La oposición política, judicial y mediática quiere traer a Argentina el escenario golpista que sufrió Brasil. Busca una salida de Alberto Fernández, en línea con la destitución de Dilma, y una prisión e inhabilitación de Cristina Fernández, como la que sufrió Lula, afirma Luis Bruschtein en Página 12. La corrupción de muchos jueces en Argentina comienza escandalosamente en el Tribunal Supremo y atraviesa todo el sistema judicial. Su obsecuencia hacia el poder económico es comparable con la de algunos de sus colegas mexicanos que fallan contra el pueblo a favor de Iberdrola, de Monsanto y de otras transnacionales o grupos de interés.

Hay videos, fotografías, grabaciones y documentos del espionaje que realizó la AFI durante el gobierno de Mauricio Macri, añade Bruschtein. Pero “en un fallo muy turbio los jueces que visitaban a Mauricio Macri en la residencia presidencial de Olivos decidieron que el espionaje a los familiares del submarino ARA San Juan no fue espionaje”. Reseña Bruschtein que, según los jueces, el espionaje a Cristina y otros dirigentes de la oposición, así como a figuras del macrismo, durante el gobierno macrista, fue realizado por iniciativa propia de espías de la central que informa a la presidencia y depende de ella. Y el espionaje a opositores encarcelados cuando hablaban con sus abogados no existió. Los jueces macristas fueron neutralizando los juicios por espionaje que involucran a Macri a medida que los fueron capturando.