Javier Fernández Rincón –
El Flamenco Rojo – 23/04/2020
El ministerio de Trabajo considera que pese a su labor, celadores o limpiadoras son de “bajo riesgo” y no les dotan de las medidas necesarias: “La única salida debe ser colectiva, de sanitarios y no sanitarios”. Artículo de publicado originalmente en revista lacomuna.com
Desde hace unas semanas, estamos presenciando una situación límite sin paragón en la historia reciente de nuestro país con la crisis del Covid-19. El sector sanitario se ha visto hondamente afectado, llegando a su colapso, y con él, las condiciones profesionales y laborales de los trabajadores. El eco de la lucha de clases, es cada vez más intenso en los pasillos hospitalarios de todo el país. Una vez más, los profesionales de categoría inferior como son los celadores, son objeto de múltiples ataques. Ya advertí en un artículo anterior que los celadores, como categoría profesional, se estaban enfrentando a una encrucijada de la que bien tendrían que salir airosos, o no salir (1). Intenté desarrollar mínimamente el enfrentamiento que se cierne en los centros sanitarios, y las políticas institucionales que empujan a esta categoría profesional al basurero de la historia. En la actualidad, la situación es más compleja de lo que se podría prever.