Fuente: https://arrezafe.blogspot.com/2021/04/apocalipsis-accidental-armas-nucleares.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+ElArrezafe+%28el+arrezafe%29 03 abril, 2021
Accidental Apocalypse and Nuclear War on Drugs
COUNTERPUNCH – 28/03/2021
Traducción del inglés: Arrezafe
Con amenazas para la seguridad nacional, tales como inundaciones, sequías, incendios forestales, contaminación del agua, aumento del nivel del mar y pico del petróleo [1], la Fuerza Aérea y los fabricantes de armamento nuclear podrían invertir sus esfuerzos «defensivos» en algo esencial aquí, en EEUU, como construir, instalar, administrar y aumentar los sistemas de energía eléctrica renovable (eólica y solar), en lugar de mantener sus 400 misiles balísticos intercontinentales Minuteman III y preparar la construcción de su reemplazo, el astronómicamente caro misil denominado Ground-Based Strategic Deterrent. Lo que de verdad constituiría una auténtica disuasión contra amenazas reales sería una «Iniciativa en Defensa del Clima».
Pero no. La «Coalición ICBM» del Congreso, los fabricantes de misiles Lockheed Martin, General Electric, Northrup-Grumman, Boeing y United Technologies, contratistas, cientos de subcontratistas, sus lobistas y departamentos de relaciones públicas, han urdido razones inverosímiles y aterrorizantes para que se sufrague otro nuevo sistema de misiles por un coste estimado en 264 mil millones de dólares. Desde 1955, la gravosa cadena de artefactos nucleares ha inventado razones para justificar la fabricación de los misiles Atlas, los Titán, los Minuteman I, II y III, e incluso algunas docenas de los llamados Pacificadores.
La propuesta de reemplazar los 400 misiles balísticos intercontinentales terrestres actuales es tan poco consistente e impopular que incluso organizaciones e individuos conservadores la han condenado (la mayoría por razones equivocadas), entre ellas el comité editorial de Bloomberg News, la Union of Concerned Scientists, la Arms Control Association, Defense News, el Bulletin of the Atomic Scientists, el exsecretario de Defensa William Perry y un grupo de comandantes militares retirados.
Hace seis años, el Bulletin se refirió al «significativo número de estudios de ‘expertos’ que han aparecido en los últimos cinco años sugiriendo que los misiles balísticos intercontinentales de la tríada nuclear debería desactivarse» [2]. El general James Cartwright, ex vicepresidente del Estado Mayor Conjunto, presidió un grupo de estudio (2012) cuyo informe final, confirmado por el entonces senador y más tarde secretario de Defensa, Chuck Hagel, decía entre otras cosas que: «No se ha presentado ningún argumento sensato que respalde el uso de armas nucleares para resolver ninguno de los principales problemas a los que nos enfrentamos en el siglo XXI. De hecho, podría decirse que las armas nucleares, lejos de ser una solución, se han convertido en una parte añadida del problema». En su web, el secretario Perry advierte que los misiles balísticos intercontinentales «son simplemente demasiado fácil de lanzar erróneamente y podrían ser causa accidental de una guerra nuclear», y añade que el sistema de misiles balísticos intercontinentales es «desestabilizador, en el sentido de que induce a un ataque del contrario».
Todos estos críticos señalan los mismos fallos y riesgos fundamentales de los misiles balísticos intercontinentales: son superfluos; convierten sus asentamientos en cinco Estados en zonas de sacrificio nacional y robotizan a los militares a su cargo, presionándolos para que disparen «al advertir», sin poder saber si la advertencia es correcta o si por el contrario es producto de errores informáticos.
¡Ni menciones las drogas!
