América Latina en Resistencia: ¡Lula Livre!

Fuente: https://www.investigaction.net/es/america-latina-en-resistencia-lula-livre/

    Editorial / Verdades y consecuencias de la absolución de Lula

    El juez Edson Fachin del Supremo Tribunal Federal de Brasil anuló todas las condenas contra el ex-presidente Luís Inácio “Lula” da Silva, relacionadas con la célebre Operación ‘Lava Jato’.  

    De esta forma, el ex-mandatario recupera sus derechos políticos y podría ser candidato en las elecciones presidenciales del venidero 2022.

    La decisión, que se trata de una medida cautelar, es una respuesta al ‘hábeas corpus’ presentado por la defensa de Lula contra el accionar del ex-juez Sergio Moro.

    Con motivaciones políticas claras, Moro condenó a Lula en julio de 2017 a nueve años y seis meses de prisión, acusado de corrupción y blanqueo de dinero. Posteriormente, el ex-juez aceptó ser ministro de justicia del presidente Jair Bolsonaro, cargo en el que estuvo desde enero de 2019 a abril de 2020.

    El ex-mandatario, por su parte, pasó un año y siete meses en prisión, desde abril de 2018 hasta noviembre de 2019, cuando fue puesto en libertad. La condena impidió que fuera candidato en las elecciones de 2018 en un momento donde era la opción más popular según las encuestas de opinión. Por su parte, siempre negó las acusaciones contra él y reiteró que era víctima de una conspiración para impedir su candidatura.

    Tras conocer la decisión, Lula afirmó que fue “víctima de la mayor mentira jurídica contada en 500 años de historia” y agregó que “aún no es el momento de pensar” en una posible candidatura. Pero dejó claro que continuará en el ruedo político: “Quiero dedicar el resto de vida que me queda, que espero que sea mucha, a recorrer este país para hablar con el pueblo”.

    Asimismo, el exmandatario aseguró que Bolsonaro es un “ignorante” que “ofende a la sociedad brasileña” al no saber manejar la crisis sanitaria ni financiera que atraviesa el país. «Entró [al Gobierno] como Macri, diciendo que iba a solucionar el problema. La diferencia con Macri es que Bolsonaro es más ignorante. Le cae bonito ser ignorante».

    El líder histórico del Partido de los Trabajadores -que gobernó Brasil entre 2003 y 2011- criticó también el duro contraste entre las condiciones de vida actuales de la población y las de hace unos años.

    Su gobierno fue uno de los periodos de mayor prosperidad de Brasil, con políticas como la “Bolsa Familia” dedicadas a sacar de la pobreza a decenas de millones de ciudadanos. Cuando abandonó el cargo, Lula gozaba de un 80% de popularidad.

    Aunque haya dejado la opción abierta, el escenario más probable es que Lula sea efectivamente el candidato para enfrentarse contra Bolsonaro el próximo año. Brasil enfrentaría entonces una nueva confrontación de derecha contra izquierda con uno que otro espacio para candidatos de centro y una caldeada campaña electoral. Todo esto en la cúspide de una pandemia con más de un cuarto de millón de muertos, y en medio de una fuerte crisis económica.

    Una encuesta de opinión publicada este fin de semana por O Estadão de Sao Paulo indica que Lula tendría más capital político que Bolsonaro. Según el sondeo, un 50 % de los entrevistados votaría al petista si volviese a ser candidato, mientras que un 44 % dice que no escogería ni a Lula ni a Bolsonaro.

    Sin embargo, queda mucho territorio por recorrer y la impopularidad actual de Bolsonaro no es garantía de una victoria electoral opositora. Efectivamente al PT le toca aprender las lecciones de la derrota de 2018, cuando se abandonó una perspectiva de izquierda para adoptar un discurso vago de “defensa de la democracia”.

    Para volver a involucrar a las grandes mayorías hace falta asumir opciones políticas claras, no diluirlas. Si Lula es la mejor opción para derrotar a Bolsonaro, sólo lo será hablando al pueblo y dejando claro que hace falta un cambio de rumbo que privilegie a los de abajo y sacrifique a los de arriba. Moderar esa urgencia en aras de no antagonizar ciertos sectores sería repetir el error de 2018.

    Por su lado, Bolsonaro apuesta por la polarización, con un grupo de seguidores cada vez más radical y cada vez más armado. El mandatario actual podrá emplear su discurso anti-comunista y contar con el apoyo de los medios del establishment.

    Por fin, la batalla se juega también en el tablero internacional. Para actores como la OEA o la administración Biden puede ser ventajoso criticar a Bolsonaro desde un punto de vista de opinión pública. Sin embargo, el gobierno actual de extrema derecha es mucho más útil que uno de Lula en lo que toque a los intereses de las multinacionales y la agencia imperialista en el continente.

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