Situación extrema de los presos saharauis en cárceles marroquíes

Fuente: https://contramutis.wordpress.com/2022/11/03/octubre-saharaui-situacion-extrema-de-los-presos-saharauis-en-carceles-marroquies/                        

  • Las visitas a los presos políticos saharauis están casi prohibidas y solo les permiten comunicaciones telefónicas, a menudo restringidas. Marruecos aprovechó la pandemia para incrementar las represalias contra los reclusos y sus familias.
  • Los presos saharauis no tienen un régimen alimenticio e higiénico mínimamente aceptable y se les priva con frecuencia de la asistencia médica necesaria para atender las enfermedades que padecen, en muchos casos consecuencia de las torturas . 
  • Abdeslam Aomar, presidente de la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis, dice que España desprecia en el Sáhara Occidental la legalidad internacional que defiende en otras partes del mundo.

Alfonso Lafarga.-

La situación de los presos saharauis en cárceles marroquíes, situadas a más de mil kilómetros de su tierra y de sus familias, es dramática: llevan años casi incomunicados, los contactos telefónicos están restringidos, sufren aislamiento, torturas, malos tratos y apenas reciben asistencia médica.

Lo denuncia la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis (AFAPREDESA), cuyo presidente, Abdeslam Aomar, considera que España, al no actuar para que se ponga fin a este drama, incumple sus obligaciones como potencia administradora, de derecho, del Sáhara Occidental.

Abdeslam Aomar, presidente de
AFAPREDESA

Abdeslam Aomar, en declaraciones a Contramutis, reprocha al Gobierno de Pedro Sánchez que no se pronuncie sobre lo que ocurre en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, donde se violan continuamente los Derechos Humanos y, en cambio, sí lo hace cuando ocurre en otras partes del mundo: “Está en juego la credibilidad de España como país democrático garante del respeto de la legalidad internacional, la que defiende en muchos lugares y desprecia en el Sáhara Occidental”.

Los presos políticos saharauis –afirma Abdeslam Aomar­­– llevan “demasiados años casi incomunicados” y Marruecos aprovechó la pandemia para incrementar aún más las represalias contra los reclusos y sus familias: “Las visitas están prácticamente prohibidas y solamente hay comunicaciones telefónicas, que a menudo también son restringidas”. Cita el caso de Naama Assfari –30 años de condena-, que no ve a su mujer desde hace seis años, o el de Mohamed Tahlil -20 años de pena-, que lleva diez sin poder recibir la visita de su madre.

Hay palabras que resumen la vida del cerca de medio centenar de presos políticos saharauis, como “terrible”, “abominable” o “siniestros lugares”: “No tienen un régimen alimenticio e higiénico mínimamente aceptable y se les priva, con frecuencia, de la  asistencia médica necesaria para atender las enfermedades que padecen, en muchos casos consecuencia de las torturas padecidas”.

Muertes en cárceles marroquíes

La “crueldad” existente en las cárceles marroquíes, “donde se vulneran constantemente los Derechos Humanos”, atenta contra la dignidad de los presos e, incluso, contra la vida, según el responsable de AFAPREDESA. Afirma que “desde 2013, solo en la cárcel de Ait Melloul, la peor de Marruecos, han muerto doce presos comunes saharauis debido a malos tratos o negligencias médicas”.

Los fallecimientos atribuidos a falta de atención sanitaria también se han dado entre los reclusos políticos saharauis: en 2014 murió Hassana Elouali, y en 2016 Brahim Saika. Tanto en el caso de los presos comunes como en el de los políticos, “los responsables nunca han sido juzgados”.

A esta situación se añade que los presos saharauis están en territorio marroquí, a más de mil kilómetros de sus familias, lo que supone “una flagrante violación de los Convenios de Ginebra que prohíben de manera explícita la detención y juicio de civiles fuera del territorio en una situación de ocupación, como es el caso del Sáhara Occidental”.

Además, a menudo los presos políticos saharauis son presentados como traidores y enemigos de la patria, y los presos comunes marroquíes son utilizados para atacar, insultar y amenazar a los saharauis.

Según Abdeslam Aomar­­ la única arma que tienen los presos políticos saharauis para denunciar su situación es la huelga de hambre, en algunos casos de larga duración y graves consecuencias para su salud, y cuando reciben promesas de las autoridades penitenciarias, no son cumplidas. Cita el caso de  Mohamed Lamin Haddi, que lleva 12 años cumplidos de una condena de 25: “Está en aislamiento desde septiembre de 2017, ha realizado varias huelgas de hambre, una de ellas de 69 días y otra de 63. Su estado de salud es deplorable y su familia ha sido amenazada para que calle”.

