Francia: Estallan huelgas después de la protesta del 7 de marzo contra los recortes de pensiones

Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/03/10/fran-m10.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws             Samuel Tissot and Anthony Torres                                                   10.03.23

Después de que millones de trabajadores y jóvenes franceses tomaron las calles el martes por sexta vez contra los ampliamente despreciados recortes de pensiones del presidente Emmanuel Macron, las huelgas están estallando por toda la economía francesa. Con las refinerías, las instalaciones energéticas y el transporte público en huelga, se avecina la perspectiva de un corte total del suministro de combustible que paralizaría la economía.

Los estibadores en huelga ocupan una carretera que conduce al puerto de Bayona con una pancarta que dice «Estibadores en huelga, puerto muerto» en Tarnos, suroeste de Francia, el miércoles 8 de marzo de 2023. [Foto AP/Bob Edme] [AP Photo/Bob Edme]

En el sector energético, los trabajadores ya habían decidido paros más prolongados la semana pasada. Tres de las cuatro terminales de gas natural licuado del país (dos en Fos-sur-Mer y una en Saint-Nazaire) han anunciado huelgas de una semana. Los trabajadores de las refinerías, cuyas huelgas fueron primero aisladas por la burocracia sindical y posteriormente requisadas a la fuerza por el Estado para hacerles aceptar aumentos salariales por debajo de la inflación, se declararon en huelga el lunes. Con paros en marcha en todas las instalaciones de TotalEnergies, actualmente no se realizan entregas de combustible en Francia.

Los trabajadores también se movilizaron masivamente en otras partes del sector energético. A partir del viernes pasado, los paros en las centrales nucleares, hidroeléctricas y térmicas redujeron la producción de electricidad en 5.000 megavatios, el equivalente a cinco reactores nucleares. Los huelguistas cortaron el suministro de electricidad al vecindario del ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, en la ciudad de Annonay para protestar por su apoyo a los recortes.

El tráfico aéreo permanecerá en gran medida interrumpido durante el resto de la semana por una huelga de controladores aéreos. La Dirección General de Aviación Civil (DGCA) ha advertido que cancelará del 20 al 30 por ciento de los vuelos para el resto de la semana. El martes, el 20 por ciento de los vuelos en el aeropuerto Charles de Gaulle de París y el 30 por ciento en los aeropuertos de París Orly, Beauvais, Burdeos, Lille, Lyon, Nantes, Marsella, Montpellier, Niza y Toulouse fueron cancelados.

Los paros continúan en el transporte público en París y otras ciudades importantes. Los trabajadores ferroviarios de la estación Paris-Gare du Nord en Le Havre y Toulouse, así como el personal del aeropuerto de París-Le Bourget, están en huelga.

El martes, los trabajadores del transporte en huelga ralentizaron su actividad y, en algunos casos, pararon por completo las redes de transporte en toda Francia. En todo el país, el 76 por ciento de todos los conductores de trenes estaban en huelga y el 55 por ciento de los controladores. Los paros de los camioneros y el bloqueo de múltiples autopistas en la noche del lunes al martes también detuvieron las entregas de mercancías en todo el país.

El ochenta por ciento de los TGV (trenes interregionales de alta velocidad) fueron cancelados, lo que afectó el servicio desde Francia a Alemania y España. En Île-de-France, la región de la capital, más del 80 por ciento de los trenes regionales no funcionaron, y hubo una interrupción importante en el servicio de metro de París. En Lille, la mayoría de los autobuses fueron cancelados. En Marsella, las dos líneas de metro y una de cada tres líneas de tranvía fueron cerradas, con el 85 por ciento de los autobuses afectados por la huelga. Las líneas de tranvía en Niza fueron cerradas.

Secciones significativas de los trabajadores manufactureros del sector privado continuaron ayer los paros después de la huelga del martes. Estos incluyeron a trabajadores de los fabricantes de automóviles Stellantis y Renault y del proveedor de piezas Valeo, también de la firma aeroespacial Airbus, el fabricante de motores Safran y los astilleros navales en Saint-Nazaire.

Otros sectores críticos de los trabajadores también están parando. Los empacadores de carne, que a su vez están en medio de negociaciones contractuales, también estarán durante la semana entera en huelga por todo el país. Los recolectores de basura y los limpiadores de alcantarillado de París también han comenzado una huelga desde el lunes. Cuatro de los 20 distritos de París ya han visto afectados su recogida de residuos, y 70 empleados de la incineradora en Ivry-sur-Seine, a las afueras de París, han parado impidiendo que se incineren los desechos.

La avalancha de luchas de los trabajadores sigue a las protestas masivas contra los recortes de Macron el martes, que fueron las más grandes desde que estas comenzaron. La acción de un día fue convocada por una alianza de todos los principales sindicatos, incluida la estalinista Confederación General del Trabajo (CGT), la socialdemócrata Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CDFT) y Fuerza Obrera (FO). En última instancia, 3,5 millones de personas asistieron a las protestas que habían convocado. Más de 400 escuelas secundarias y 40 universidades repartidas por todas las principales ciudades del país también fueron ocupadas por estudiantes u obligadas a cerrar.