Aún así, las principales críticas al nuevo programa de misiles ignoran los escándalos que han sacudido a la Fuerza Aérea de EEUU durante los últimos 15 años [3], escándalos que han provocado cientos de degradaciones, despidos, consejos de guerra y retiros forzosos. Oficiales, de las 9.600 personas encargadas del sistema de misiles Minuteman III, han sido castigados por agresiones sexuales, abuso conyugal, tráfico de drogas, violación de las reglas de seguridad, fallos y/o trampas en los exámenes, dormir en los controles e incluso volar ilegalmente con misiles de crucero armados. En 2014, la Associated Press, en referencia al personal a cargo de las instalaciones, señaló «un laxo sentido del deber», «increíbles fallos de disciplina, entrenamiento, moral, seguridad, mando», y «una fuerza decrépita encargada de los misiles Minuteman III a la que pocos pilotos quieren unirse y aún menos contemplarlo como destino para mejorar sus carreras» [4].
Las instalaciones de misiles son contempladas por aquellos destinados en ellas como un callejón sin salida profesional, plagado de años de aislamiento, aburrimiento en zonas rurales y amenazas de alto nivel sobre su posible desaparición. Al carecer de una misión, más allá de sentarse en atenta espera o ensayar simulacros del fin del mundo, eclipsados por la promoción y elogios dedicados a sus colegas en las zonas de guerra en Irak, Afganistán, Siria y otros lugares, los equipos de misiles pueden sentirse menospreciados. La variedad y profundidad de los escándalos del personal destinado a las instalaciones de misiles así parece confirmarlo.
En 2007, en la base aérea de Minot, Dakota del Norte, tres coroneles, un teniente coronel y un nutrido numero de personal de nivel secundario, fueron degradados o despedidos tras permitir la peligrosa carga y transporte aéreo a través del país de seis misiles Cruise nucleares [5]. Dichos misiles, cada uno con hasta diez veces la potencia de la bomba de Hiroshima [6], volaron 1.542 millas desde Minot a la base aérea de Barksdale, Louisiana, área de entrenamiento asignada por EEUU para sus guerras en Oriente Medio y base operativa de bombarderos 44 B -52s.
En 2008, tres de los cuatro militares de servicio en el centro de lanzamiento de misiles de Minot se durmieron estando a los controles de un dispositivo que contiene los códigos de lanzamiento. Las reglas requieren que al menos dos miembros del equipo permanezcan despiertos en alerta. Inmediatamente se les prohibió el acceso y luego se les dio de baja del servicio [7].
En octubre de 2010, en la base aérea de FE Warren, Wyoming, un error informático dejó fuera de servicio cincuenta misiles Minuteman «durante más de una hora». Cinco centros de control de lanzamiento perdieron todo contacto con los cincuenta misiles Minuteman III que normalmente controlan. De manera involuntaria, la respuesta dada por la Fuerza Aérea a estos apagones vino a corroborar el estado obsoleto e inútil del sistema de misiles. Dirk Jameson, teniente general retirado de la Fuerza Aérea, declaró a la prensa que el apagón electrónico «no tenía relación directa con las capacidades reales de nuestras fuerzas nucleares».
En 2013, personal de las instalaciones, dos en la base de Minot y dos en la de Malmstrom, Montana, fueron reprendidos por dejar abiertas las puertas blindadas del centro de control de lanzamiento de misiles, violando así los estrictos protocolos. El técnico Bruce Blair señaló que dichas aperturas permitirían a potenciales saboteadores acceder a los códigos secretos de lanzamiento. Claro está, los errores se atribuyeron a la desidia del personal encargado.
En 2014, en Malmstrom, dos miembros del equipo de lanzamiento de misiles fueron acusados de manejar un sistema ilegal de distribución de narcóticos en seis bases de la Fuerza Aérea, presuntamente contactando con otras once, tres de las cuales formaban parte del control de lanzamiento. Según un informe de 268 páginas del teniente general James Holmes, los mensajes mencionaban «uso específico de drogas ilegales… [incluidas] drogas sintéticas, éxtasis y anfetaminas».
