegales por su parte; identificando indiscriminadamente como herramienta de coacción y amenaza. Les recuerdo que no se puede identificar a nadie sin motivo, y hablando de mi, que fui uno de los identificados, tendrán que buscar otras maneras. Cargaron gratuitamente con las defensas, y les quiero recordar que las porras reciben precisamente el nombre de defensas porque no son armas para agredir sino principalmente para defenderse de agresiones y, en todo caso, la porra se tiene que utilizar siempre dirigida de cintura para abajo y en dirección de abajo hacia arriba. Ya sé que es difícil de entender para quienes no tienen capacidad de discernimiento ni muchos estudios, pero tienen que esforzarse un poco, porque al fin y al cabo los Mossos son funcionarios públicos con una tarea muy importante, proteger y garantizar la convivencia, no agredir y provocar desórdenes públicos.

Por otro lado, sería necesario que se filmaran las caras y las maneras durante las actuaciones de los agentes, porque creo que no estaría de más que una parte de los efectivos fuera atendida, no ya por un psicólogo, que quizá también, sino por algún psiquiatra. Tal vez entonces les recomendarían una larga estancia en el bonito complejo modernista de Pere Mata, en nuestra vecina ciudad de Reus. Digo tal vez, porque yo no soy psiquiatra, claro.

Señor Ramon Franquès, que creo que aún es el jefe de la comisaría de Tarragona, y señor Josep Maria Estela, creo que aún comisario en jefe de la Región Policial del Tarragonès, si se piensan que intentando coaccionar y amenazando, o haciendo identificaciones irregulares, evitarán las denuncias públicas o taparán sus presuntas infracciones de la ley, están muy equivocados. Tal como le decía el mismo día 20 a su comisario superior David Boneta, condecorado por el ministro Grande-Marlaska con la medalla de la orden del mérito policial, así como hace unos días, en términos similares, a su mayor Josep Lluís Trapero, si ustedes no evitan estas actuaciones por parte de determinados, pero no pocos, agentes de las brigadas Brimo y ARRO, es porque no quieren. Y de este modo, ustedes y sus mandos se convierten en presuntos cómplices por omisión, cuando no por acción, de estos actos contrarios al ordenamiento jurídico.

Cumplan y hagan cumplir la ley. Ustedes tienen una importante tarea pedagógica, pero difícilmente la llevarán a cabo si pretenden ejercerla infringiendo la Ley. Y recuerden que el poder lo tienen porque les viene dado por su fuerza (capacidad represiva), pero la autoridad solo la ostentarán si se la ganan, si les es reconocida o atribuida por los ciudadanos, y de momento están ustedes muy lejos de poderla ostentar.

¡Ah! Y no me cansaré de repetírselo: si un ciudadano ejerce un derecho, ustedes no pueden hacer otra cosa que respetarlo; si, en cambio, infringe alguna norma, solo podrán advertirlo, denunciarlo, o, en el peor de los casos, detenerlo, pero nunca, y digo nunca, a no ser que los intente agredir y no puedan repeler la agresión de otra manera, nunca están ustedes legitimados para usar sus armas o defensas y agredirlo. Gracias. ¡Seguimos! ¡¡Rebelémonos!!

* Doctor en Derecho Penal. Portavoz del colectivo Silenci… Rebel·leu-vos
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– Traducido para LoQueSomos por Leticia Palacios
Nota original en El Punt Avui
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