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EEUU aprovechará la crisis ucraniana para intentar sustituir la ruso dependencia energética europea (40% del gas que importa la UE procede de Rusia) por la fracking dependencia, inundando el mercado europeo con el GNL pero no podrá evitar el hermanamiento de intereses ruso chinos que será el dique de contención de los sueños imperialistas de EEUU y que podría desembocar en un futuro mediato en un conflicto bélico a nivel mundial (III Guerra Mundial).
Estrategia kentiana de EEUU contra Putin
Las durísimas declaraciones de Joe Biden sobre Rusia (“Putin es un criminal de guerra”) y la implementación de sanciones para lograr la asfixia económica y la inanición financiera de Rusia a raíz de la crisis ucraniana han escenificado la llegada de la Guerra Fría 2.0 y el retorno de las tesis geopolítica de George Kennan quién afirmó que «decir que el derrocamiento de los regímenes hostiles a EEUU es el objetivo principal de los servicios de inteligencia de EEUU, es un secreto a voces». Putin es consciente de la nueva dinámica acción-reacción en la que verán envueltas las relaciones ruso-estadounidenses a partir de este momento (Guerra Fría 2.0) y que se traducirá en el recrudecimiento de la estrategia kentiana de EEUU para asfixiar la economía rusa.
Dicha estrategia bebería de las fuentes de la teoría expuesta por Sherman Kent en su libro «Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana» y publicado en 1949 donde anticipaba que «la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: […] armas […] políticas y económicas». Más adelante añade que los instrumentos de la guerra económica «consisten en la zanahoria y el garrote»: «el bloqueo, la congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro». Dicha doctrina se plasmaría en la reciente implementación de sanciones contra Rusia que persiguen lograr su inanición financiera y una asfixia económica que desemboque en un default o suspensión de pagos aunado con una inflación estratosférica que provoque una carestía de la vida inasumible por la sociedad rusa y que desemboque posteriormente en una Revolución de Colores contra Putin.
Doctrina de la Contención contra China
El acuerdo estratégico entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos conocido como AUKUS simbolizaría un cambio en la cartografía geopolítica mundial al desplazar al escenario atlántico por el indo pacífico como epicentro del pulso geopolítico entre EEUU y China con el objetivo de establecer una arco de crisis nuclear alrededor de China que abarcaría desde la Cachemira india hasta Japón, pasando por Corea del Sur, Singapur, Vietnam, Tailandia y Filipinas y cerrando el arco con Nueva Zelanda y Australia para disuadir a China de su aventura de dominar el Mar de China. Ello simbolizaría la creación de la nueva alternativa económica y militar al fallido proyecto de Obama de crear una Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) y el leit motiv de dicha maniobra envolvente de EEUU sería aplicar la Doctrina de la Contención contra China.
Las bases de dicha doctrina fueron expuestas por George F. Kennan en su ensayo “Las fuentes del comportamiento soviético “ publicado en la revista Foreign Affairs en 1947 y cuyas ideas principales se resumen en la cita “ el poder soviético es impermeable a la lógica de la razón pero muy sensible a la lógica de la fuerza”, lo que tendrá como efecto colateral el incremento de la carrera nuclear en China que por mimetismo se extenderá al espacio geográfico que se extiende desde Israel hasta Corea del Norte (incluyendo a países como Irán, Pakistán, India y China).
Dicha maniobra envolvente vendría complementada con el intento de EEUU de secar las fuentes energéticas de China para lo que se antoja fundamental la colaboración de Putin pues China adolece de una severa rusodependencia energética que le hace altamente vulnerable. Así, Rusia y China sellaron un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los mayores de la historia de la industria energética por el que la empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000 millones de dólares (unos 205.000 millones de euros). Ello, aunado con el megacontrato gasístico firmado por la rusa Gazprom y la china CNPC por el que Rusia suministrará al país asiático 38.000 millones de metros cúbicos de gas natural por un monto aproximado de 400.000 millones $ y con una vigencia de 30 años a través del gasoducto Sila Sibiri (La Fuerza de Siberia), que sentó las bases económicas de la Unión Euroasiática que inició su singladura el 1 de enero del 2015 como alternativa económica y militar a EEUU. La crisis ucraniana significará el hermanamiento de intereses ruso chinos que será el dique de contención de los sueños imperialistas de EEUU y que podría desembocar en un futuro mediato en un conflicto bélico a nivel mundial (III Guerra Mundial).
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