Fuente: https://frenteantiimperialista.org/blog/2020/10/08/che-mas-que-un-icono/ Cristóbal León Campos 8 octubre, 2020
I
La mitificación que sobre la figura de Ernesto Che Guevara recae, ha generado la divulgación generalizada de su imagen como un ser fetichizado, pues se exaltan aspectos de su personalidad al tiempo en que se ocultan otros, para la industria controlada por el capital, su proyección es un producto más, explotable y carente de su valor real, pero también dentro de algunos sectores de la izquierda, su nombre representa una diversidad, quedando en el olvido sus postulados y principios concretos que lo llevaron a entregar su vida por la humanidad siguiendo la causa revolucionaria-socialista.
Su ideal de hacer realidad el sueño martiano y bolivariano de una América unida, mediante la indispensable desaparición del sistema capitalista para la instauración del socialismo como el objetivo de mejorar la mejora de las condiciones de vida humana, así como sus postulados marxistas y sus aportaciones al pensamiento latinoamericano antiimperialista, anticolonialista y socialista, son una fuente de conocimiento que ha pasado la suerte inconclusa de ser analizados hasta cierta medida, quedando aún pendientes muchos aspectos. Las voces que han dado lugar a su divulgación y estudio, han puesto los cimientos de una tarea que ahora al cumplirse un nuevo año de su asesinato en Bolivia, alcanza vigencia urgente, pues la agudización de las contradicciones sistémicas, entre las potencias económicas como al interior de las sociedades, se expresan de manera mucho más violenta y devastadora para el porvenir de la humanidad.
II
El estudio del marxismo latinoamericano es un pendiente en las academias de ciencias sociales dominadas por las modas y los prejuicios, se alejan de las aportaciones autóctonas de nuestra América, dando lugar a corrientes extranjeras y, en los últimos tiempos; posmodernas, pero también es una deuda en el seno de los movimiento sociales. La disputa en el campo de las ideas por la hegemonía cultural-ideológica, es controlada en la mayoría de casos por postulados favorables al capitalismo, aceptando como verdades las falacias del “fin de las ideologías” y de manera velada el de la historia, ante este panorama, se justifican de no contemplar para su estudio al marxismo, y mucho menos, su interpretación y actualización realizada desde nuestra patria grande, así, nombres como José Carlos Mariátegui, Julio Antonio Mella, José Revueltas, Roberto Fernández Retamar, Fidel Castro y, desde luego, Ernesto Che Guevara, son olvidados u ocultados de manera abierta y descarada, para en su lugar utilizar ideólogos a modo, menos profundos, o definitivamente simples repetidores de la hegemonía cultural capitalista.
III
Los contextos donde surge, las raíces que lo nutren, sus interpretaciones heterodoxas de la realidad, su confrontación con las hegemonías tanto imperialistas como del propio movimiento revolucionario, hacen del marxismo latinoamericano una ventana de la filosofía surgida como respuesta a la dominación, explotación y marginación, tanto intelectual como material, que se ha vivido y vive aún, en nuestros países hermanados por la historia y la cultura, es en ese marco, en el del movimiento filosófico y político donde tiene su nacimiento el pensamiento revolucionario del Che, un hecho concreto que se niega para dar lugar a la idea de un idealismo especulativo, con el fin de denostar o rebatir la profundidad de las reflexiones guevaristas, pero contrario a lo que se divulga en las copulas del poder, la verdadera raíz de los ideales, conceptos y reflexiones del Che, surgen de la realidad concreta latinoamericana y se nutren del contacto que tuvo con esta misma realidad, es decir, no son formulaciones de escritorio, son reales miradas directas y palpables de la explotación, la marginación y la permanente negación de la vida humana que desde tiempos de la conquista se padece en nuestra Patria Grande. El Che conoció la América nuestra, la hizo suya, se convirtió en un “Soldado de América” y encamino su praxis a la transformación de la realidad para el mejoramiento humano, su obra intelectual está ligada con sus pasos en la vida, su vigencia tiene origen ese mismo hecho, en el trágico acontecer continúo de la agonía humana en el seno del capitalismo.
IV
La travesía en dos viajes que realizó el Che por Suramérica y Centroamérica, previa a su incorporación definitiva a la causa revolucionaria en Guatemala, le permitieron entender de manera directa los padecimientos de obreros, campesinos, indígenas, mujeres y hombres, confinados en los rincones más recónditos de la geografía nuestra (esos mismos rincones a los que jamás llegaran quienes hoy niegan su vigencia y aportaciones), ahí también, en medio del olvido histórico de los vilipendiados, se reafirmó en el Che, algo que lo distinguió desde su juventud; su pasión por la lectura. Los libros que fue encontrando o le fueron proporcionados por quienes convivieron con él en estos dos viajes, abrieron su pensamiento hasta alcanzar la confirmación de su tendencia socialista y marxista, hecho que el mismo Che reconoce en distintas cartas enviadas durante su derrotero a su madre. En esas misivas hablaba del estudio de obras y lectura de autores, sobresaliendo Marx y Engels, además, de libros como Siete ensayos de la interpretación de la realidad peruana de Mariátegui, textos que concretarían su formación con su accionar en los movimientos emancipatorios como el cubano, el Che se formó como marxista lejos de las aulas y en directa convivencia con la realidad estudiada, su praxis le dio las bases para la comprensión de las necesidades de nuestra América.
V
Lo asesinaron hace más de cincuenta años, lo pretendieron desaparecer, aniquilar su ejemplo y su virtud, lo convirtieron en mercancía, una moda, un fetiche, pero se olvidaron que en cada uno de los marginados, de los vilipendiados y explotados, olvidaron que en cada indígena discriminado o en cada campesino despojado, en cada obrero (mujer y hombre) explotado, en la juventud que se rebela, en la madurez que persiste, en cada rincón del mundo en resistencia, Ernesto Che Guevara, nace y renace, cada día más fuerte, más revolucionario-comunista y mucho más vigente que nunca.