Diferentes casos de presos políticos saharauis han sido denunciados por Naciones Unidas, y el presidente de AFAPREDESA lamenta que aunque la ONU ha pedido a Marruecos que indemnice a los reclusos y juzgue a los responsables de la tortura y los malos tratos, “las autoridades marroquíes siguen sin cumplir las obligaciones que establecen los convenios y tratados internacionales, que prohíben detenciones arbitrarias y juicios injustos”.

Abdeslan Aomar ante Exteriores

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ante la desprotección en que se encuentran los internos saharauis, resalta “la responsabilidad de España, potencia administradora de iure de un territorio no autónomo pendiente de descolonización, para que se libere a los presos saharauis, especialmente a los del famoso grupo de Gdeim Izik”.

“El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, habla de un proceso de discreción, pero hasta la fecha no hemos visto los resultados de esa política discreta de hacer avanzar los Derechos Humanos, tanto en el Sáhara Occidental como en el propio Marruecos. España no se ha pronunciado, mientras que sí lo ha hecho ante otras cuestiones muy lejanas”, insiste Aomar.

A las organizaciones internacionales de Derechos Humanos, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o la Organización Mundial contra la Tortura, que ya se han pronunciado sobre la situación de los presos saharauis, el presidente de AFAPREDESA les pide que actúen con más determinación a nivel de NNUU y, también, de los países europeos de los que dice “son cómplices de lo que pasa en el Sáhara Occidental mediante la explotación de los recursos naturales, la venta de armas y el apoyo diplomático y mediático del reino de Marruecos en los foros internacionales”.

Sobre Cruz Roja reconoce y agradece la ayuda humanitaria que presta a los refugiados desde las organizaciones nacionales de varios países, pero lamenta que el Comité Internacional de la Cruz Roja, que tiene como mandato ayudar a las víctimas de los conflictos armados internacionales y las situaciones de ocupación, “ha brillado por su ausencia en lo que afecta a los desaparecidos y a los presos políticos saharauis a los que no ha vuelto a visitar desde 1996”.

Abdeslam Aomar , que ha apoyado en Madrid las concentraciones que los lunes, desde hace más de año y medio, realiza el Movimiento por los Presos Políticos Saharauis (MPPS) frente al Ministerio de Asuntos Exteriores para reclamar al ministro Albares que medie ante las autoridades marroquíes, pide apoyo para que llegue el fin de la tragedia que viven los presos saharauis y sus familias desde hace decenas de años: “Es hora de que en el Sáhara Occidental se respeten los DDHH”.

La violación de los Derechos Humanos en la excolonia española, especialmente con los presos políticos saharauis, queda reflejada en la siguiente relación, aproximada, correspondiente a octubre de 2022, elaborada con datos de organizaciones no gubernamentales y medios de información saharauis y españoles:

Octubre saharaui 2022Descarga

Día 3.- El periodista saharaui Jamal Mahayub Kreidach es llevado a la cárcel
de Bouzakarn, cerca de la ciudad de Guleimim,
en el sur de Marruecos, tras ser interrogado
por el juez de instrucción de El Aaiún, que fija
una próxima audiencia para el 19 de octubre.
El periodista y activista saharaui, presidente
del Observatorio Saharaui de Información y
Documentación de las Violaciones de Derechos
Humanos, fue detenido en la madrugada del 1
de octubre bajo el pretexto de que había una
orden de búsqueda en su contra desde hacía
años, cuando intentaba buscar información
sobre el paradero de su sobrino, que había sido arrestado esa misma noche.
Jamal Kreidach ha sido acusado de varios cargos falsos, entre ellos
promover disturbios y amenazar la seguridad pública.
4.- Funcionarios de la cárcel de Ait Melloul 1
registran de forma salvaje la celda del preso
político saharaui del grupo de Gdeim Izik Mohamed
Bourial, que padece malos tratos, discriminación
racial y falta de respeto de sus derechos
fundamentales. Bourial está condenado a 30 años
de cárcel.
8.- La dirección de la prisión marroquí de Ait Melloul 2 prohíbe a los presos
políticos saharauis del grupo de Gdeim Izik Mohamed Bani, Brahim Ismaili y
Sidahmed Lemjayed ejercer su derecho a utilizar el teléfono para
comunicarse con sus familiares.
17.- Los presos políticos saharauis del Grupo Gdeim Izik Brahim Ismaili,
Mohamed Bani y
Sidahmed Lemjayed
inician una huelga
de hambre de 48
horas en la cárcel
de Ait Melloul 2,
como ya hicieron
los dáis 6 y 7 de
septiembre, para
denunciar los abusos y malos tratos del director de la cárcel, Saad Taufig.
Los días 3 y 13 de septiembre fueron registradas sus celdas de manera
humillante e inhumana, habiendo sido trasladados a celdas mugrientas y
fétidas con olor a aguas residuales, sin tener en cuenta las condiciones
críticas de salud de los reclusos como resultado de negligencia médica y
falta de tratamiento y medicación necesarios, según denuncia la esposa de
Mohamed Bani, Ghal-li Aajna. Se les priva de su derecho al recreo diario y
a la la comunicación con sus familias.
17.- El preso político saharaui Khattri
Dadda inicia una huelga de hambre de
48 horas en la prisión de Safi
(Marruecos) para denunciar las
represalias y malos tratos que sufre y
exigir su traslado al territorio ocupado
del Sáhara Occidental, en Smara, donde
reside su familia, así como la mejora de
sus condiciones de detención.
18.- Habiba Moulud Mohamed, madre del preso político saharaui Jatri
Faradji Dada, que se encuentra en la cárcel de Safi, en Marruecos, entra en
huelga de hambre en Smara en solidaridad con su hijo y en protesta por las
pésimas condiciones de encarcelamiento que padece. La madre había
escrito a la Delegación General de la Administración Penitenciaria de
Marruecos pidiendo que mejorasen las condiciones de encarcelamiento de
su hijo, que actualmente se encuentra aislado en una celda conocida como
“cachot”, privado de su ropa y pertenencias y permitiéndole solamente
hacer una llamada telefónica cada 21 días.
19.- Las autoridades judiciales de Guleimin, al sur de Marruecos, aplazan
por segunda vez el juicio contra el periodista preso político saharaui Jamal
Mahayub Kreidach hasta el 26 de octubre por la falta de testimonios y
citación por el juez para iniciar las sesiones de instrucción.
24.- El preso político saharaui Khattri Dadda inicia una huelga de hambre en
protesta por las condiciones de
encarcelamiento en las que se
encuentra, además del trato humillante
que padece, en particular tras su
último traslado arbitrario el pasado
mes de agosto desde la cárcel local de
Ait Melloul a la cárcel de Safi, en
Marruecos. Dadda está confinado en
una celda de aislamiento y se le
prohíbe el ocio diario y las
comunicaciones por teléfono, que solo
puede hacer una vez cada veintiún días, además de confiscar todas sus
pertenencias personales y obligarle a poner el uniforme oficial a la fuerza y
permanecer en el ala de los delincuentes comunes.
24.- Tres activistas saharauis defensoras de los derechos humanos son
agredidas por agentes de seguridad marroquíes en el aeropuerto de la
ciudad marroquí de Casablanca. Fatma Al-Hafidi, Nasra Babi, Gabal Azafari
y Laila Al-Lili, cuando procedentes de los campamentos de refugiados
saharauis de Tinduf, son también hostigadas y sometidas a tratos
discriminatorios en El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupado, nada
más bajar del avión y después cacheadas minuciosamente de forma
humillante y degradante. Laila Al-Lili recibe golpes en la cabeza y otras
partes del cuerpo, y las tres activistas son amenazadas e insultadas hasta
que abandonan el aeropuerto.
26.- Nuevo aplazamiento del juicio en Guleimin, sur de Marruecos, contra el
periodista preso político saharaui Jamal Mahayub Kreidach, presidente del
Observatorio Saharaui de Información y Documentación de las Violaciones
de Derechos Humanos, que fue detenido por una supuesta orden de
búsqueda en su contra desde hacía años cuando acudió a la comisaria en El
Aaiún para preguntar por un sobrino que había sido arrestado.
28.- En la prisión Tiflet 2, cerca de Rabat, el preso político saharaui del
Grupo Gdeim Izik Abdallah Abbahah es agredido
física y verbalmente por funcionarios por pedir
una reunión con el director de la cárcel para
exigir el levantamiento de las medidas de
discriminación que sufre y recibir los
tratamientos sanitarios que precisa tras serle
impedido por sexta vez realizarse exámenes
médicos fuera del centro penitenciario. Estos
abusos han sido denunciados en numerosas
ocasiones por Abdallah a la Administración
Penitenciaria de Marruecos, que no se ha
pronunciado ni ha sancionado a los implicados
en los malos tratos. La abogada Maitre Olfa Ouled, por su parte, afirma que
los malos tratos a Abbahah se intensificaron tras la última actualización de
su situación enviada al Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura
(CAT), actualizaciones que seguirán haciendo hasta que se apliquen las
decisiones de este mecanismo de la ONU. Abbahah ha anunciado que se
negará a salir de su celda para ducharse y el poco tiempo de patio que se le
permite debido a amenazas de los funcionarios contra su vida. Permanecerá
en su celda 24 horas al día en lugar de las 23 horas a las que está obligado
y hará una huelga de protesta en forma de ayuno durante 48 horas.
31.- El preso político saharaui perteneciente al
grupo de Gdeim Izik Mohamed Elbachir
Boutenguiza inicia una huelga de hambre de 48
horas para denunciar la negligencia médica de la
que es víctima y los malos tratos de que ha sido
objeto por parte de la dirección de la prisión
central de Kenitra, donde cumple una condena
de cadena perpetua.

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