Fuente: La Jornada
mundo libre, construida apresuradamente por la maquinaria mediática desde que a finales del año pasado se agudizó el conflicto con Moscú, debido a la cerril renuencia de Washington a considerar siquiera sus demandas de seguridad, y reforzada, desde que inició la guerra.
En relación con las probabilidades de que Biden impulse un cese el fuego, el coronel retirado del ejército estadunidense Douglas Macgregor, profesor de estrategia y autor de cinco libros, señala lo siguiente: El presidente Biden es probablemente renuente a apoyar un cese el fuego que lo expondría al ataque despiadado de los senadores de ambos partidos. Añade: el estridente discurso de odio de Biden hacia el presidente Putin y hacia el Estado ruso hace difícil, si no imposible, apoyar cualquier cese el fuego que deje a Rusia en control de cualquier cosa en Ucrania
. Lo mismo es cierto –añade el coronel– para cualquier eventual acuerdo que reconozca a Rusia, como mínimo, el control de sus intereses de seguridad en el este de Ucrania. Uno desearía que Macgregor esté totalmente equivocado, pues con la dependencia de Washington que muestran los líderes europeos y la actitud, por parte de éste, de continuar echando leña al fuego en Ucrania, es muy poco el margen restante para encontrar la anhelada salida negociada a esta guerra entre pueblos hermanos.
Por otro lado, la sesgada y desbalanceada resolución de factura gringa acordada en la Asamblea General de la ONU, en lugar de crear un clima favorable a la paz, como algunos creyeron, lo que hizo fue favorecer la histeria belicista y minar aún más el derecho internacional. No deja de ser un hecho muy notable que China, India, Irán, Pakistán, Vietnam, Sudáfrica, Cuba, Bolivia, Nicaragua y otros 20 países se hayan abstenido. Ellos representan aproximadamente la mitad del género humano. Conviene subrayarlo, Venezuela no pudo ejercer el voto por habérsele retirado ese derecho con el argumento de que adeuda su contribución a la ONU.
Debe reiterarse la enorme responsabilidad histórica de Washington y su comparsa europea en el desencadenamiento de este doloroso conflicto. Me limito a citar a un criminal de guerra pero reconocido experto en temas estratégicos y geopolíticos, el mismísimo Henry Kissinger, quien advirtió hace ocho años sobre la centralidad de Ucrania para Rusia: El oeste debe entender que para Rusia Ucrania no puede ser nunca un país extranjero. La historia rusa comienza en lo que fue llamado el Rus de Kiev. De allí se esparció la religión rusa. Ucrania ha sido parte de Rusia por siglos y sus historias han estado intercaladas desde antes de entonces. Muchas de las más importantes batallas por la libertad de Rusia, incluyendo la de Poltava en 1709, se libraron en suelo de Ucrania. La Flota del Mar Negro, medio de Rusia para proyectar poder en el Mediterráneo, está basada, en arrendamiento de largo plazo, en Sevastopol, Crimea. Incluso famosos disidentes, como Alexander Solchenityin y Joseph Brodsky, insistían en que Ucrania era parte integral de la historia rusa y, a propósito, de Rusia: (https://wapo.st/3qbkQPQ).
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