Fuente: Portal Libertario OACA/ Pelao Carvallo [1] 29 Sep 2020 05:55 AM PDT
El anarquismo está contra las clases magistrales
… por eso mismo la hago. Trump ha hecho la difusión de esta actividad al declarar “anarquistas” a tres importantes ciudades de EE.UU [2]. No podíamos tener más prensa que esa y deja claro uno de los puntos a desarrollar. Para empezar, ¿qué entenderemos por punkdemia, anarquismo, poder (sistema)? a) Pandemia: esa enfermedad masiva inesperada pero no sorpresiva que ataca a la humanidad de una manera escandalosa. Esta punkdemia es capitalista, extractivista, estatista, neoliberal, militarista y patriarcal porque esos son los pilares del sistema.
Capitalista porque es una oportunidad de negocios, extractivista porque su origen se puede rastrear a la expansión de la frontera agrícola y urbana en China. Estatista porque tensiona al Estado (y los gobiernos) a ejercer toda su autoridad al límite, al límite que cada Estado tiene o/y puede o/y quiere. Neoliberal porque es una punkdemia que cotiza en bolsa, en forma de farmacéuticas y apps (tiktok, zoom, cornershop, amazon, marketplace); militarista porque del modo que sea (grosero, sutil), las prácticas militares han inundado el escenario mundial (como toque de queda, aduanas internas, cierre de fronteras [3], como campos de concentración cuarenteneros [4], como hospitales de campaña en medio de las ciudades, como batallones de emergencia, como personal obligado a probar vacunas, como personal científico de disposición obligatoria, como fabricantes de mascarillas, etc.); patriarcal porque se ha encerrado a las mujeres en lugares bajo el odio de los hombres [5], a las niñas, a las adolescentes, se les ha cortado el acceso a la autonomía económica al mismo tiempo que se les ha aumentado la responsabilidad de los cuidados.
Alcance del anarquismo
El anarquismo es ese movimiento político que lucha contra el poder desde la libertad entendida como una realidad social en permanente construcción [6]. Esta lucha se hace desde procesos y prácticas libertarias como la acción directa, la autogestión, la ayuda mutua, todas ellas entendidas como pedagogías de sí mismas y, en algunos casos, es también una cultura y/o una identidad. Nunca en la historia del mundo, incluso en la época clásica del anarquismo mundial (desde 1880 a 1920), el anarquismo ha estado tan presente en tantos lugares a la vez y con tanta fuerza [7]. Se puede rastrear el anarquismo en todos los continentes y en todos los territorios de esos continentes que tengan una población relativamente densa. Su alcance es multidimensional y sobre esa multidimiensionalidad esto es todo lo que diré porque es mucho lo que habría que hablar del tema: está en la academia (Graeber QEPD), en las artes, en la acción política, en las reflexiones de todo tipo. Esta presencia no implica un conocimiento o contacto mutuo entre todas las experiencias, incluso si éstas se consideran sectorialmente, lo que implica una reiteración tanto de las prácticas como de las frustraciones. Implica también una responsabilidad colectiva global: las desgracias de unos anarquistas en Zimbabue alcanzan a unas anarquistas en Quito, por ejemplo. Este alcance mundial implica además un rompimiento en la geopolítica histórica del anarquismo mundial que, de su alcance y producción conocida, repartidas entre Europa, el norte anglosajón y el cono sur rioplatense, ahora ve asomar experiencias en casi todas partes, haciendo realidad geográfica la descentralidad que el anarquismo propone (México, Siria, India, Hong Kong, Fiyi, Nigeria, Caribe, Túnez, Sudáfrica, etc.) [8]. Esa presencia es una presencia rebelde que inunda y abre espacios frente a todo autoritarismo. Por suerte todas las culturas tienen un contenido antiautoritario con el cual enlazar desde el anarquismo con un enfoque respetuoso pero crítico y sin concesiones, porque al mismo tiempo que las culturas tienen ese contenido autoritario y resistente, forman parte del paradigma en todos sus componentes. Por ello el aspecto de pedagogía que tienen los procesos de lucha libertaria deben ser visibilizados para hacerlos autoconscientes y vividos como una experiencia satisfactoria, de logro, imbricada en la lucha. La Educación Popular Libertaria [9] es una muestra de esto: no ha sido nunca un proceso aparte sino parte integral de las luchas libertarias.
