13.000 islas han aumentado su superficie desde 1990

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El aumento del nivel de las aguas oceánicas es otro lugar común en el discurso político y mediático desde que en 1989 el director de la Oficina de Medio Ambiente de la ONU dijo que varios países podrían desaparecer bajo las olas en diez años.

Sus predicciones fallaron lamentablemente.

En su famosa película “Una verdad incómoda”, estrenada en 2006, que le valió el Premio Nobel de la Paz, Al Gore anunció un aumento del nivel del agua de seis metros, mostrando a Florida y Pekín sumergidas bajo las olas.

En un artículo de agosto de 2001, Le Monde anunciaba que el archipiélago de Tuvalu iba a ser devorado por las olas y que, por lo tanto, la transición ecológica era urgente.

Dado que el 40 por cien de la población mundial vive en zonas costeras, la ONU ha advertido que el aumento del nivel del mar amenaza con un “éxodo masivo”. Dentro de poco aparecerá un fenómeno nuevo en la historia: los refugiados climáticos.

El melodrama sobre el aumento del nivel del agua permite a los estados insulares minúsculos beneficiarse de generosas ayudas internacionales que llenan sus presupuestos. Casi la mitad del presupuesto de Tuvalu procede de subvenciones internacionales, lo que permite a las islas mantener un nivel de vida impensable.

El aumento del nivel del agua se convierte así en una fuente de ingresos, al igual que las banderas de conveniencia o los paraísos fiscales. A cambio de subvenciones, estos Estados venden sus votos en la ONU y en los organismos internacionales, permitiéndoles adquirir un peso político que su pequeñez es incapaz de proporcionarles.

Pero entre 1984 y 2003 la superficie de las más de cien islas de Tuvalu se ha mantenido estable, o incluso se ha expandido. Lo mismo ha ocurrido con otras 13.000 islas de todo el mundo: en los últimos 20 años su superficie ha aumentado casi 370 kilómetros cuadrados, según un grupo de científicos chinos (*).

El aumento no ha sido uniforme a lo largo del tiempo. De 1990 a 2000 hubo una disminución neta de la superficie insular de 260 kilómetros cuadrados, pero en las décadas siguientes la tendencia se invirtió, con aumentos netos de 370 kilómetros cuadrados entre 2000 y 2010 y 32,67 kilómetros cuadrados entre 2010 y 2020.

Estos datos desmienten las predicciones alarmistas según las cuales el aumento del nivel del mar condenaría a muchas islas a desaparecer a corto plazo.

Los científicos también aseguran que el aumento del nivel del mar no es la causa principal de la erosión costera de las islas en las regiones estudiadas. “Actualmente se considera uno de los factores que contribuyen a la erosión costera, pero no el factor predominante”, explican.

La superficie de las islas de Tuvalu ha aumentado un 2,9 por cien. A pesar del aumento del nivel del mar, muchas costas de Tuvalu y los atolones vecinos del Pacífico han mantenido una relativa estabilidad, “sin alteraciones significativas”. Un reexamen exhaustivo de los datos de 30 atolones de los océanos Pacífico e Índico que comprenden 709 islas encontró que ninguno de ellos perdió superficie. Además, añaden los científicos, hay cierta evidencia de que el tamaño de 47 islas de arrecife ha crecido o se ha mantenido estable durante los últimos 50 años, “a pesar de una tasa de aumento del nivel del mar superior a la media mundial”.

Las aguas costeras de la península de Indochina registraron un aumento de más de cien kilómetros cuadrados en un período de 30 años. De las 13.000 islas examinadas, los investigadores encontraron que sólo alrededor del 12 por cien había experimentado un cambio significativo en la costa, con números casi iguales de movimientos hacia la tierra (pérdida) o hacia el mar (ganancia).

Los científicos han identificado numerosas causas por las que las islas pueden crecer en tamaño a pesar del aumento anual del nivel del mar que se observa en muchas partes del mundo. Las costas cambian constantemente bajo la influencia de las mareas, los vientos, la hidrodinámica costera y el transporte de sedimentos. En las islas habitadas, las acciones humanas como la piscicultura y la recuperación de tierras también pueden desempeñar un papel importante.

Los hallazgos chinos son importantes porque ayudan a destruir la afirmación de que muchas islas bajas simplemente desaparecerán bajo las olas en un futuro próximo. Los cambios costeros son un proceso persistente, sujeto a numerosas influencias naturales y humanas. La mayoría de las islas emblemáticas utilizadas para las alertas climáticas, como Tuvalu y las Maldivas, han aumentado recientemente de tamaño y ya no se prestan a avivar el miedo a la llamada “emergencia” climática.

(*) https://doi.org/10.1080/17538947.2024.2329816

13.000 islas han aumentado su superficie desde 1990

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