Por otra parte, la investigación del general Holmes descubrió trampas generalizadas en los exámenes por parte del personal encargado del procedimiento de lanzamiento. En consecuencia, un total de 92 miembros del ala 341 de misiles de Malmstrom fueron suspendidos, descalificados y excluidos de sus puestos. En Malmstrom, un total de nueve coroneles y tenientes coroneles, casi toda la cadena de mando, fueron destituidos por no haber detectado tan masivo engaño.
Malditos fabricantes de torpedos
¿Cómo sobrevive el ICBMS a la corrupción, los accidentes, las “turbadoras averías” y las condenas de alto nivel? Una respuesta está en un informe del 9 de febrero de William Hartung, del Center for International Policy, titulado «Dentro del lobby del ICBM: ¿Intereses especiales o interés nacional?» Hartung detalla las enormes sumas derrochadas por los contratistas de armas en el cabildeo y las contribuciones de campaña para comprar votos de los legisladores en los estados que albergan los misiles, las bases aéreas o a los propios contratistas (Montana, Dakota del Norte, Colorado, Nebraska y Wyoming), a pesar de que, como señala el informe, «no hay ninguna razón militarmente sólida para desarrollar un nuevo misil balístico intercontinental». El informe señala que, desde 2012, Northrop Grumman y sus principales subcontratistas han entregado 1.200 millones de dólares a los actuales miembros de la coalición pro misiles del Senado y 1500 más a miembros de comités del Congreso, claves para determinar la cuantía del gasto. Además, los once principales contratistas que trabajan en el desarrollo del nuevo misil gastaron más de 119 millones en cabildeo en 2019 y 2020, y emplearon a 410 lobistas.
¿Cómo es posible que la industria de las armas destruya o compre todo cuanto se interpone en su camino, ya sea por motivos políticos, pragmáticos o de límites presupuestarios? Parte de la respuesta está en la definición que el propio Mussolini dio del fascismo como fusión del poder estatal y corporativo, y en la advertencia que Eisenhower hiciera contra el mismo.
NOTAS
1. Véase Vandana Shiva, Water Wars: Privatization, Pollution, and Profit, South End Press, 2002; Gwynne Dyer, Guerras climáticas: La lucha por la supervivencia mientras el mundo se sobrecalienta, One World Press, 2008; Richard Heinberg, The Party’s Over: Oil, War and the Fate of Industrial Societies, New Society Publishers, 2005.
2. Adam Lowther, «Un año después: Respondiendo a problemas en la fuerza de misiles balísticos intercontinentales», Boletín de científicos atómicos, febrero de 2015, http://thebulletin.org/year-later-responding-problems-icbm-force7984.
3. AP, «California: Navy Commander Admits Taking Sobornos», New York Times, 7 de enero de 2015; David Sanger y William Broad, «Los estudios del Pentágono revelan importantes problemas nucleares», New York Times, 14 de noviembre de 2014; «Otro cargo en el caso de soborno de la Marina», New York Times, 18 de abril de 2014; Helene Cooper, «La Marina abre una investigación sobre las trampas en el entrenamiento de reactores», New York Times, 5 de febrero de 2014; «El programa de bonificación por fraude en el reclutamiento del ejército puede costar casi $ 100 millones», New York Times, 5 de febrero de 2014.
4. Robert Burns, AP, «Estudio encuentra problemas profundos en la fuerza de misiles nucleares”, 20 de noviembre de 2013; AP, «Air Force Is Working To Mend Missile Corps», Minneapolis Star-Tribune , 11 de junio de 2014.
5. Sarah Baxter, «EEUU Hits Panic Button as Air Force ‘Loses’ misiles nucleares», London Times, 21 de octubre de 2007. ↑
6. «W80-1 Warhead Selected for New Nuclear Cruise Missile», Federación de Científicos Estadounidenses, 10. de octubre de 2014, https://fas.org/blogs/security/2014/10/w80-1_lrso/.
7. Barbara Starr y Larry Shaughnessy, CNN, «Air Force dice que los oficiales se quedaron dormidos con el código nuclear», 24 de julio de 2008, http://www.cnn.com/2008/US/07/24/missile.error/index.html.