La pankdemia es sistémica
Lo que llamamos popularmente “sistema” es el paradigma violencia/dominación,[10] el cual se está tratando de imponer desde milenios y cuyos pilares, en el transcurso del tiempo, han tenido distintos formatos (y nombres). Estos pilares son la explotación económica de unos pocos sobre unas muchas, la explotación e imposición cultural de unos pocos sobre unas muchas y la explotación e imposición reproductiva de unos pocos sobre unas muchas. Estas explotaciones e imposiciones son posibles porque se imponen con y en la violencia que, extendida en el tiempo, es la dominación. La violencia es el uso del daño para el logro de objetivos en otras personas y en la naturaleza. La dominación es la persistencia de ese logro mediante el recuerdo del daño, como memoria y como epigenética. A este paradigma de dominación/violencia que vivimos comúnmente y acertadamente se le llama “poder” [11] y contra ese poder (violencia/dominación) es que se alza el anarquismo como un antipoder o un nopoder mediante acciones y usos que se esfuerzan en salir de la triada de explotaciones: autonomías económicas, culturales y reproductivas. Ciertamente el poder, como sostiene la actualización foucultiana, [12] es una relación, una relación de dominación y violencia que tiene un aparato de marketing y prensa de milenios que lo actualiza y hace cool cada cierto vendiéndonos el poder como solución a los problemas que nos trae el poder, la dominación y la violencia como las salidas inteligentes a la dominación y a la violencia. Byung-Chul Han es otro que actualiza el poder mediante el secuestro de los contenidos del concepto y la práctica de la libertad para dotar al Poder de ellos [13]. En ese sentido quien diga que el poder es la vía para tal o cual liberación es otro publicista más del poder, pues en lo que más ha invertido el poder (es decir los interesados en mantener este paradigma) es en teóricos, publicistas y violentistas (hoy policías, militares, narcos y mafiosos) que lo hagan realidad teórica, comunicacional y vivencial. Por eso a quienes detentan cargos en la jerarquía del poder no les está permitido ir más allá de sus costumbres, sus convicciones y su cultura, en ese orden. No habrá nadie, en el poder, que vaya a tener una epifanía, una visión, una iluminación que les haga enfrentar la pandemia de otra forma o de forma revolucionaria. Por eso mismo es que la pankdemia no puede ser más que sistémica: toda la forma de producirla como de enfrentarla, tanto desde los especialistas sanitarios como de los gobiernos, está en el abanico de posibilidades que el paradigma ofrece, incluidas las formas basadas en derechos humanos, y estas posibilidades son: represión, mercantilización, judicialización, espectáculo y heroísmo. Recorriendo la historia de las pandemias, ninguna ha producido ningún cambio revolucionario, lo máximo que los pueblos han logrado mejorar producto de una pandemia son las condiciones de negociación que tienen las muchas respecto a los pocos, por la caída en la población explotable. El sistema provocará más de estas pandemias como consecuencia del objetivo que tiene de extraer todo de toda la Tierra para su consumo comercial. En ello el sistema no ofrece concesiones ni treguas. Por ello va por los últimos indígenas no contactados [14], aunque en realidad no va por ellos, va por el territorio en el que viven, del cual espera hacer negocio, producto, consumo, poder. Y si algún impedimento legal detiene por un tiempo al extractivismo es porque el negocio está siendo rentable de otro modo. Para el anarquismo detener el extractivismo es un asunto de vida o muerte para la humanidad. Porque la Tierra, como conjunto, podrá sobrevivir a todo lo que le hagamos, pero la humanidad no. El problema para la humanidad es que todo el paradigma es extractivista: de los cuerpos, de las mentes, de las comunidades, de las capacidades creativas y reproductivas.
