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Colin Powell, exsecretario de Estado y exgeneral de alto rango de Estados Unidos, murió a los 84 años, el 18 de octubre de este año, a causa de complicaciones por el COVID 19 tras ser atendido en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed de Bethesda. Powell fue asesor de seguridad nacional de Ronald Reagan y la primera persona negra en ser comandante en jefe del ejército estadounidense. En 2001 se convirtió en el primer Secretario de Estado negro del país.
«Hemos perdido a un extraordinario y amoroso esposo, padre, abuelo y un gran estadounidense», señaló su familia en un comunicado publicado en las redes sociales. Definido como un hombre «bueno» en muchas ocasiones, así como descrito como una persona “simpática” y “agradable”, tiene varias manchas en su historial; y no de tinta exactamente, sino de sangre.
Powell fue asimismo un modelo para muchas personas negras en Estados Unidos y en todo el mundo. Sin embargo, tras quitar un poco de polvo periodístico de alabanzas, podemos ver que Powell dejó un legado extremadamente sangriento, repleto de crímenes de guerra.
La masacre de My Lai
En 1968, cuando Powell tenía 31 años, se le encargó investigar la matanza de My Lai en Vietnam en la que entre 350 y 500 personas civiles desarmadas, mujeres y niños incluidos, fueron asesinadas por soldados estadounidenses.
El 16 de marzo de 1968 las tropas de Estados Unidos lanzaron una operación en la región de Son My en la búsqueda de vietcongs. Al segundo teniente William Laws Calley y su sección le fue asignada la zona My Lai. Al llegar a la zona de aterrizaje los helicópteros dejaron a los soldados y se desplazaron a la posición de espera. A lo largo de cuatro horas, Calley y sus hombres violaron a las mujeres y las niñas, mataron el ganado y prendieron fuego a las casas hasta dejar el poblado arrasado por completo. Para terminar, reunieron a los supervivientes en una acequia
Powell encubrió la masacre y escribió en su informe que «las relaciones entre los soldados de la División Estadounidense y el pueblo vietnamita son excelentes».
El Salvador
En la década de 1980 Colin Powell fue uno de los principales generales que armaron y adiestraron al ejército de El Salvador y los escuadrones de la muerte. Ambos fueron responsables de la matanza de entre 75.000 y 80.000 salvadoreños.
Una publicación antigua vincula al general Powell con el ex presidente de El Salvador José Napoleón Duarte Fuentes y los escuadrones de la muerte del ejército salvadoreño.
Panamá e Irak
Powell dirigió la invasión de Panamá, en 1989, y, sobre todo, la Guerra de Irak, en 1991, en la que EEUU, al frente de una coalición de más de 40 países. Al fallecido exgeneral se le conoce por el famoso discurso que pronunció en 2003 ante el Consejo de Seguridad de la ONU en el que afirmó tener pruebas de que Sadam Husséin, el dirigente de Irak en aquel momento, tenía armas de destrucción masiva.
El 5 de febrero de 2003, cuando ya era demasiado tarde, Colin Powell habló durante 75 minutos ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El anuncio de esa guerra inexplicable había resquebrajado la oleada de simpatía internacional que EEUU había disfrutado desde los atentados del 11-S. Powell mostró fotos de satélite, infografías y hasta sacó un frasquito que «podía» contener ántrax, el veneno químico que por aquellos días aterrorizaba a los estadounidenses.
Años después explicó que, cuando dijo que «dejar que Saddam Hussein tenga armas de destrucción masiva no es una opción», él era otra víctima más de los informes erróneos de la CIA. La invasión y la guerra y la guerra civil en el país devastaron totalmente el país y acabaron con la vida de unos 300.000 iraquíes, en su mayoría civiles.
Powell, que podía haber pasado a la historia por detener una invasión, lo ha hecho por mentir al mundo y ser partícipe de la masacre de un pueblo.