En París, 700.000 personas marcharon, según cifras de la CGT. En otras ciudades importantes, la participación aumentó drásticamente con respecto a marchas de protesta anteriores. Marsella vio 245.000 manifestantes, según los sindicatos, frente a 150.000 el 31 de enero. En Nantes marcharon 100.000 (frente a 65.000 el 31 de enero); en Burdeos marcharon 100.000 (frente a 75.000 el 31 de enero) y en Toulouse 120.000 se manifestaron (frente a 80.000 el 31 de enero).

Los manifestantes se encontraron, una vez más, con una brutal represión policial. Según el jefe de París, Plice Laurent Nuñez, 43 personas fueron arrestadas en la capital. Los policías también dispararon salvas de gas lacrimógeno contra los manifestantes en Rennes y Marsella. También se ejerció violencia contra los estudiantes que ocupaban escuelas en solidaridad con la huelga contra la reforma de Macron. Tres estudiantes de secundaria que ocupaban la escuela secundaria Thiers en Marsella fueron arrestados. Más tarde, los enfrentamientos en el puerto viejo dejaron varios policías heridos y una persona arrestada.

La manifestación del martes y la ola de huelgas en curso muestran que la clase obrera tiene la fuerza para emprender una política revolucionaria: derrocar a Macron, revertir los ataques de la clase dominante sobre los niveles de vida y detener la escalada imprudente de la guerra ejecutada por Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania.

A pesar de los intentos del gobierno de Macron y la prensa capitalista de demonizar cualquier oposición a los recortes, la huelga goza de un apoyo público abrumador. La última encuesta de Elabe encontró que el 74 por ciento se opone a los recortes de Macron, el 64 por ciento apoya las huelgas contra ellos y un 60 por ciento apoya ‘bloquear el país’ para detenerlos.

Las burocracias sindicales francesas han respondido a esta erupción de la lucha de clases rogando una vez más impotentemente a Macron que retire sus reformas para tratar de calmar la ira pública. El portavoz de la alianza sindical apeló a Macron, declarando: ‘El silencio del presidente es un grave problema democrático’ y pidió ser ‘recibido urgentemente’ por Macron.

El ‘problema democrático’ no es la negativa de Macron a hablar con las burocracias sindicales, que de hecho coordinan su política con altos funcionarios como la primera ministra Elisabeth Borne. Más bien, es que Macron y los bancos están pisoteando la democracia: Están implementando una política concertada de empobrecimiento de la población trabajadora y tratando de lidiar con la abrumadora oposición popular que esto crea enviando a los policías a agredir a cualquiera que proteste.

Mientras los trabajadores permanezcan subordinados a las burocracias sindicales nacionales, sus luchas serán gradualmente aisladas y reprimidas por el Estado francés. De hecho, dado que las burocracias sindicales nunca ofrecen ningún pago por huelga, dedicando sus presupuestos de miles de millones de euros por completo a sus propios gastos, los trabajadores se enfrentan rápidamente a enormes presiones financieras si hacen huelga durante más de una semana. Además, las burocracias sindicales se han negado sistemáticamente a ampliar la movilización de los trabajadores para defender a los huelguistas a quienes el Estado está requisando para obligarlos a trabajar.

Esto refleja la política reaccionaria de las burocracias sindicales. El aparato de la CGT no solo ha firmado declaraciones de apoyo a los rescates bancarios multimillonarios adoptados después de la crisis financiera de 2020 al estallar la pandemia de COVID-19, sino también ha dado su apoyo a Estados Unidos y la OTAN en la guerra con Rusia, incluso cuando Macron financia un aumento de 90 mil millones de euros en el presupuesto militar mediante el recorte de las pensiones. Sin embargo, comprometidos con la perspectiva de llegar a acuerdos con Macron, los burócratas buscan estrangular la oposición de la clase trabajadora a estas políticas de derecha.

Es crucial para los trabajadores en huelga de toda Francia formar sus propios comités de base, independientes de las burocracias sindicales. Sólo con tales organizaciones de lucha pueden los trabajadores franceses unir sus luchas con las de sus hermanos y hermanas de clase en toda Europa y a nivel internacional, todos ellos confrontando la inflación, los ataques a sus niveles de vida y la escalada de la guerra entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia, forjando sus luchas en un movimiento revolucionario internacional.

Las huelgas francesas son parte de una vasta ola de luchas obreras que sacuden Europa y el mundo. En las últimas semanas, millones de trabajadores en el Reino Unido y Alemania se han declarado en huelga contra la inflación y para defender los salarios. Las huelgas ferroviarias están teniendo lugar esta semana en Italia, Bélgica y Grecia. En España hay manifestaciones masivas para defender el sistema público de salud. En Portugal, cientos de miles, especialmente los profesores y sus partidarios, están en huelga.

La cuestión crítica es hacer que este movimiento emergente en la clase obrera europea e internacional sea consciente de sus tareas políticas: detener la guerra entre Estados Unidos y la OTAN en Ucrania, poner fin a la transferencia masiva de riqueza social a las clases propietarias y derribar a los gobiernos capitalistas en el curso de una lucha de la clase obrera por el poder estatal y para construir el socialismo.

(Publicado originalmente en inglés el 8 de marzo de 2023)

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