Trabajadoras marroquíes de ‘el Curi’ denuncian explotación, impagos…

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«Un punto rojo y no trabajarás más en este país»: las trabajadoras marroquíes de ‘el Curi’ denuncian explotación, impagos y amenazas del empresario investigado por la ITSS

Un grupo de trabajadoras marroquíes contratadas en origen y asignadas a Frutas El Curi de Cartaya (Huelva), han denunciado en Huelva los reiterados incumplimientos de sus obligaciones por parte del propietario de la empresa, del que afirman haber recibido amenazas de ser incluidas en una suerte de lista negra que les impedirá volver trabajar en España si siguen adelante con sus reivindicaciones.

«Cuando reclaman sus derechos las amenaza con no traerlas el año que viene», explicaba el intérprete facilitado por el Sindicato Andaluz de Trabajadores este miércoles junto al entrada de la Delegación de Agricultura de la Junta de Andalucía en Huelva. Las mujeres aseguran que El Curi les cobra una cantidad mensual por el alquiler de las viviendas donde se alojan, que las ha obligado a hacer horas extraordinarias que no les paga, y que les debe aún salarios devengados y no cobrados. El testimonio de las temporeras sostiene que El Curi retiene estos salarios como «medida de presión».

Según se escucha en el audio que encabeza este texto, algunas de las trabajadoras llegaron a contactar con «la asociación» (La ONGD Mujeres en Zona de Conflicto, contratada por la Junta de Andalucía) para que tramitaran un cambio de empresa en la que trabajar como temporeras. La petición llegó a oídos de El Curi, quien, lejos de aceptar el cambio, amenazó con «hacer un punto rojo: una baja definitiva y ya no vas a venir más a este país».

RECIENTE INSPECCIÓN DE TRABAJO

Frutas El Curi fue una de las primeras empresas sometidas a la campaña extraordinaria de Inspecciones de Trabajo ordenada por la ministra del ramo, Yolanda Díaz, en el sector agrícola español.  La “inspección sorpresa” desarrollada en la empresa cartayera el pasado 3 de junio,  bajo el polémico protocolo de la ministra, dio como resultado, tras realizar el cuestionario de la discordia, y según adelantaba ese mismo día esta revista, la Inspección de Trabajo elevará una propuesta de sanción por hechos que los funcionarios consideraron “graves”.

Entre las faltas detectadas y/o relatadas por los propios jornaleros entrevistados, cobrar hasta 50 euros mensuales a los trabajadores que viven en alojamientos de la finca carentes de lavadora o agua caliente, con sanitarios consistentes “en un agujero en el suelo”, e incumplimientos flagrantes del convenio colectivo.

MEDIACIÓN DE MZC

Asimismo, y según la información exclusiva ofrecida por La Mar de Onuba, una mediadora de la ONG Mujeres en Zona Conflicto *entidad contratada por la Junta de Andalucía para velar por los derechos de las trabajadoras marroquíes contratadas en origen) se personó la mañana del sábado 4 de junio, apenas 24 horas después de la inspección «sorpresa» ejecutada por la ITSS y la Guardia Civil, en las instalaciones de Frutas Curi, para pedir a seis de las trabajadoras marroquíes, «en nombre del Gobierno Andaluz», que no ratificaran ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social los hechos que los funcionarios del Estado pudieron conocer de primera mano en la inspección sorpresa que tuvo lugar el pasado 3 de junio, como informó, en su momento y en exclusiva, esta revista.

La mediadora de MZC, que desde el primer momento dejó claro que también hablaba “en nombre del Gobierno Andaluz” (para lo que llegó a exhibir un documento que acreditaría tal representación), expresó a la seis marroquinas, con total crudeza, las plausibles consecuencias que para la empresa podía tener la investigación abierta sólo un día antes, por la ITSS y la Guardia Civil.

“Si vuelven a la finca la sanción va ser tan gorda que el Curi va a tener que despedir a todos los trabajadores de la empresa”, argumentó la mediadora de MZC para sugerir a las seis trabajadoras que reconsideraran sus testimonios ante una previsible e inminente declaración ante los funcionarios del Estado. MZC cargó sobre ellas el viejo dilema entre remedio y enfermedad, ante las cuantiosas “víctimas colaterales” que resultarían afectadas por unas presuntamente flagrantes violaciones de la legalidad, cuya veracidad la mediadora no llegó a cuestionar en ningún momento de la reunión.

Pasado más de un mes, las temporeras siguen sufriendo, según su propio relato, los mismos abusos, maltratos y amenazas. De la mediación de MZC, del informe emitido por la Inspección de Trabajo, o si hay o no propuesta de sanción, nada ha transcendido, al menos todavía. Pero, escuchando a las mujeres marroquíes, no parece una cuestión que preocupe al polémico y exitoso empresario de los frutos rojos cartayero.

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