Fuente: La Jornada Juan Pablo Duch 02.02.04
Después de semanas de mítines tanto en favor como en contra de Pashinian, enfrentado con el presidente Armen Sargsian, que ejerció de mediador en el conflicto del premier con la cúpula militar que pidió su dimisión, demanda que hizo suya la oposición, se llegó a una fórmula de compromiso: no habrá, por ahora, cambio de sistema y los armenios, en las urnas, deberán decidir quién los gobierna.Para que sea posible llamar a elecciones legislativas anticipadas sin violar la Constitución, Pashinian decidió irse para poder quedarse. Para eso, acordó con los coordinadores de las bancadas de oposición en el Parlamento que hasta el día de la votación seguirá como interino al frente del gobierno y, por tanto, no habrá otro primer ministro en funciones que, en principio, debería garantizar igualdad de condiciones entre todos los candidatos.
El plan propuesto por Pashinian consiste en que va a renunciar, los oficialistas en el Parlamento nombrarán a su candidato a primer ministro, pero los diputados de oposición –como se aceptó– se abstendrán de postular a nadie. En la segunda votación, acorde con la Carta Magna, tendría que haber un candidato respaldado por dos tercios de los legisladores y, al no ser así, según lo negociado, el presidente Sargsian, quien pierde protagonismo en la política armenia y retoma su papel de figura de segundo nivel, deberá disolver el Parlamento y en un plazo de entre 30 y 45 días convocar a las legislativas anticipadas.
Entretanto, la oposición extraparlamentaria, que insiste en que no habrá solución a la crisis política si Pashinian se mantiene en el cargo, acaba de obtener luz verde de la Corte Constitucional para postular a Robert Kocharian, al desestimar las acusaciones contra el ex presidente de Armenia.
No obstante, todo indica que Pashinian, si logra que se mantenga su plan de llegar como primer ministro en funciones hasta el día de la votación, tendrá una ventaja imposible de superar por ningún otro candidato.