Fuente: https://www.pazcondignidad.org/blog/8marzo2018-en-coumbacara-senegal/ Ander Aranguren Lascaud Paz con Dignidad- Senegal 12/03/2018
Con carácter festivo y reivindicativo se ha celebrado por primera vez en la localidad de Coumbacara en el departamento de Kolda, Senegal, la Jornada Internacional de la Mujer trabajadora con el lema «Roles y responsabilidades de los hombres y de las mujeres en el hogar en el medio rural».
Organizado por la Delegación de Paz con Dignidad en Senegal y su socia local 7a/Maa-rewee con el propósito de crear conciencia sobre el enorme desequilibrio en las tareas y responsabilidades productivas y reproductivas entre los hombres y las mujeres en el medio rural.Con gran entusiasmo de la población ha sido recibida una jornada en la que se ha realizado una animada marcha por las principales calles de la aldea de apenas tres mil habitantes deteniéndose ante algunos hogares donde este día se podía ver a los hombres realizando tareas como barrer, lavar y portar nenes a la espalda, preparar la comida y machacar ingredientes o cereales en el pilón ante el asombro, sorpresa y toda la gama de reacciones que acompañan a situaciones nunca antes vistas.
Evitando los largos y somníferos discursos, se ha propuesto ejemplificar un cambio de roles aunque sea por un día, para fijar en la retina imagenes nunca antes vistas de hombres colaborando de buen grado, en realizar las tareas que las mujeres asumen durante 364 días del año menos hoy. En la asamblea de reflexión posterior a la marcha, pidieron que en vez de un día sea un mes de la mujer, tal vez por eso algunas mujeres, en clave teatral, aprovecharon para desquitarse regañando a los hombres que no hacían bien o igual de bien, el trabajo doméstico, ¿venganza ?
Después del arroz con carne preparado por los hombres (comible) y el descanso, nos congregamos bajo la sombra de un gran mango para debatir y reflexionar sobre temas que afectan a las mujeres. Fué sorprendente la valentía de muchachas de 12-15 años manifestando en público su rechazo y malestar a que sus padres las asignen desde la «cuna» un futuro marido y pretendan casarlas antes de completar sus estudios. Una mujer con hazadilla colgada al hombro, explica que tienen que dar de comer a una famila cada vez más numerosa utilizando los mismos utensilios rudimentarios que sus antepasados. Reconoce que a veces los hombres sí colaboran en las tareas del hogar pero no lo suficiente. Ellos, han reconocido todas las verdades expresadas en esta jornada memorable y el gran esfuerzo de las mujeres por cuidar de toda la familia y que tanto ambos comparten el mismo objetivo a fin de cuentas. Un re-equilibrio en el esfuerzo pero sobre todo compartir más las tareas entre hombres y mujeres no solamente un día, ha sido la principal conclusión.
¿Y PORQUÉ NO ?