El sistema entrega soluciones a la punkdemia
Pero solo aquellas que puede y le sirven. Por eso las soluciones militarizadas son parte de su arsenal (valga la redundancia). La industria farmacéutica, tanto en los imperios (China, EE.UU., Rusia, UE) como en otros estados, tiene explícita o implícitamente un componente de la industria militar, o establecen rápidas alianzas para usar a los soldados como conejillos de indias y a los científicos militares (vaya oxímoron) como parte del personal para prueba y desarrollo de las vacunas [15]. Las vacunas serán la solución rápida, el parche curita, de un problema regalado por el componente extractivista del capital ecocida mundial. Por ello tiene importancia ahora el “nacionalismo de la vacuna” porque es el campo de batalla que eligieron para actualizar su presencia. El heroísmo forma parte de estas soluciones en tanto el relato de lo que pasa es también una solución y si ese relato es coincidente con lo que el sistema construye y necesita, con el show que permanentemente hace, pues mejor, y por ello el relato heroico, desprendido o no de su matriz patriarcal, pero no de su impronta militarista, es fundamental a la hora de contarnos la punkdemia, así como casi cualquier cosa. Por ello se cuenta que hay heroísmo en el gremio de la salud y no que hay trabajo y explotación. El heroísmo es una trampa cultural central del poder y debemos sospechar de cualquier relato de lo que hacemos (en tanto anarquistas) que esté teñido de heroísmo. Todo el sistema intenta convencernos de que es la solución o tiene la solución al problema que crea, en este caso la punkdemia. El principal problema por cierto se oculta, porque el sistema es negacionista por defecto. Niega, por ejemplo, que la única producción realmente global, lo único que no ha parado, sino que ha aumentado su producción, es la basura. Basura. Porque sin basura no hay espacio para nuevas soluciones, nuevas futuras basuras que solucionen los problemas de las basuras pasadas y actuales: un ejemplo, miles, miles de miles de aviones de todos los tamaños están yendo rápidamente a la basura, esa basura por toneladas se está produciendo en este mismo momento… para solucionar el problema de esa basura Airbus anuncia nuevos aviones “cero emisiones” de Co2, para unos años más [16]. Las crisis del sistema las aprovecha el sistema, ya sea como negocio, como futuro, como medicamento, como producción. Por ello es que el relato sobre la punkdemia que hace el poder no es más que sobre cosas ya instaladas, simples reiteraciones y actualizaciones del mismo heroísmo de siempre, de las mismas víctimas de siempre, de las mismas expectativas y esperanzas de siempre, de los mismos villanos de siempre, claro con otras ropas, con otros motivos, pero lo de siempre siempre porque el relato es reproductivo si viene del sistema o trabaja para él. Por ello que la prensa nunca da noticias, solo da repeticiones. El relato anarquista de la pankdemia ha de ser disruptivo o no será un relato anarquista.
El anarquismo en esta pandemia
Trata de convertirla en pankdemia, mediante una acción de equilibrio entre la autonomía del cuidado y la resistencia a la militarización/ policialización/estatización [
Difícilmente la gente abandona lo conocido por lo desconocido
Por ello el anarquismo debe insistir en ofrecer una transición, revolucionaria, de este mal conocido a un bien por conocer. Esa transición es social, comunitaria y personal todo junto y al mismo tiempo. Por ello es que el anarquismo debe salir de la crítica tímida, del no querer ofender a los aliados (¡que no tenemos!). Porque, ¿qué aliado va a tener una convicción antiautoritaria en medios autoritarios? Ninguno, salvo en momentos circunstanciales, mínimos y momentáneos: por ello el antifascismo es una trampa del autoritarismo hacia el anarquismo. Caer en esa vieja trampa autoritaria habla no solo de ingenuidad política entre anarquistas, sino que habla de la incapacidad de ofrecer resistencias a las actualizaciones que el paradigma tiene para los sectores rebeldes. Por otra parte, pecamos también de historicismo y colonialismo. Como quienes piden Asamblea Constituyentes en el siglo XXI (cuando ya fueron domesticadas en su origen en el siglo XVIII) o como quienes forman milicias para Rojava invitadxs por un partido político que gobierna un protoEstado que molesta a Turquía y Siria, a quienes molesta eso: que sea un protoEstado, no si es revolucionario o no, lo mismo que les molestaba el Estado Islámico, no por sus fundamentos antiderechos humanos, sino porque era un protoEstado en competencia. Colonialismo en ir a un lugar sin ser invitados por las comunidades que hacen su propia lucha que seguirán haciendo incluso y principalmente sin invitados. El relato antifascista es otra reiteración, otro relato domesticado y funcional al poder, con sus componentes de heroísmo, tragedia y turismo de guerra. No es necesaria tanta ingenuidad; es más, es inconducente desde un punto de vista revolucionario, tanto en este tema como en otros. Debemos construir desde la crítica profunda, fuerte y jugosa, incluso si erramos en ella. Porque el peligro está en sostener el estatismo que criticamos, el egoísmo que despreciamos, las identidades