Fuente: La Jornada/Alfredo Jalife-Rahme 13.09.2020
La caída de la vacuna británica de AztraZeneca deja el paso libre a las vacunas rusas y chinas
Hoy los primeros sitiales globales los ocupan la vacuna rusa Sputnik V y la china de CanSino. Ahora Rusia y China ostentan más vacunas en sus arsenales, varias de las cuales se han experimentado con sus militares (sic).
A propósito, la vacuna Sputnik V ya existía desde la década de los 80 en la URSS –¿Para contrarrestar una guerra con armas biológicas
?–, cuando lo único que hizo fue reutilizar una técnica existente con una ligera modificación, lo cual explica el éxito de su rapidez
, según el escritor e ingeniero ruso-estadunidense Dmitry Orlov (https://bit.ly/33bYrFS).
La OMS aún no se repone de su ominosa colusión con la controvertida Fundación Bill & Melinda Gates –en el tema de sus vacunas contra la polio que resultaron nocivas en África/India/Irán/Pakistán/Afganistán (https://bit.ly/3itssHO)– y mantiene obcecadamente en el primer lugar
de su polémico ranking (del 9 de septiembre) a la británica de AstraZeneca, pese a su estrepitoso fracaso (https://bit.ly/2RjjfFW).
La vapuleada taxonomía de la OMS coloca a cuatro vacunas chinas entre los 10 primeros sitios: CanSino (segundo), Sinovac (quinto), Wuhan Institute of Biological Products/Sinopharm (sexto) y Beijing Institute of Biological Products/Sinopharm (séptimo).
Por arte de magia aparece ahora en un cuestionado tercer lugar –en realidad, sería el primero, empatado con Cansino– la vacuna rusa Sputnik V, del Instituto Gamaleya.
Del lado estadunidense aparecen cuatro vacunas: Johnson& Johnson (cuarto lugar), Moderna (octavo) –de la que es accionista el zar de las vacunas Anthony Fauci (AF)– BioNTech/FosunPharma/Pfizer (noveno) y Novavax (décimo).
Por cierto, la exageradamente publicitada vacuna Inovio, del polémico Bill Gates, ha quedado muy rezagada (en el lugar 15).
Hoy la mayoría apabullante de las 10 primeras vacunas en su fase final son chinas (cuatro), estadunidenses (cuatro), una rusa, y una más británica, de AstraZeneca, con calzador de la OMS.
Ahora resulta y resalta que la ditirámbica vacuna electorera
que tenía planeado lanzar antes de la elección presidencial del 3 de noviembre la Food and Drug Administration y los CDC era nada menos que la hoy hibernada británica de AstraZeneca, según revelaciones del Financial Times (24/8/20).
El infectólogo AF ve muy improbable que una de las nueve (sic) vacunas finalistas se encuentre disponible a finales de octubre y llamó poderosamente la atención que haya llegado a confesar que estaba dispuesto a aceptar una vacuna que “sea mínimamente 70 por ciento (¡mega-súper-sic!) efectiva (https://washex.am/2FsvQUE)”. ¿Por qué tanta prisa?
Luego, AF aseveró que en caso de que una vacuna fuese aprobada a finales de 2020 o a inicios de 2021 (sic), tomaría todavía un año (sic) más para que sus desarrolladores la manufacturen y así distribuyan un par de 100 millones de dosis, suficientes para inmunizar a la mayoría de la población de EU
.
Destaca que dentro de la guerra nacionalista de vacunas
y su corolario de juegos bursátiles
, vayan en paralelo las guerras de propaganda mercadológica
, como es el caso de The Wall Street Journal que “fustiga a China por inocular centenas de miles (sic) de vacunas experimentales (sic) contra el Covid-19 fuera de los ensayos clínicos, pese a sus peligros (https://on.wsj.com/3ihQs0h)”.
Al WSJ le enfada que tres empresas farmacéuticas chinas, que aún se hallan en la fase 3, hayan iniciado la inoculación experimental fuera de los cánones rigurosos (sic) de la polémica OMS, en particular, con sus militares (sic).
WSJ critica que China y Rusia parecen ansiosos de iniciar el uso de sus vacunas domésticas, en búsqueda de reiniciar sus economías y exclamar una victoria global de relaciones publicas
.
Los primeros sitiales de Rusia y China tienen a Estados Unidos contra la pared.
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