Fuente: https://periodicogatonegro.wordpress.com/2022/03/08/algunxs-llegamos-vivxs-a-otro-8m-algunxs-no/
iCertos feminismos se han institucionalizado. Están acomodados en ministerios, secretarías y cargos que chorrean de pakis. Ciertas orgas y movimientos sociales han sido acolchonados, nuevamente, por algunos mangos, los necesarios como para generar rupturas internas. Algunos espacios ahora están financiados y armaron su kiosquito, cooptaciones desde donde seguramente acolchonan algunas vidas.
Como con los 20 años del 2001, la máquina de las redes opresoras del poder ha cooptado y fagocitado aquello que brilló como potencia revoltosa.
Revuelta no se lleva con Estado. Revuelta no viene para quedarse y acomodarse buscando un sueldito para vivir lo más burguesamente posible.
Revuelta grita, aúlla, se desgarra, se recompone, asalta y batalla donde sea que esté y durante la corta vida que vive.
Vive hasta que logran encorsetarla, hasta que sus consignas se hacen slogans, hasta que sus campañas están bancadas por partidos y ministerios, hasta que sus cuerpos, antes rebeldes, ahora buscan postulaciones, asesorías, bancas y cargos. Así, envejece y se edulcora. Pero deja estelas, destellos y furias de las que nacerán nuevas revueltas para desempolvar y enrostrar a aquellas otras, sus límites y acomodos.
La picadora de carne mediática sigue facturando y revolviendo dolores de vidas que han sufrido violaciones, abusos, torturas y violencias varias, sigue promocionando y ametrallando indiscriminadamente con prácticas punitivistas y patriarcales.
Este 8M nos encuentra con Tehuel desaparecidx, con Higui camino a juicio, con cupos trans que no se terminan de efectivizar o que dejan a la vista todo lo que las instituciones que dan trabajo no soportan de vidas trans. La ESI ha quedado cooptada con cierto terrorismo pedagógico que destruye posibilidades de experimentar, jugar y disfrutar los cuerpos. Parte de la comunidad LGTTBIQ+ se ha transformado no solo en moda al servicio del pinkwashing sino en un blanco más de extractivismo. Si bien algunos límites se han corrido, si bien hay muchas cosas que antes se soportaban y ya no se soportan, si bien nos declaramos plurinacionales, anticapitalistas y transfeministas seguimos viviendo con naturalizaciones varias teñidas de opresiones de género, raza, clase y partido de las que ni lo anarco ni los transfeminismos se salvan y que garantizan que la máquina nos siga asesinando, torturando y violando.
¿Cómo ir por más? ¿Cómo radicalizar las luchas? ¿De cuánta revuelta somos capaces hoy?
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