Fuente: La Jornada/Carlos Fazio 27.01.2020
terrorismo internacional.
En la batalla comunicacional del narcisista de la Casa Blanca contra el Partido Demócrata, Venezuela no es sólo un objetivo geopolítico sino una suerte de circunscripción electoral articulada con el estado de Florida, donde hay que invertir recursos en medios y propaganda en lógica de espectáculo. Y en ambos frentes, el doméstico y el geopolítico, la disputa por el relato y la percepción implica la fabricación de una matriz de opinión capaz de influir en las emociones, el razonamiento objetivo y el comportamiento de los votantes. Lo que supone recurrir a campañas de guerra sicológica y a lo que en Estados Unidos llaman prensa prostituta
( presstitute).