impuestas, el machismo subyacente. El temor de quedar solos es un temor infundado, en tanto desde el reconocimiento del punto de partida de nuestras luchas (lo que somos y en lo que estamos cuando tomamos conciencia de nuestra lucha) es el punto de partida para formar no alianzas, sino redes, compañerismos, con los cuales construir comunidades en resistencia. Nuestro punto de partida siempre será lo que somos y queremos ser: trabajadorxs (y hacemos sindicatos), hijxs (y construimos comunidad con mapadres y hermanxs, o si no nos exiliamos a construir otras familias comunitarias), migrantes (y nos organizamos como tales), privilegiados (y hacemos una vida que nos vaya destruyendo esos privilegios), pobres (y nos organizamos contra los ricos), hombres, mujeres, etc. Lo que no hacemos es volvernos profesionales de la revolución que va buscando la lucha perfecta para sacar el romántico fusil de la libertad. Estamos contra toda reproducción del sistema, sobre todo contra los mitos que el poder nos regala para domesticarnos. Estamos, pues, contra el Poder que se llama padre, madre, jefe, líder, empresa, alcalde, intendente, gobernador, presidenta, reina, rey, y también compañero, compañera, amistad, amor. Somos, como dicen en Primera Siembra [21], antiadultocéntricos de estos adultos que somos. Como anarquistas tenemos una gran ventaja respecto a la izquierda del poder que se cree revolucionaria: el anarquismo posibilita como costumbre, cultura y convicción que luchemos socialmente (eso es personalmente también) por librarnos del machismo, el autoritarismo, el elitismo, el adultocentrismo, y todo aquello que el poder quiere que reproduzcamos para ir reproduciéndose él mismo. Eso forma parte de la transición que ofrece el anarquismo como salida y que se basa en dos alternativas de acción: la deserción y la autonomización. Llamamos a desertar de reproducir el sistema, desertar de reproducir la explotación y la imposición. Llamamos a desertar porque es la parte de la lucha más fácil y más difícil de todas, porque el poder cuenta con que estés. Autonomización porque hemos de construir o fortalecer lo que ya está en construcción contra el poder. Y como nadie va de lo conocido, por malo que sea, a lo desconocido, es necesario dar fuerza, imagen y relato al anarquismo en tanto impulsor de esa transición, tal vez con una organización paraguas, informal, de hecho, inexistente, que dote de sentido de horizonte y pertenencia a quien necesite eso para desertar y autonomizar. Un paraguas de acuerdos mínimos, quizás acción directa y noviolencia y un nombre de fantasía a la que referir, tal vez La Mundial Anarquista. -Oye, ¿quien hizo esa acción tan bonita? -Ah, La Mundial anarquista. Porque de la infelicidad no se saca nada, de la derrota no se saca nada, solo sometimiento y rabia, que es otro sometimiento. Por eso el llamado a la deserción y a la autonomización debe ser desde el humor, el triunfo y la alegría. Debemos ver el triunfo, el logro, en lo que hacen los pueblos, incluso si ese triunfo nos contradice, porque queremos y respetamos al pueblo en su sabiduría y en su error, y eso nos hace acompañarles críticamente en todas sus experiencias y estar allí para festejar y recordarles que todo triunfo social es resultado de su lucha, autónoma y desertora, con alegría, porque la alegría comienza con A de anarquía y termina en ia de empatía. Con los pueblos construimos esa noviolencia y nopoder, cosas sin nombres que nos hacen como revolucionarias sin concesiones.
Fuente original: https://www.clacso.
Notas:
[1] Escritor chileno. Integrante de la Red Antimilitarista de América Latina y el Caribe. Clase magistral dada el 22 de septiembre 2020 por Pelao Carvallo, trasmitida por jitsi y elaborada a partir de las discusiones en Caracolito G.A y en Ramalc (Red antimilitarista de América Latina y el Caribe).
[3] En este punto describí todas las aduanas que debería pasar yendo por tierra de Paraguay a Chile, la mayoría de ellas inexistentes en diciembre de 2019: aduanas sanitarias municipales, distritales, departamentales en Paraguay, municipales y provinciales en Argentina, comunales, provinciales, regionales y hasta barriales en Chile, sin contar las fronteras entre los Estados
[4] https://elsurti.com/
[5] https://www.france24.com/es/
[6] Todos los datos son rastreables fácilmente porque están sacados de la prensa. Las definiciones, opiniones e inferencias son de mi responsabilidad, citando la fuente de la idea cuando exista.
[7] Rastrear por ejemplo el alcance de la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores) y sus escisiones
[8] El libro Repensar la Anarquía, colaboración de distintas experiencias centroamericanas da cuenta de ello, hace diez años atrás el anarquismo en esa región era invisible e invisibilizado https://archive.org/details/
[10] Idea original en: Política noviolenta y lucha social. Alternativa noviolenta a la defensa militar. Colectivo Utopía Contagiosa. Libros en Acción. Madrid, 2012. Página 141. La síntesis en “poder” es mía.
[11] https://www.youtube.com/watch?
[12] Michel Foucault
[14] https://www.bbc.com/mundo/
[16] https://okdiario.com/video/
[18] Incluso y sobre todo en estos tiempos de abundancia y sobreproducción alimentaria