Fuente: https://www.investigaction.net/es/america-latina-en-resistencia-avanza-la-pandemia/ JESSICA DOS SANTOS RICARDO VAZ 28 Ago 2020
La pandemia del coronavirus sigue aumentando de gravedad. En este momento ya se totalizan más de 23 millones de contagios y cerca de las 800,000 muertes en todo el mundo. En Latinoamérica los números vienen creciendo a un ritmo acelerado, con más de 6.5 millones de casos y 250 mil muertes (22 de agosto).
México, Perú, Colombia y principalmente Brasil han sido los países más afectados. Con la llegada de la temporada fría a los países del sur, la situación seguirá empeorando en las próximas semanas.
El panorama cambió en los últimos días con el anuncio de que Rusia había registrado la primera vacuna contra el coronavirus del mundo: ‘Sputnik V’. Tras ensayos clínicos, médicos declararon la investigación exitosa y concluyeron que la vacuna es segura ya que al final del proceso «todos los voluntarios tenían inmunidad».
Mientras tanto, la empresa estatal China National Biotec Group, de la que hace parte la farmacéutica Sinopharm, sostuvo que la vacuna contra el Covid-19 de China estará lista «probablemente en diciembre» y tendrá un valor cercano a los 144 dólares.
Mientras la vacuna esté todavía a meses de distancia, cambia el horizonte para los países latinoamericanos. En el caso de Cuba, el país ha anunciado que desarrollará también su vacuna ‘Soberana 01’ para tenerla lista en 2021, al mismo tiempo que las autoridades rusas confirmaron que la industria biotecnológica en la isla podría ser un aliado para producir su vacuna para el continente.
Por su parte, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, precisó que una vez que la organización haya identificado que una vacuna superó todas las pruebas, su Comité de Estrategias ofrecerá recomendaciones sobre su uso justo y apropiado.
La organización sugirió también que la pandemia podrá durar menos de dos años si los países logran unir esfuerzos, señalando que la tecnología actual es una ventaja en comparación con la gripe española.
Sin embargo, el Covid-19 ya ha tenido consecuencias significativas a nivel económico, empezando por las mayores economías del mundo. Por ejemplo, EEUU sufrió una caída del PBI del 9,5% en el segundo trimestre, tras un retroceso del 1,3% en el primero. En cambio, China evitó entrar en recesión, después de que su PIB creciera un 11,5% en el segundo trimestre tras una caída del 10% en el primero. En Europa, el conjunto de la zona euro registró un crecimiento negativo del 12,1%, tras haber bajado un 3,6% en los tres primeros meses del año, lo que representa la caída más importante desde 1995.
Las economías débiles de América Latina no han escapado. La posición dependiente en la economía mundial ha resultado en una paralización significativa, mientras es necesario atender a un largo porcentaje de la población que trabajaba en el mercado informal y se quedó sin ingresos. El FMI calcula que el PIB de la región sufrirá una contracción de 9,3% en 2020, la peor desde que hay registro.
De igual modo, las confrontaciones políticas absorbieron, o terminaron absorbidas, por la pandemia. En Brasil, el derechista Jair Bolsonaro ha sido cada vez más contestado por la respuesta del gobierno ante el coronavirus, y optó por atrincherar sus posiciones. Sus seguidores son acusados de no respetar las recomendaciones y propagar teorías de conspiración.
En países como Colombia o Chile, quedaron al desnudo las gigantes desigualdades sociales. Los gobiernos que enfrentaban grandes manifestaciones antes de la crisis de salud se han visto forzados a crear programas sociales de emergencia. Otros, como Ecuador o Bolivia, “cosechan” los resultados de políticas neoliberales que han debilitado los sistemas de salud.
Gobiernos progresistas como en Argentina o México han tratado de proteger a los sectores vulnerables, pero la crisis ha reducido significativamente su espacio de maniobra. Para Alberto Fernández, el anuncio de un acuerdo para renegociar la deuda abre espacio para la economía argentina respirar.
Y por fin, no se puede dejar por fuera el caso de Venezuela. Mientras se habla de solidaridad y unión, EEUU ha redoblado sus esfuerzos para derrocar el gobierno, recrudeciendo sanciones y persiguiendo navieras. El pueblo venezolano tiene que enfrentarse no sólo al coronavirus sino también al “virus” del imperialismo.