Fuente: https://literafricas.com/2021/08/07/el-mrabet-mas-turbador-nos-lleva-mas-alla-del-espejo/
1.-Un pez le cuenta historias a un hombre al oído en agradecimiento por haberle devuelto al mar. Después este mismo hombre, analfabeto, criado en las calles, graba sus historias en dariya. La sonrisa de Mohamed Mrabet es pícara, sabedora de que está considerado un mito literario marroquí y que despierta el interés por el halo que le rodea y que le ilumina al haberse codeado con gente de la élite intelectual de los años 60, es decir, con Capote, T.Williams, Genet y sobre todo con Bowles. Paul Bowles. Eso antes (¡ay, los nostálgicos¡), cuando Tánger era la ciudad de las no-interferencias, barra libre para los extranjeros que llegaban llenos de dinero y de ganas de fiesta sin fin. Pero empujando para ello fuera del paraíso a los/las marroquíes excepto como figurantes, telón de fondo, secundarios entre los secundarios (¡ay, los exotismos¡).
2.- “Transcrito por Paul Bowles”. Ese hombre, el que escuchaba las cintas y las traducía, figura como una sombra. Ahora todo el mundo se queja del norteamericano y le pone a bajar de un burro llegando a hablar de colonialismo literario. Pero sin él, Mrabet sin ir más lejos, ¿habría visto publicados sus libros? Tantas cuestiones nebulan. En cuanto al autor de El cielo protector, ¿fue admiración por el talento ajeno u oportunidad de obtener réditos?… Y un poco más allá, ¿lo que hizo con Mrabet es una transcripción o una relaboración? No está ya entre nosotros el enamorado de Tánger para rebatir nada y el hombre con filamentos externos para captar historias de peces elude algunas cuestiones y señala a otros que también se han ido. Hay que decirlo, los mitos no se construyen sobre realidades.
3.- El gran espejo, fue publicado por primera vez en Estados Unidos en 1977 y es la tercera novela traducida de Mrabet por la estupenda editorial Cabaret Voltaire tras Amor por un puñado de pelos y El limón (en esta ocasión la impagable labor recae en Alberto Mrteh, autor de esa refrescante ventana a Marruecos que es El zoco del escriba). Esta obra ha sido calificada como “una historia de vampiros perfumada con olor a kif y té con yerbabuena” por Javier Valenzuela. Lo anterior da una idea de por donde van los tiros en esta nueva entrega del rifeño. El niño con botas callejeras se hunde dentro de un universo paralelo donde da rienda suelta al desenfreno más sangriento y triste. Juguetón y travieso nos cuenta una historia que parte de la belleza. La de ella, la mujer, Rachida. “Demasiada belleza. Eso me inquieta. Podría ser peligrosa” dice el que se convierte en su esposo. ¡Ay, la belleza, qué trampa y qué daño!
4.-El pez que todo lo sabe ha susurrado una imagen. La locura. Aquella que vaga por las calles, dentro de figuras errantes que hablan solas. Tan presente en la obra de Mohamed Chukri, tan unida a la vida traspasada por el olor de la noche a la intemperie, por el contacto con la podredumbre de las aceras. Quizás sea este cuento gore, fantasmagórico y terrorífico, sobre todo por el avance que le proporciona Mrabet como si no pudiera detener la vorágine en la que se ven envueltos sus protagonistas. Una pareja de jóvenes casados musulmanes que va comprobando cómo sus vidas se desalojan de si mismas para convertirse en otra cosa, más diabólica y embrujada. Y, sin embargo, la sangre -y es una auténtica orgía la que contiene esta obra- es lo que más asusta pero lo que menos impacta. Rojo sobre blanco. Es el espejo, esa jaula diabólica que atrapa identidades.
5.– Como con los sueños, cabe interpretar.
6.- “Cuando pinto, no sé qué va a salir. Es una sorpresa.” ¿Y cuando escribes? “Lo mismo, comienzo a contar una historia y no sé cómo va a terminar” explica Mrabet y lo cierto es que en El gran espejo el impulso narrativo va sin frenos. Desaforado, mientras hace un doble pirueta mortal sangrienta. Porque dos son los protagonistas y dobles son las mujeres de esta novela, la real y la imaginada que vive dentro del espejo. La dualidad femenina, que también se encuentra en Aura del mexicano Carlos Fuentes impecable historia gótica que oscila entre dos o más mundos, se muestra en la de Mrabet envuelta en sudarios. El espejo que devuelve y deforma hasta el punto de hacer intolerable la vida tal como la sufre Rachida, virgen para el matrimonio, a la que le llevan sus padres una sirvienta negra. La belleza como única posesión, hasta que los espejos implacables se niegan a mostrarla. El vientre abultado del embarazo primer peldaño hacia la cuesta abajo de la pérdida de la misma. Así, para respirar hay que encontrar una nueva dimensión. ¡Ay, la vida conyugal!.
7.- “La muerte forma parte de la vida, y no es algo por lo que debamos llorar. Ya sabe que a los musulmanes nos está prohibido lamentarnos por eso”.
8.- Podríamos llegar a pensar que Mrabet ha querido jugar un rato con nosotros. Pero ya sabemos que no narra él, se oye el susurro mágico del pez, a él el mar se lo da todo.
El gran espejo.(The big mirror,1997) Mohamed Mrabet. Transcrito del árabe dialectal por Paul Bowles. Editorial Cabaret Voltaire, 2020. Traducción Alberto Mrteh.