Hemos llegado a un punto tal que hasta los medios de comunicación que se sostienen con el sistema comienzan a apostar por aquello de que “de perdidos, al río” y cuando abro sus páginas imagino a manadas de lemmings de las que Disney nos contó que se suicidaban en masa, aunque la historia no era exactamente esa.
En “El País” hemos encontrado, durante los tres últimos días, los siguientes tres títulos consecutivos:
“Los datos están mal. Los contagiados por coronavirus no son 56.188. Seguramente están más cerca del medio millón”, de Javier Sampedro.
“El coronavirus causa más muertes de las detectadas”, de Oriol Güell,
“Cada país cuenta los muertos a su manera y ninguno lo hace bien”, de Elena G. Sevillano.
Los tres análisis se apoyan en argumentos sólidos, y desde enfoques distintos. Por tanto, las informaciones de Sanidad y de la OMS podrían no corresponder a la realidad. De hecho, las pandemias se deberían definir, entre otras cosas, por la imposibilidad de conocer su verdadero alcance. Su realidad.
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